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- 03/05/2024 18:53
- 03/05/2024 18:37
Muchos de nosotros también crecimos sin las herramientas necesarias para transitar los embates de la tormenta emocional que se experimenta, especialmente; porque durante muchísimos años el tema de la salud mental fue un tópico tabú en millones de hogares en Latinoamérica.
La buena noticia es que, desde entonces, el mundo ha cambiado y los niños y jóvenes de hoy pueden vivir con esperanza en medio de la tormenta. En una época en la que los trastornos mentales acechan desde temprana edad y el suicidio se convierte en una triste realidad, es vital tender una mano firme hacia nuestros jóvenes.
En este contexto, el liderazgo juvenil basado en la inteligencia emocional alza su vuelo como una cometa con el viento a favor, y el programa “El Vuelo de la Cometa”, creado por la Fundación Ismael Cala, es un ejemplo inspirador de esta visión transformadora.
De hecho, escribo esta columna desde Manizales (Colombia), ciudad que me recibe esta vez para una actividad muy especial de la fundación que tengo el honor de presidir.
El programa busca tener presencia en ocho países, y entrenar a 88 mil jóvenes escolarizados entre los 12 y 17 años, con herramientas para el reconocimiento y la gestión emocional así como también con la promoción de competencias de liderazgo básicas y avanzadas.
Aunque el proyecto se ha expandido exitosamente por Guatemala, Nicaragua, Colombia y más recientemente Venezuela, queremos seguir creciendo no solamente en estos países en los que ha se ha implementado el trabajo, sino poder tener la capacidad de llegar a otras latitudes en nuestro hemisferio.
A través de alianzas estratégicas con distintas fundaciones que trabajan en pro del bienestar de la infancia y adolescencia en distintos países de nuestro continente, buscamos generar un impacto duradero en las comunidades donde operamos, y tú puedes ser un agente de cambio convirtiéndote en embajador de la Fundación Ismael Cala, gracias a un pequeño aporte.
Cada niño y adolescente que participa en El Vuelo de la Cometa se convierte en un agente de cambio, sembrando la semilla de un futuro más luminoso y esperanzador para todos. Es a través de iniciativas como esta que podemos construir un mundo donde la inteligencia emocional y el liderazgo juvenil sean la norma, no la excepción.
Si apostamos por el buen desarrollo de nuestros niños y jóvenes, estamos asegurándonos un mejor mañana, pues serán ellos quienes tomarán la batuta.
¡Contamos contigo!