Estilo para las mayores

Actualizado
  • 29/04/2010 02:00
Creado
  • 29/04/2010 02:00
A medida que los años pasan y nuestro acervo de experiencias, vivencias y sabiduría se enriquece, nuestro cuerpo cambia. Cambia nuestro ...

A medida que los años pasan y nuestro acervo de experiencias, vivencias y sabiduría se enriquece, nuestro cuerpo cambia. Cambia nuestro ritmo al caminar, las velocidades y la fuerza de gravedad hacen lo suyo y definitivamente siempre nos sentiremos de 16 años, aunque el físico nos traicione de vez en cuando.

Nuestra imagen ha de ser cónsona con nuestro cuerpo y sus tiempos, por ello el tema de la vestimenta por supuesto que juega un importante papel en cada etapa de nuestras vidas.

Hace días esperaba en una fila cuando vi llegar a una mujer de unos 80 años, regia, definitivamente una dama fabulosa. Vi algunas cosas y se podían adivinar otras. Creo que es la interpretación perfecta de lo que he querido decir en las líneas que hoy escribí para ustedes: ella era una mujer de piel clara, en su cutis se veían las líneas y expresiones que le correspondían, su cabello no dejaba entrever las canas bajo un precioso tono castaño, usaba grandes anteojos de sol, muy Hepburn. Vestía de lino blanco que daba consistencia y cuerpo a su frágil figura, llevaba un tono coral oscuro en los labios y las uñas de las manos pintadas de rojo. Usaba mocasines planos comodísimos de sólo verlos...un guante. Se apoyó del brazo de su ayudante y se retiró caminando pausadamente mientras yo adivinaba en ella a la mujer regia que debe haber sido durante toda su vida, y quien sin duda supo llevar con gracia cada una de las fases que la vida le regaló.

Esperando en una oficina de correos me llamó la atención una mujer de unos 50 años que vestía y se conducía como si tuviera 70 mal llevados. Se apoyaba en bastón, caminaba lentamente, se quejaba, el pelo lo llevaba algo desordenado y la ropa le quedaba grande. Me habló. ¡Qué encanto de mujer! Me dijo una cosa, dos cosas, y la tercera cosa que me dijo era que tenía 80 años. Casi me desmayo. O sea que yo pensé que era una mujer joven que tenía aspecto de alguien 20 años mayor, cuando en realidad era 30 años mayor de lo que su piel decía pero no lo aprovechaba y sólo se veía 10 años menor.

¡Qué enredo! Nada más que decir.

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