Dory una década después de Nemo

Actualizado
  • 08/04/2016 02:01
Creado
  • 08/04/2016 02:01
Pixar quiere repetir el éxito dándole el protagonismo a la simpática Dory

Trece años después de conquistar al público con el mundo submarino de Buscando a Nemo , Pixar quiere repetir el éxito dándole el protagonismo a la simpática Dory en una arriesgada apuesta por una secuela tardía.

Cuando el estudio de animación estrene su nueva película el 16 de junio en Latinoamérica y un día después en Estados Unidos, habrá pasado más de una década desde que el público se enamoró de Marlin, un pez payaso muy concienzudo que busca a su hijo Nemo.

La cinta ganó el Óscar a Mejor cinta animada y rozó los mil millones de dólares de recaudación a nivel global, pero triunfó además por el cariño inesperado que recibió Dory, un pez cirujano azul y negro que sufre de pérdida de la memoria inmediata.

El furor que causó dio pie a Buscando a Dory , donde emprende un viaje para buscar a su familia.

Los 13 años transcurridos entre una y otra película son una eternidad, teniendo en cuenta que Hollywood está cada vez más acostumbrado a sacar secuelas, sin casi dar un respiro a la audiencia.

La decisión de Pixar es una gran apuesta porque el vínculo entre el público y los personajes de la primera parte puede haberse desdibujado y el impacto de las nuevas aventuras sea menos del esperado.

El director de la cinta, Andrew Stanton, aseguró no haber recibido presión de Disney para hacer antes las aventuras de Dory. ‘El acuerdo que alcanzamos con Disney en 2006 es que solo haríamos secuelas cuando nuestros cineastas tuvieran una idea', explicó. ‘La única secuela que hicimos bajo demanda fue Toy Story 2 y nos fue muy mal. Aprendimos la lección de que tienen que ser tan naturales como originales', apuntó.

El analista de la firma de recaudación Exhibitor Relations, Jeff Bock, espera que Buscando a Dory sea uno de los grandes éxitos del verano boreal, con cerca de mil millones de dólares.

Pixar juntó a un equipo de 250 personas para crear el mundo de Buscando a Dory , cuyo primer guión tuvo 108 mil páginas y que dio pie al nacimiento de nuevos personajes como el pulpo Hank, uno de los nuevos mejores amigos de la protagonista.

Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentaron fue integrar las nuevas tecnologías a un mundo submarino que ya existía.

En la primera película, el agua no tiene textura. El espectador solo se da cuenta de que está bajo el mar por el movimiento de las algas y las aletas de los peces. Pero en la segunda, se perciben la salinidad y el plancton, los efectos ópticos del agua, las sombras y luces del sol en los arrecifes, las burbujas y el relieve de la arena.

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