Stallone y De Niro buscan la revancha

Actualizado
  • 23/01/2014 01:00
Creado
  • 23/01/2014 01:00
PANAMÁ. La industria del cine de los últimos años se dedicó a recuperar míticas figuras de acción y a hacer resurgir personajes de disti...

PANAMÁ. La industria del cine de los últimos años se dedicó a recuperar míticas figuras de acción y a hacer resurgir personajes de distintas franquicias, casi siempre con el objetivo de lograr éxitos comerciales. Unieron a Freddy con Jason, a Alien con Predador, resucitaron a Jean-Claude Van Damme y a Mickey Rourke, y crearon a los héroes geriátricos de Red y Los mercenarios.

En esa misma línea, Ajuste de cuentas intenta recuperar a dos de los grandes boxeadores de Hollywood. O, al menos, a los dos actores que los interpretaron: Sylvester Stallone y Robert De Niro. Ya que en esta ocasión ni el primero se presenta como Rocky Balboa, el famoso Semental Italiano, ni el segundo como Jake LaMotta, el boxeador de Toro Salvaje, el clásico del cine que dirigió Martin Scorsese en 1980.

No tendremos problemas, sin embargo, en recordar a los personajes que estos dos actores dieron vida hace más de 30 años, e incluso se nos incentivará a ello durante toda la película. El guiño comienza desde el argumento, que es sobre dos grandes del boxeo que hace alrededor de 30 años están alejados del ring.

Ahora Stallone se llama Henry ‘Razor’ Sharp y De Niro tiene el nombre de Billy ‘The Kid’ McDonnen. El gran problema es que en sus carreras perfectas, ambos sólo perdieron un combate y fue entre ellos. De las dos veces que pelearon, la primera ganó Kid y la segunda Razor. Y nunca hubo una revancha porque Razor anunció su retiro antes de tiempo, al enterarse que su novia (Kim Basinger) lo había traicionado con su máximo contrincante.

La película comienza 30 años después de ese incidente, cuando los boxeadores reciben la oferta de grabar sus movimientos y voces para un videojuego y al verse cara a cara, aflora la vieja rivalidad.

Primero empiezan los manotazos y en cuestión de segundos terminan destruyendo pantallas, computadoras y todo lo que hay a su alrededor en una pelea que es filmada desde el celular de uno de los presentes y subida a Youtube. Es el éxito de ese video el que hace que terminen ofreciéndoles llevar a cabo la revancha postergada.

Ajuste de cuentas es una película dirigida por Peter Segal, conocido por comedias como La pistola desnuda 33 1/3, Como si fuera la primera vez y Superagente 86. Por eso, las referencias a Toro Salvaje y a Rocky son constantes y las escenas graciosas son lo mínimo que podemos esperar de un director que hizo de la comedia su carrera.

En ese sentido, los personajes secundarios juegan un papel clave en la película. El viejo Alan Arkin y el afroamericano Kevin Hart aportan las pocas partes cómicas que de verdad hacen reír, y la siempre bella Kim Basinger –¡con 60 años cumplidos!- es la encargada de revivir las viejas pasiones de los boxeadores.

La película, sin embargo, no es sólo una comedia simplona. También se trata de un homenaje a la tercera edad –recordemos que Stallone tiene 67 años y De Niro 70- y se dedica a mostrar cómo personas de más de seis décadas de vida se siguen enamorando, siguen luchando por la vida y tienen deseos tan intactos como cuando eran jóvenes.

Por eso, a pesar de las referencias directas a los viejos íconos de Rocky y LaMotta, la verdadera historia de Ajuste de cuentas no es de boxeo. Trata antes que nada sobre sentimientos, motivación y aprender a no rendirse.

Vale aclarar, antes de llegar al final, que esta no es un film pensado para competir en los Óscar, sino para entusiasmar a los fans. En ese sentido, no es casual que sea una de las nominadas en los Razzies (los premios destinados a destacar lo peor de la pantalla hollywoodense) a peor película del año.

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