El hijo intersexual

Actualizado
  • 13/11/2009 01:00
Creado
  • 13/11/2009 01:00
La sexualidad es natural porque forma parte de los seres humanos por su capacidad para el placer, el goce y de los afectos. Como persona...

La sexualidad es natural porque forma parte de los seres humanos por su capacidad para el placer, el goce y de los afectos. Como personas a lo largo de nuestras vidas vamos evolucionando y transformándonos como seres sexuados en plenitud y satisfacción.

Pero, la realidad es otra para los que en el camino se encuentran con ciertas dificultades con sus órganos genitales ya sea del hombre o la mujer con diferentes manifestaciones físicas: abertura vaginal, que puede estar parcialmente fusionada, pene o clítoris, más o menos desarrollado, y ovarios o testículos, normalmente internos.

A la persona que sufre esta condición y desde tiempos memoriables se les denominaba “hermafrodita”, pero en la actualidad el término correcto y aceptado es “intersexual” y consiste en la presencia simultánea de características sexuales masculinas y femeninas y aunque tengan genitales masculinos pueden sentirse mujeres y viceversa. En mi experiencia clínica con intersexuales sólo he tenido un caso.

Cuando hay situaciones sexuales que impiden llevar una vida sexual a plenitud se inhibe su desarrollo no solamente en lo físico sino emocionalmente. El desarrollo sexual tiene dos tipos de origen: el físico u orgánico y el psicológico. Aunque algunas son exclusivamente emocionales y psicógenas, otras tienen su principal origen en aspectos absolutamente orgánicos o fisiológicos.

En estas últimas, todos los investigadores del tema apuntan a que aunque su principal origen se sitúa en lo físico, en el caso que nos interesa tarde o temprano se desarrollarán aspectos emocionales que tendrán una importancia crucial en el mantenimiento de la disfunción.

Las disfunciones sexuales son algo frecuente, tanto en hombres como en mujeres; y generalmente tienen solución si son tratadas a tiempo y por profesionales adecuados.

Muchas de las personas que padecen una disfunción, —sea cual sea—, pueden sentir vergüenza, miedo y culpa ya no sólo para con ellos mismos sino también por sus parejas afectivas. El creer que estas situaciones sólo le afectan a uno y que el resto del mundo goza de una sexualidad fantástica, impiden a muchas personas el buscar una ayuda que puede intentar resolver una situación anómala.

Recomendaciones:

Si tienes un hijo o una hija con estas características genitales, lo primero es abordar el tema con madurez y que esto no afecte tu relación de amor y afecto para con tu criatura.

El entendimiento, la comprensión y la tolerancia son elementos que debes tener presente así como la ayuda profesional de los especialistas en el tema, así como la ayuda psicológica necesaria para todos los que conforman el núcleo familiar.

Lo cierto es que, es una situación incómoda y poco aceptable en la sociedad. Pero, que más da. Para ello y para aliviar un tanto el dolor que puedas sentir como padre o madre es instruirte en cómo mantener una adecuada comunicación padre-madre-hijo que conduzca a un acercamiento sin miedos, temores o indiferencia.

Así como promover la confianza entre padre-madre-hijo y elevar la calidad de vida de la pareja, en este caso, del padre y la madre.

www.visionsexual.com

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