Ciencia y religión, más unidas de lo que parece

  • 05/04/2023 00:00
Cuatro jesuitas destacados en la ciencia fueron homenajeados por la comunidad astronómica, una de las disciplinas científicas a las que esta orden católica ha contribuido a lo largo de la historia
Galaxia NGC 3826, capturada desde el Observatorio del Vaticano.

¿Qué tienen en común los cuatro nuevos asteroides detectados por la Unión Astronómica Internacional? Además de ser cuerpos celestes, 562971 Johannhagen, 551878 Stoeger, 565184 Janusz y 560974 Ugoboncompagni, han sido nombrados en homenaje a tres científicos jesuitas del Observatorio del Vaticano y un papa de la Iglesia católica

Aunque para algunos sea difícil imaginar que la ciencia y la religión tienen un punto de encuentro, que asteroides tengan nombres de líderes católicos no es una ocurrencia poco frecuente.

De hecho, los religiosos que ahora comparten nombre con los asteroides son Johann Hagen (562971 Johannhagen), quien fue director del Observatorio del Vaticano desde 1906 hasta la década de 1930, es cosmólogo y teólogo; Bill Stoeger (551878 Stoeger) y Robert Janusz (565184 Janusz), siguen formando parte del equipo que trabaja en el observatorio.

Además, el asteroide 560974 Ugoboncompagni lleva el nombre de Gregorio XIII, el bicentésimo vigésimo sexto papa de la Iglesia católica, que rigió en el máximo puesto de esta religión por 13 años.

Padre Guiseppe Lais, utilizando el Mapa del Cielo.

Este líder del catolicismo fue responsable de la reforma del calendario juliano, instituyendo el calendario gregoriano que se empezaría a utilizar desde 1582. El calendario gregoriano eliminó el desfase que se producía con el año solar, eliminando tres años bisiestos cada cuatro siglos.

Compañía de Jesús y la astronomía

Este no es el primer contacto de la Compañía de Jesús con la astronomía u otras ciencias. De hecho, existen más de 30 asteroides con nombres de destacados personajes de esta orden religiosa.

Algunos de los homenajeados por la comunidad astronómica incluyen a jesuitas que han vivido en Filipinas (4866 Badillo), Paraguay (6438 Suárez), La República Democrática del Congo (23443 Kikwaya), Argentina (2490 Bussolini) y China (31124 Slavicek).

Guy Consolmagno, director del Observatorio del Vaticano.

Astrónomos pertenecientes al Observatorio del Vaticano también han tenido la oportunidad de nombrar asteroides en algunas ocasiones, como es el caso de 302849 Richardboyle, 119248 Corbally, 14429 Coyne, 4597 Consolmagno y 11266 Macke, según información compartida por el Vaticano.

Ciencia en manos de religiosos

A través del tiempo, la orden jesuita ha destacado por sus significativos aportes a diferentes áreas del conocimiento, resaltando su labor educativa durante la evangelización.

La ciencia no es la excepción, históricamente los jesuitas han contribuido a disciplinas científicas como la sismología, también conocida como “la ciencia jesuita”, la física experimental y la astronomía.

De acuerdo con el historiador Jonathan Wright, esta denominación contribuyó al desarrollo tecnológico del siglo XVIII, en la creación de relojes de péndulo, pantógrafos, barómetros, telescopios de reflexión y microscopios.

También han aportado a otros campos de la ciencia como el magnetismo, la óptica y la electricidad; formularon teorías académicas como la circulación de la sangre, la posibilidad teórica del vuelo, el efecto de la luna en las mareas y la naturaleza ondulatoria de la luz.

Hasta la fecha, los jesuitas llevan gestionando el Observatorio del Vaticano desde hace 93 años. Este centro científico, que inició operaciones en 1582 con la reforma del calendario gregoriano, es uno de los observatorios astronómicos en el mundo.

Desde el Observatorio del Vaticano se han promovido avances científicos sobre la astronomía, la física y otras ciencias planetarias, la tecnología, la educación y la cultura.

Entre algunos de los grandes proyectos realizados por el observatorio se encuentra el Carte du Ciel (Mapa del cielo), telescopio y primer atlas fotográfico de las estrellas en el que trabajaron astrónomos del Vaticano.

Percepciones erradas

Aunque la percepción común es que la ciencia y la religión son campos opuestos debido a la idea de que la Iglesia se opone a los avances y descubrimientos de la ciencia, expertos que comparten la pasión por los estudios científicos inspirados por su fe destacan que es muy valiosa la colaboración entre ambas esferas.

“Existen algunas instituciones, como la Pontificia Academia de las Ciencias, que le dicen al Vaticano lo que está ocurriendo en el mundo de la ciencia, pero nosotros en realidad hacemos ciencia”, destacó el científico y actual director del observatorio, Guy Consolmagno, quien ha sido anteriormente distinguido con asteroide.

Este mismo científico señala que una de las misiones del Observatorio del Vaticano es “demostrarle al mundo que la Iglesia apoya a la ciencia”, y desmitificar que las enseñanzas cristianas están por encima de disciplinas ajenas a la teología.

“Una de las cosas que la Biblia no es, es un libro de texto científico. Las escrituras están compuestas de poesía e historia. Pero no nos enseñan sobre ciencia”, reconoció el líder religioso y científico, George Coyne, en una entrevista al periódico The New York Times en 1994.

Esta línea de pensamiento es también seguida por el resto de la comunidad científica en el Vaticano, quienes esperan que el mismo conocimiento llegue a otras partes del mundo.

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