De herencias y ombligos

Actualizado
  • 15/11/2009 01:00
Creado
  • 15/11/2009 01:00
Mira qué lindo, sacó los ojos de su papá, la nariz de su mamá y el descaro de su tataratatarabuelo…si Mendel levantara la cabeza se volv...

Mira qué lindo, sacó los ojos de su papá, la nariz de su mamá y el descaro de su tataratatarabuelo…si Mendel levantara la cabeza se volvería a morir al ver lo que hacen en Panamá con sus leyes. El lunes leí con estupor, en la portada de uno de los diarios de la localidad una frase que me revolvió las tripas: “El ser panameño deviene de muchas razas y culturas, entre las que impera la ibérica, precisamente la impronta de aquellos buscavidas que llegaron durante la conquista. Con ellos vino el “juegavivo” “.

La cosa es que me pilló desprevenida, ya que yo creía, ingenua de mí, que hasta el próximo doce de octubre no tendría que volver a leer semejantes boutades. Pues ya ven, Panamá siempre me sorprende. La cosa es que es gracioso que se empeñen en seguir echándole la culpa de sus fallos a personas que llevan cientos de años muertas, y que además, habría que demostrar que eran los únicos poseedores de los defectos que ustedes les achacan a sus supuestos descendientes, es decir, ¿cómo puede usted demostrar que el tipo que se le cuela en la cola del cine es descendiente de aquellos rufianes que llegaron con la conquista y no de los posteriores rufianes que llegaron en sucesivas oleadas? Porque aquí hay descendientes hasta de los vikingos, me consta. Y esos también eran unos sinvergüenzas.

En fin, que es muy fácil echarle la culpa al otro para no tener que reconocer que en Panamá el descaro, la grosería y la desfachatez se dan por la mala educación de la generación inmediatamente anterior, o sea que la culpa la tienen usted, y su señora madre, con todo respeto, o su señor padre, al que también le cabe derecho. Sus progenitores y los del vecino tienen la culpa por no haberles enseñado a sus hijos buenos modales, honradez y decencia, y por no haberles explicado lo que significan palabras como honor y vergüenza. Y usted tiene la culpa por permitir, en el caso de que usted sea de esa porción de panameños bien educados, (de que los hay, los hay) que los caraduras lo avasallen. Si, porque el quejarse es una virtud, y el pelear por lo que es de uno también. Si uno tiene la suficiente cara dura para tratar de invadir sus derechos usted debería ser lo suficientemente valiente para defenderse, pero ante la propia cobardía es mejor echar pelotas fuera y decidir que todos somos así por culpa de los españoles. ¡Já!, y lo peor de todo es que el ser unos bragazas se traduce a muchas otras cosas, por ejemplo, la culpa de la corrupción en este país la tiene su forma geológica, porque supuestamente es un país de tránsito así aquí la gente solo comercia, y comercia con todo. La culpa de que la gente llegue tarde a todos sitios la tiene la lluvia (y eso en un país donde llueve 300 días al año). La culpa del incremento de la delincuencia la tienen los colombianos (o los nicaragüenses, o….rellene con lo que desee en la línea de puntos) La culpa de que aquí no haya industria la tienen los gringos (sí señores, hasta eso he oído yo). Si usted atropella y mata a dos personas honradas, la culpa no la tiene el guaro que usted ingirió y su irresponsabilidad, la culpa la tiene un coche fantasma.

¿No se dan cuenta de que ustedes no tienen la culpa de nada? Son simples marionetas guiadas por hilos invisibles manejados no solo por controladores extranjeros, sino por fantasmas centenarios. ¡Qué triste es su vida! Ustedes son unos seres humanos miserables que viven en un país que no evoluciona, que continúan atrapados en un pretérito imperfecto de defectos y manías heredadas, regodeándose en lo que les ha pasado para justificar su necedad.

Siguen empecinados en achacar a otros la culpa de sus desgracias y en vez de afrontar sus defectos y tratar de salir de ellos a base de tesón y educación se miran el ombligo. Panamá, ombligo del mundo. Lo malo del caso es que en los ombligos, generalmente, solo crecen bolitas de borra gris.

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