Una mujer independiente

Mi día empieza a las 6:00 a.m. y automáticamente pongo a Fernando Correa de Debate Abierto. Me encanta cómo parquea a las personas que se quieren congraciar en las pantallas que levantan la clase política de mi país todas las mañanas, pero me “extraencanta” cuando me defiende de un compañero de mi partido, PRD, cosa que me extraña ya que soy de su partido y pienso.. y el resultado de mi análisis es que “ni lo conozco”, ¡ah...! y llamaré a Correa para darle las gracias por defenderme.

Escucho las voces en debate mientras levanto a mis hijas para la escuela, suplicando que recojan su ropa del piso, se laven los dientes y hagan la cama. Salimos cuando el reloj nos indica 7:30, mientras nos subimos al auto escuchamos los piropos y silbidos constantes de la construcción frente a mi casa.

Nos rotamos entre el desayuno de Kotowa y Pan y Canela, hoy nos toca Kotowa, y a mi hija menor se le derrama el chocolate caliente en la barriga. Oigo un grito y después lloradera. Justo en ese momento decido que no compraré más nada caliente en las mañanas y se los informo casi en histeria (como las madres solemos hacer) por la desesperacion de mi bebé. Finalmente las dejo y me voy a tomar mi café y a armar mi día , hoy nos vamos a Venao y quiero armar todo lo de mis clientes antes de irme; mi meta es salir a las 3:30.

Después de 38 mil millas decido ir a cambiar el aceite, dejo mi carrito en el taller y me voy a editar la campaña en contra de la minería metálica de CIAM, que por cierto está quedando bella. Después de un par de horas regreso al taller y está el dueño del taller esperándome con cara de que me va a regañar y justo eso es lo que hace. Aparentemente el aceite se cambia cada 5 mil millas y mi motor está a punto de explotar. Gracias Daihatsu por hacer un auto a prueba de ¡mujer soltera! Me lo arreglan y salgo con mi Materia y algo nuevo aprendido.

Salimos a Venao dos horas tarde, tengo el súper, mi tabla, y buena música para las chicas. Me voy por el puente nuevo para no encontrarme con el tráfico desesperante del viejo. Las niñas se duermen, como de costumbre, y yo pienso, como de costumbre.

Suena mi celular y contesto (con el handsfree). Es mi ex y mientras converso de mi semana caigo en un hueco espantoso a la altura de la entrada de El Valle. Inmediatamente me doy cuenta que tengo un flat , entro en pánico por 2 segundos, cuelgo la llamada y paro el auto.

Entro en acción y saco mi llanta de repuesto, voy y le pido ayuda a dos jóvenes que están allí parados. Con gusto me ayudan, pero me señalan que tengo dos llantas flat, ufff..

Miro hacia un restaurante, inmediatamente camino hacia él, está la dueña y su esposo me dan un conector para cargar mi cel. y también el numero de Óscar, el llantero que me salvó de esta situación con dos llantas y su hijo bello que me las cambia.

Esa noche llego a las 12:17 a Venao, todos están en la playa, bajamos mis hijas y yo y terminamos acostándonos en la arena mirando hacia el cielo lleno de estrellas tratando de atrapar una fugaz y en ese instante pienso, que ¡todo valió la pena!