Olores de la vida, ecos del corazón

Actualizado
  • 05/12/2008 01:00
Creado
  • 05/12/2008 01:00
PANAMÁ. La fresca fragancia del día que comienza. El olor del césped mojado, del aguacero que se avecina. El aroma a salitre y a pote...

PANAMÁ. La fresca fragancia del día que comienza. El olor del césped mojado, del aguacero que se avecina. El aroma a salitre y a potencia que despide el mar en cada ola. El perfume que un hombre reconoce en la almohada y que le permite evocar la silueta de la mujer que lo acompañó en la víspera. Del mismo modo que una mujer busca el olor de su hombre en el cuerpo o la ropa.

A través del sentido del olfato nos podemos remontar a nuestras memorias más preciadas, cristalizando instantes que creíamos perdidos en el tiempo. Pero se abren como un álbum recuerdos.

Hay aromas tan arrebatadores que incluso pueden dominar el ánimo o voluntad de una persona, tal como lo sugiere el escritor Patrick Suskind, autor de la novela “El perfume”, llevada al cine.

De acuerdo con el novelista, los seres humanos “pueden cerrar los ojos antes la grandeza, ante el horror, ante la belleza y cerrar los oídos a melodías o palabras seductoras, pero no podían sustraerse al perfume”, ya que el mismo era “hermano del aliento”.

Para Marissa Arias, por ejemplo, la sola pregunta, de qué aromas, le traen recuerdos, la llena de emoción. “Mi mami en los 70´s olía a Halston, en los 80´s a Flora Danica y fue cuando descontinuaron este último que se cambió a Tiffany. Cuando mi mami perdió su lucha contra el cáncer, dejé mis perfumitos por el Tiffany de ella.... Saber que tenia puesto el perfume de mi mamá me hacía sentir especial. Diez años después, lo sigo utilizando diariamente, en un ritual matutino que me conecta profundamente con ella. El olor me transporta a momentos que hoy día trato de imitar con mis propios hijos”. Son los olores de la vida y del corazón.

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