‘Yo quiero ser presidente’ cumple 30 años llenando teatros panameños

Actualizado
  • 04/04/2024 00:00
Creado
  • 03/04/2024 15:40
El director Daniel Gómez Nates revela cómo la historia desarrollada en Cerro Escondido ha logrado convertirse en una de las obras teatrales más esperadas durante los días previos a las elecciones

La obra’ Yo quiero ser presidente’ refleja en cierto modo el ánimo del pueblo panameño al momento de votar. Desde hace 30 años que se realiza la producción teatral, el resultado del simulacro de votación que se hace con el público, coincide con el resultado real de las elecciones presidenciales.

Este año estrena el 3 de abril y estará hasta el 4 de mayo en el teatro La Plaza. Será protagonizada por las primeras actrices: Neysa Ferguson, Mara Betancourt y Lourdes Gómez Nates y Massiel Quintana; “representando a las mujeres del pueblo, mujeres al poder que son las voces que denuncian. Con ellas entonces tenemos a cinco candidatos, que no voy a decir los nombres de quienes los van a interpretar, pero sí voy a decir quiénes van a salir: Martín, Lombana, Roux, Mulino y Gaby”, revela el director Daniel Gómez Nates a este medio.

“El día 4 de mayo, un día antes de las elecciones, nosotros proclamamos al presidente. Lo hemos hecho en cada obra, cada cinco años, y nunca hemos fallado. ¿Cómo hacemos para que nos resulte exacto? Aquí no hay secreto, la gente va a ver una comedia, una sátira, se está riendo, se está divirtiendo y no hay presión. Le entregamos una volante como parte del juego de la obra, con los nombres de los candidatos, y votan anónimamente”, añade Gómez Nates.

Para el director, en esta obra los candidatos no son lo más importante, sino el contexto en el que se desarrolla la producción, que es siempre en la misma comunidad: Cerro Escondido. “Ahí vemos un fragmento de lo que es la población panameña necesitada, ese hombre y mujer de a pie, ese obrero, esa ama de casa, ese estudiante, a quienes todavía no se les ha cumplido y que han pasado muchos años, han pasado muchas promesas, pero que todavía no vemos un Panamá realmente próspero, equitativo y justo”.

Asegura que no se inclinan hacia ningún candidato y eso le gusta al público, considera que por eso han ganado credibilidad. “La gente se siente identificada porque entiende los problemas y es una forma de confrontar a esos candidatos cada cinco años y decirles: ‘esto no se ha cumplido espero que tú me lo cumplas, no me estés prometiendo humo. Dime lo que vas a hacer y házmelo realidad’. Eso es lo interesante”.

La obra es una crítica, un llamado de atención a los políticos, “porque volver a la democracia costó mucho y debemos defenderla, mantenerla. Pero lamentablemente la democracia se está erosionando por culpa de inescrupulosos corruptos y eso no lo merece un pueblo como Panamá ‘Yo quiero ser presidente’ te habla de eso”.

‘Yo quiero ser presidente’ fue presentada por primera vez en 1994. Gómez recuerda que en esas elecciones competían siete candidatos y los que encabezaban eran Ernesto Pérez Balladares y Mireya Moscoso. “La presentamos el teatro La Cúpula, fue un éxito inmediato y rotundo porque era una novedad”.

30 años llenando las salas de teatro

El director relata que desarrolla un guion para los ensayos; sin embargo, a medida que van ocurriendo hechos transcendentales, los agregan a la obra. Van modificando el guion, los actores van haciendo chistes y van sacando la situación novedosa. “Es estar constantemente viendo cómo va evolucionando el panorama electoral”.

“Contratamos actores que se parecen o que tienen algún aire de los candidatos y los ponemos en escena como si fueran ellos, vamos poniendo en su boca lo que ellos mismos han dicho, no inventamos nada porque es una sátira política”.

La historia va cambiando, pero siempre Cerro Escondido es protagonista. Vamos seleccionando las problemáticas más acuciantes del momento; por ejemplo, tenemos un problema con el Seguro Social, con el agua, con la seguridad, y todos estos problemas van a estar gravitando. Por algún motivo estos políticos van a llegar a Cerro Escondido, no voy a decir por qué, pero quedan encerrados y ahí es cuando se les encara”.

El equipo de producción junto con el director suelen ir estudiando diversos aspectos, “porque hay realidades que cambian; por ejemplo, ahora están las redes sociales. En el 94 no había redes y todo estaba muy oculto, muy sesgado, la gente iba al teatro a enterarse de cosas que no sabía por los medios”.

De acuerdo con Gómez, mantener la estructura principal, que la obra se desarrolle en una comunidad específica y tener a los actores que den el prototipo del panameño de a pie, ha sido la clave para que continúe llenando los teatros.

Cómo vive el panameño las elecciones, desde la mirada de Gómez

“Esta ha sido una elección atípica y extraña. Antes las elecciones eran una fiesta, yo sentía mucha más actividad, mucha más euforia. Claro, Panamá ha cambiado en cuanto a que ya no es chiquita, o sea, se ha extendido y tal vez yo no tenga la referencia de qué es lo que está pasando en el interior del país porque vivo aquí en el centro, pero mi percepción –que puede ser subjetiva– es que no se siente esa misma euforia”.

“La gente tiene que ir a votar, tiene que ser crítica, tiene que estudiar las propuestas de los candidatos y leer los planes de gobierno, pero también tiene que ser exigente porque así como salieron con el tema de la mina a protestar, que se paró este país, espero que así mismo salga cuando el próximo presidente o la próxima Asamblea no cumpla lo que le prometió, eso es lo que espero”, puntualiza.

La gente se siente identificada porque entiende los problemas y es una forma de confrontar a esos candidatos cada cinco años y decirles: ‘esto no se ha cumplido espero que tú me lo cumplas, no me estés prometiendo humo. Dime lo que vas a hacer y házmelo realidad”.
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