Un artista, una historia

Actualizado
  • 03/09/2013 02:00
Creado
  • 03/09/2013 02:00
PANAMÁ. Tony Cheng ha sido la figura detrás de voces como las de Elizabeth Grimaldo (segundo lugar de la primera generación del concurso...

PANAMÁ. Tony Cheng ha sido la figura detrás de voces como las de Elizabeth Grimaldo (segundo lugar de la primera generación del concurso Canta Conmigo), Jeannifer Martin ( primer lugar de la tercera temporada de Vive la música) y Yamilka Pitre (ganadora de la cuarta temporada de Vive La música), por mencionar algunos de los personajes con los que ha trabajado. El ‘Chinito de Colón’, como se le conoce, platica de sus logros en 20 años de carrera musical y de su secreto para hacer que muchos alcancen el triunfo al pasar por su aula.

Cheng explica que para ganar un certamen se requiere de algo más que una bonita voz; por lo que es importante que quien esté interesado en este rubro pase por una academia. De hecho solo basta ver a los ganadores de los concursos que se realizan en el país, no solo han alcanzado el máximo galardón de cada competencia por su canto angelical, casi todos los triunfadores de estos shows son estudiantes de canto.

En las escuelas se les enseña a vocalizar, a corregir la impostación, la postura, los matices, la utilización de los vibratos, la afinación y no se puede dejar por fuera los ejercicios de relajación. En las aulas, a parte de todo ese conocimiento académico, también se manejan emociones y a los maestros como Tony les toca animar y consolar a sus estudiantes.

Pero todo este conocimiento no llegó de la noche a la mañana. Este joven colonese lleva dos décadas en esta rama y se siente muy preparado para transmitir su legado a otros.

SUS INICIOS

‘Mis padres siempre fueron muy musicales en casa. Los discos y la radio eran mi diario, por consiguiente, se desarrolló en mí el oído rítmico, melódico y armónico’, cuenta Cheng, aquel que cantaba en los festivales OTI y que hoy en día, siendo un distinguido profesor de canto, celebra sus 20 años de carrera artística.

Era tanta su afinidad por el canto que a los siete años competía cantando en los juegos florales del Colegio La Salle de Colón, donde estudiaba. Una satisfacción para él era que todos lo veían como el cantante del colegio. Esa agradable satisfacción lo llevó a proponerse una meta: hacer una carrera artística en Panamá. ‘El impacto de los aplausos de mis profesores y compañeros me llevó a desear ser lo que hasta ahora soy’, cuenta con gran emoción.

Para Cheng ser artista, en sus inicios, iba más allá de tener una gran voz. Siendo todavía un adolescente aprendió a tocar guitarra y siguió participando en concursos de canto como La Voz Juvenil de Colón, que ganó teniendo 15 años.

Definitivamente hace 20 años no existían todas las facilidades de hoy, acepta Tony. Explica que ahora hay programas que afinan la voz; además filmar videos es más sencillo, llegó la era digital lo que abarató el costo a la hora de una producción. Y si de concursos de habla, antes solo existía el OTI, y en esta época ya hay muchos certámenes que le brindan más puertas a los chicas y chicos que desean formarse una carrera como cantante.

EL EFECTO DEL OTI

‘El OTI siempre fue mi norte, mi brújula. Sabía que la única forma de que Panamá me conociera era salir ganador en el festival, así que lo convertí en mi meta principal’. El camino no era fácil, Cheng estudiaba diseño gráfico en la universidad, tomaba clases de inglés y cantaba en una orquesta de noche, además de las clases de canto. El descansar no era una opción, siempre estuvo en la búsqueda de la canción, el estudio de grabación y el arreglista perfecto para cuando le tocara medirse a las otras potentes voces que irían al festival, y lo consiguió. ‘Fui por mi meta y lo logré dos veces: el OTI de 1993 en Valencia, España y OTI de 1995, en Asunción, Paraguay’.

‘Sin estos festivales no podría enseñarle a las nuevas generaciones cómo ganar un concurso de canto. En 1994 fui jurado del Festival OTI y pude entender qué buscan los jurados’, destaca el ‘Chinito de Colón’.

‘Siempre he creído en el relevo generacional, mi carrera fue fructífera y lo disfruté al máximo, pero al llegar a los treinta me pregunté, ¿de veras quieres seguir grabando o quieres hacer algo por las nuevas generaciones? Y mi respuesta fue: ‘voy a enseñar todo lo que he aprendido, total, con mi experiencia de concursos y mis clases de canto, sé que puedo hacer la diferencia, y precisamente ese ha sido el éxito de mi carrera’’, dice el artista que inicia sus días yendo a las seis de la mañana a hacer ejercicios al Parque Omar para luego regresar a casa a desayunar y vocalizar, luego trasladarse a dar clases de canto en la Academia de Música de Panamá.

Cheng considera que ‘todo es más fácil ahora’. Asegura que antes no había muchos profesores de canto como ahora, ni las redes sociales, que hacen que todo sea más fácil para que los soñadores se conviertan en un cantante famoso. Antes, ser un artista nacional era decir que te ibas a morir de hambre, ahora es una carrera maravillosa, ya que el ‘Chollywood nacional’ apoya a todos los cantantes, bailarines, actores y modelos de Panamá. ‘Hemos avanzado’.

CAMBIOS EN 20 AÑOS

Cheng, quien es jefe de la cátedra de canto de la Academia de Música de Panamá, prepara a sus mejores estudiantes para llevarlos, como todos los años, a competencias entre las que están ‘Pequeños gigantes’ y ‘Canta Conmigo’. De esta manera sigue contribuyendo a cosechar grandes cantantes en el país. Para él, uno debe caminar hacia su destino y proponerse metas para lograr el éxito, como lo ha hecho en 20 años de carrera artística.

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