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30 de Nov de 2023

Cine

Cine a 30 años de la Invasión

'La Decepción de Panamá', ganadora del Óscar, es una de las producciones que retrata la intervención norteamericana al Istmo en 1989. Una cinta difundida en 80 ciudades de EEUU y 35 países

Hace unos 15 años intercambiamos preguntas y respuestas con Barbara Trent, directora del documental La Decepción de Panamá. A 30 años de conmemoración de los eventos ocurridos tras la invasión a Panamá, consideramos oportuno recordar algunas de sus reflexiones cuando produjo esta pieza ganadora del Óscar.

Cine a 30 años de la Invasión

La directora Trent nos comentaba que un día, hace tres décadas, se despertó una mañana y en las noticias el presidente George Bush estaba diciendo que había enviado 14,000 tropas y aviones Stealth para capturar a un solo hombre.

“Supimos que tenía que haber otra razón para esta invasión. No se toman 14 mil soldados y aviones Stealth para capturar a un hombre que ni siquiera se encontraba en un búnker bajo tierra. Sabíamos que era descabellado. También sabíamos que mucha gente inocente moriría. Queríamos encontrar la verdad y decirla al mundo entero”, explicaba.

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Ello la motivó a planificar cómo contar la historia y encontrar maneras de financiar un documental que se sabía iba a ser polémico, pero se requerían de al menos 200 mil dólares para realizarlo.

De hecho, nos comentó que la filmación en Panamá era extremadamente difícil por muchas razones.

“El dinero para esta clase de documentales fue muy duro de levantar. Es mucho menos controversial levantar el dinero para salvar la selva tropical o alimentar al hambriento, y hay muchas cuestiones increíblemente importantes hoy. ¿Por qué alguien con el dinero suficiente desearía ayudar a un proyecto que mire críticamente la política extranjera del toro militar más importante del mundo, los Estados Unidos?”, recalcó.

La filmación del documental ganador del Oscar en sí misma era estresante, agotadora, frustrante y peligrosa, pero excesivamente gratificante para el equipo de producción.

En tanto, los movimientos underground en Panamá, grupos de los derechos humanos, los refugiados de Albrook, y muchos otros panameños trabajaron noche y día para informar quiénes eran los cineastas y qué estaban haciendo para que la gente confiara en el trabajo a realizar.

“Muchos panameños tomaron grandes riesgos para ayudarnos y para permitir que nos entrevistemos con ellos. Algunos murieron durante la post-producción y nunca sabremos si el participar en nuestra película contribuyó a sus muertes. De cualquier manera, son algunos de muchos héroes panameños forjados por el fuego durante esas épocas difíciles”, resaltó Trent.

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Cuando finalmente estuvo lista la película, La Decepción de Panamá fue mostrada en primera instancia ante los miembros del Sindicato de Periodistas de Panamá, pero la directora también reconoció que hubo presión internacional de grupos de los derechos humanos y de grupos de protección a periodistas en varios países como el Reino Unido, Canadá, los Estados Unidos y Australia, entre otros, ayudaron en parte a revertir la censura del gobierno previa la exhibición formal de la película.

Una vez levantado el veto al filme, La Decepción de Panamá fue difundida en sus respectivos formatos.

Incluso, nos relata Barbara en relación a las ventas del filme en formato de video, el plan era vender el filme en todas las videotiendas panameñas para que con las ganancias se levantaran fondos de ayuda a la población afectada por la invasión, pero antes de que pudiéramos establecer una manera ordenada de hacer esta transacción alguien fuera de Miami comenzó a vender las copias pirateadas de la película en Panamá y nunca podíamos procesar nuestros planes.

“Las copias que vendieron eran terribles en calidad y tenían traducciones muy malas. Algunas copias eran incluso reeditadas y excluían información muy importante. No pudimos tampoco intervenir legalmente y llevarlos a los tribunales”, compartió Trent.

