Una historia que genera orgullo

Actualizado
  • 21/04/2009 02:00
Creado
  • 21/04/2009 02:00
PANAMÁ. Orgullo es el sentimiento que aflora entre quienes asisten al montaje de la obra Maestra Vida, del cantautor panameño Rubén Bla...

PANAMÁ. Orgullo es el sentimiento que aflora entre quienes asisten al montaje de la obra Maestra Vida, del cantautor panameño Rubén Blades, que se presenta hasta el 30 de abril en el Teatro en Círculo, y tendrá una función extraordinaria el lunes 4 de mayo.

Orgullo por que es la primera ópera de salsa que existe y se realiza a partir del disco que Blades sacó bajo el sello de Fania Record en 1980. Disco, en dos partes, que relata la historia del amor entre Manuela y Carmelo, teniendo como escenario el histórico barrio de San Felipe.

Orgullo porque el talento nacional se desborda, desde los protagonistas, hasta los de papeles secundarios.

Orgullo porque conmueve ver a un auditorio que se mete en la obra y vive cada una de las actuaciones para terminar aplaudiendo de pie. Orgullo porque desde el autor de la obra, quienes están backstage, realizan el montaje, la escenografía, pasando por el elenco, los músicos, hasta los productores, son todos panameños.

Orgullo porque la copada asistencia al teatro da muestra de la avidez de un público por disfrutar buenas obras.

Orgullo por la tenacidad y perseverancia de quienes abren camino de oportunidades a otros que necesitan expresarse mediante las artes. Orgullo porque directores como Bruce Quinn y productores como Nikki de Roy, acompañados de colaboradores anónimos, pero no por ello menos valiosos, no desmayan en su interés por realizar producciones no tanto por la rentabilidad como por el gusto de hacerlas.

Orgullo porque los poemas hechos canción de Rubén han contagiado a América entera que suspira, baila y se motiva por la lírica con la que se identifican.

Orgullo porque después de 29 años que sonaron por vez primera los versos "..nació mi niño abran los balcones, beban rones, rompan lo que quieran que lo pago yo", nuevas generaciones siguen disfrutando la vena poética de Blades.

Orgullo porque pocas veces las personas pasan de la risa al llanto frente a un espectáculo. Y eso lo lograron las más de 40 personas que dan vida a una historia que hace historia, para conmemorar los 30 años de carrera de Rubén Blades. Una historia que Quinn repite 13 años después de su primer montaje, con la misma emoción y pasión que le mueve en el teatro.

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