Araújo, director general de la bienal

PANAMÁ. La octava bienal de arte de Panamá continúa con su programa entre los buenos comentarios de sus asistentes, que califican el evento como todo un éxito.

El encargado de coordinar y preparar todas las actividades es un hombre entregado al arte y que ha volcado todas sus energías al rescate y promoción de las manifestaciones artísticas en nuestro país.

Walo Araújo, realizó un post grado en gestión cultural en la Universidad de Barcelona y trabajó durante once años en gestiones de cooperación española en Panamá.

Araújo, un experto del arte, nos pone al tanto de la octava bienal.

L.S: ¿Cómo queda involucrado en la Bienal?

W.A: Mi hermano Gustavo ganó el primero premio de la Bienal de 2000. Así fue como yo me enteré de que existía la Bienal.

¿Que le atrajo del evento que lo impulsó a dirigir el mismo?

W.A: Pienso que lo que me atrajo de la Bienal es que sentía mucho respeto por el trabajo que había hecho su fundadora, Mónica Kupfer, y porque creo en el potencial del arte contemporáneo para impulsar en el público la reflexión y el pensamiento crítico en un país en el que eso hace mucha falta.

L.S: ¿De qué forma  está  vinculada la curadora Magali Arriola a la Zona del Canal? W.A: Ella había venido a Panamá por su cuenta en 2003. Más tarde en 2006 vino ya por invitación nuestra y fue entonces cuando, al profundizar su conocimiento sobre Panamá, decidió que la Zona del Canal podría ser el tema de la Bienal.

L.S.¿Cuáles han sido los retos enfrentados por los artistas? W.A: Creo que la mayoría lo han resuelto de manera profesional y han reflexionado e investigado a profundidad para desarrollar sus propuestas. El resultado son visiones agudas, novedosas y a veces sorprendentes de un tema que, a priori, podría parecer ya muy trillado, las relaciones Panamá- EE.UU.

L.S:¿Cuáles son los retos que enfrenta el arte en Panamá? W.A: En mi opinión el reto es lograr que el sistema de educación pública mejore en calidad y pertinencia. En cuanto al arte, tampoco podremos progresar mucho mientras la calidad de la educación que se ofrece (tanto a nivel escolar como universitario) siga siendo tan pésima.