Mientras, en Estados Unidos el filme fue difundido en una docena de ciudades que contaban con afiliadas a PBS y en otro centenar de ciudades que cuentan con algo llamado “canales de acceso público”.

Es más, el premio Óscar ayudó a conseguir que otros países se interesaran en presentar esta película en otras fronteras.

La Decepción de Panamá fue difundida en canales de televisión por cable, se vendieron miles de copias a los videoclubes y actualmente es un material didáctico que utilizan las escuelas, librerías y organizaciones de paz y justicia.

El filme fue presentado en 80 ciudades de Estados Unidos y divulgado entre otros 35 países en más de 20 idiomas, así, mucha gente entendió qué pasó en Panamá y sintieron una gran solidaridad con el pueblo panameño.

Miradas a Panamá

  • Causa Justa 
    Dirigida por Luis Franco y Luis Pacheco, el filme reconstruye en clave de ficción los relatos de un oficial panameño que se siente traicionado por sus superiores, de un joven de barrio que quiere evitar que sus amigos salgan a combatir, de un pescador que pasa mil peripecias al intentar enterrar a su “compadre”, de un empresario estadounidense apresado por conspirar como agente de la CIA y de una prostituta alcohólica que no puede escapar de su pasado. Todo sucede el 20 de diciembre, en medio de los preparativos navideños, que es cuando comenzó la invasión que duró hasta el 31 de enero de 1990. Tras haber sido elegida para representar a Panamá en los Goya y haberse estrenado con gran éxito en su país, la película acaba de ser seleccionada para los Platino 2020.
  • Dollar mambo 
    Paul Leduc, director mexicano, realizó en 1993 un inusual musical que pasó desapercibido en el continente americano, basado, supuestamente, en una historia real panameña: la violación de una mujer por parte de soldados norteamericanos teniendo como telón la invasión a Panamá. Según su argumento, en un club nocturno en Panamá, en el cual marinos, jovenzuelos y pilluelos de poca monta se reunían para ver los números musicales de danza y actos teatrales, la audiencia y los actores creaban una atmósfera interminable de vívidas experiencias a través de la música y la sensualidad de los bailes.
  • Noriega, el favorito de Dios 
    Comedia negra de Roger Spotiswood, con Bo Hiskins en el rol de Noriega, que caricaturizaba la atmósfera circense posterior a la caída del general. En sus primeras tomas, Spotiswoode muestra a Hopkins como un Noriega confesándose con un sacerdote y jactándose de ser un hombre bendecido. Paralelo a esta confesión, en la selva, una tortura y asesinato para la historia de Panamá.
  • El sastre de Panamá 
    Drama de espionaje que narra la historia de Andy Osnard (Pierce Brosnan, 'Mamma mia!'), un espía británico destinado a Panamá. Allí conoce a Harry Pendel, (Geoffrey Rush, 'Piratas del Caribe: En el fin del mundo') un hombre con un pasado oscuro que se gana la vida como sastre. Harry tiene muy buena relación con los políticos y la mafia de Panamá, algo que beneficia a Andy, ya que su objetivo es descubrir las intenciones del presidente de dicho país.
  • Diciembres 
    Diez años después de la breve pero brutal invasión militar de Estados Unidos a Panamá, tres sobrevivientes encontrados son guiados incómodamente a una reconciliación íntima por la persona que perdieron aquella noche despiadada. El filme es dirigido por Enrique Castro.
  • Invasión 
    El director panameño Abner Benaim captura la tragedia y la farsa de la invasión estadounidense de 1989 que quitó del poder al general Noriega. En lugar de narrar la historia con material de archivo, Benaim basa su búsqueda en el presente, entrevistando testigos y pidiendo a las personas representar sus memorias de manera que son al mismo tiempo emotivas y cómicas. Sus entrevistados van desde pobres residentes del bombardeado barrio El Chorrillo a los más famosos rostros panameños del boxeador Roberto “Mano de Piedra” Durán y el cantante Rubén Blades.