El índice de Confianza del Consumidor Panameño (ICCP) se situó en 70 puntos en junio pasado, con una caída de 22 unidades respecto a enero de este año,...
- 07/08/2009 02:00
L os blancos son más inteligentes que los negros” lo afirmó James Watson, premio Nobel de Medicina estadounidense y calificó de falsedad “la igualdad de poderes de razonamiento” entre europeos y africanos. Esta no era la primera vez que Watson lanzaba opiniones controvertidas sobre política, sexo y raza. En 1997, le dijo a un periódico británico que una mujer debería tener el derecho de abortar si supiera que su hijo será homosexual. También, que las personas negras tienen más libido sexual que las blancas y se mostró a favor de crear seres "sólo por su belleza física" excluyendo al homosexual, y quienes tuvieran serios problemas de retardo o malformación.
En el 2000, sorprendió a su audiencia en la Universidad de California, en Berkeley, cuando presentó su teoría sobre el color de la piel y el deseo sexual. En su conferencia, que acompañó con varias diapositivas que mostraban a mujeres en bikini, argumentó que se había descubierto que los extractos de melanina, una hormona que da color a la piel, aumentaban la libido. Por supuesto que las declaraciones de Watson recibieron la condena de abogados, científicos y activistas sociales británicos en pro de la equidad.
Steven Rose, biólogo y miembro fundador de la Sociedad para la Responsabilidad Social en la Ciencia, declaró que sus dichos "son escandalosos, racistas y están lejos de ser científicos". Watson no es el primero ni es el último que trata estos temas polémicos y bastante delicados, porque hablar de sexo, relaciones, racismo, religión, muerte, y política son todos serios, y suelen ser boletos de ida hacia conflictos y ofensas lo que no es bueno para la humanidad. A modo de recordatorio vale decir que la misoginia, odio a las mujeres, es reconocida por muchos como una ideología, como es el racismo o el antisemitismo existente, para justificar y reproducir la subordinación de las mujeres por los hombres. La misoginia forma parte de patrones culturales de sociedades que establecen rígidas reglas para las mujeres, y ante la duda, al cumplimiento estricto de las mismas se toma el derecho de decir..."Algo habrá hecho"...."Mujer tenia que ser"...."a las mujeres no hay que"...."No son confiables".
La misoginia está tan arraigada entre la gente que la toman con naturalidad, ya que no se percibe como perniciosa. El problema, es que mientras no nos demos cuenta de que las mujeres para el misógino son lo que el Judío al nazi, y lo que el negro al racista, las mujeres seguirán cayendo en la discriminación de su sexo. El racismo dentro de todas sus implicaciones totalmente absurdas degrada substancialmente la dignidad de toda persona, la reduce, la simplifica, la avasalla. Nadie es ni inferior ni superior, sólo diferente porque todos somos hijos de Dios.
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