Un robot perro con alma

  • 26/02/2015 01:00
El popular animal de compañía dejó de ser fabricado en 2006 por Sony, pero los especímenes vendidos se han ganado el cariño de sus dueños

Un monje recita sutras, entre humo de incienso, por el alma de los perros robots Aibo, unos compañeros despedidos con ceremonias funerarias en un tradicional templo budista japonés.

El popular animal de compañía dejó de ser fabricado en 2006 por Sony, pero los especímenes vendidos se han ganado el cariño de sus dueños.

Imaginado en 1999 por Sony, los Aibo causaron sensación: tres mil perros fueron adoptados en 20 minutos pese a su precio de 250 mil yenes (mil 850 euros al tipo de cambio actual).

En su última versión estos perros son capaces de desarrollar su propia personalidad, de expresar emociones, de desplazarse e incluso de hablar.

Con el paso de los años han seducido a unos 150 mil ricos, que han quedado desamparados desde el cierre en marzo de 2014 del servicio veterinario, conocido como ‘Aibo clinic’.

Hideko Mori, una farmacéutica jubilada de 70 años, sintió pánico cuando su robot y amigo desde hace ocho años se desmayó el pasado mes de mayo. ‘No sabía que su vida tenía un límite’, confiesa.

‘Las personas que los educan sienten su presencia y su personalidad, por eso creemos que de algún modo Aibo posee un alma’, afirma Nobuyuki Narimatsu, director de la compañía A Fun, rodeado de decenas de Aibos malparados.

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