Panamá, capital del vino

Actualizado
  • 15/05/2011 02:00
Creado
  • 15/05/2011 02:00
La cantidad y calidad de vinos que podemos encontrar en Panamá es cada vez mayor. No dejan mentir los cada vez más extensos pasillos en...

La cantidad y calidad de vinos que podemos encontrar en Panamá es cada vez mayor. No dejan mentir los cada vez más extensos pasillos en los supermercados, las tiendas y bares especializados y las cada vez más extensas cartas en los restaurantes.

INICIOS

El vino es una bebida que toma más importancia día con día en una tendencia que lleva unos 15 años. Recuerda el persidente del VinocluB Panamá, chef Rafael Ciniglio (Restaurante De Las Américas), en esos momentos se tomaba más el whisky o la cerveza. En conjunto con los chefs Willy Diggelmman (Chalet Suizo y 1985); Pedro Masoliver (Café Balear); y Pascal Finet (Casco Viejo), decidieron crear el VinocluB de Panamá con el objetivo principal de dar a conocer ‘el inmenso mundo del vino en nuestro país’ ya que habían descubierto que el público no tenía conocimientos suficientes.

El club, pionero de estas actividades, comenzó con pocas catas al mes, pero poco a poco fueron surgiendo más adeptos. ‘Hoy están afiliadas más de 100 personas, se hacen 4 tipos de catas diferentes, cenas de maridaje, catas con sommelier y dueños de bodega, 6 cursos diferentes vinos y hasta viajes (excursiones) a países productores de vinos además de Expovino, feria anual organizada por el VinocluB de Panamá que ha permitido que el vino en Panamá tenga más auge.’, afirma Ciniglio.

MÁS INFORMACIÓN

Al día de hoy, la situación del vino ha cambiado totalmente. Prueba de esto son las catas con frecuencia de una semana que ofrece Felipe Motta, el mayor importador de vinos en Panamá.

‘Ofrecemos cursos en dos ámbitos: por parte de export managers o enólogos de nuestros proveedores y cursos de formación que ofrecen información de vinos ya sea por países, variedades de uva o maridaje’, detalla Basilio Barros, sommelier del Wine Store de Felipe Motta. ‘El curso de introducción es el que se llena más rápido y se ofrece todos los meses. El tema del maridaje es el que más interés presenta por los asistentes’, añade.

Y es que el vino es una bebida gastronómica, que se presenta en la mesa para acompañar las comidas. Siendo este su papel principal, es muy importante saber qué vinos se pueden acompañar con determinadas comidas.

‘Las catas son un vehículo, un medio de información del cliente en referencia a la cultura del vino. Y son una buena manera de conocer vinos ’, establece el sommelier, sin embargo, establece que si bien se habla de cultura del vino, esta información no debe ser complicada ni muy técnica. ‘la información que un recibe habitualmente del vino es tema de puntajes, tema de rankings, pero eso no es lo más importante. Hay que ver el vino desde una perspectiva mucho más cotidiana, la de que acompaña nuestras comidas’.

CONOCIMIENTOS ‘ONLINE’

En esto coincide con Juan Carlos Ortega, creador del Club Amantes del Vino, club virtual que ofrece información y cursos a través de internet. ‘El objetivo es divulgar la cultura del vino de una manera sencilla, sin complicaciones tabúes y mitos, sin perder los protocolos ni el romanticismo que lleva todas estas cosas para que la gente le pierda el miedo’.

La frase ‘romanticismo sí, esnobismo no’, se ha convertido en un lema para este amante del vino.

El interés por el vino le llegó a Ortega siguiendo la recomendación de un médico que le aconsejó tomar una copa de vino al día. ‘Me quedé frente a los anaqueles sin saber qué escoger’, recuerda.

Ortega decidió compartir sus conocimientos en un grupo que se inició en Facebook y que en la actualidad tiene más de 5 mil miembros y una página web propia en la cual se presenta información 2 veces a la semana y ofrece un curso virtual. La actividad lleva más de 3 años y en Panamá, el club ofrece catas a través del Restaurante Mediterráneo.

‘Hacemos catas en las que tratamos de no pasar de 30 personas par que el manejo del grupo sea más sencillo y todos aprovechen’, apunta Ortega. En estos grupos se congregan tanto personas con conocimientos intermedios hasta gente que nunca ha asistido a una cata, pero todos tienen en común un gran entusiasmo por aprender. Ortega planea iniciar un ciclo de cursos presenciales para los novatos que no se hallan tan cómodos trabajando en sus computadoras.

POR EL PLACER SENSORIAL

En una onda mucho más epicurea, como él mismo la llama, el chef Fabien Migny estableció hace unos dos años el Twenty Wine Club, para ‘reunir gentes, compartir gratos momentos alrededor de una mesa y sobre todo, descubrir nuevas emociones y nuevos sabores con productos nuevos’. Sus reuniones se llevan acabo en el Restaurante Ten Bistro, una vez al mes y constan de un menú de degustación de seis o sietes platos con una copa de vino diferente para cada plato. ‘No hacemos notas específicas de los vinos, más bien se trata de saborear’, detalla Migny. A la cita siempre llegan las 20 personas, entre ellas algunos nuevos aficionados.

Sea como sea el método, los panameños están buscando la manera de conocer más sobre la extensa variedad de vinos que ofrece el mercado.

EL PANAMEÑO, UN CURIOSO

‘El consumidor panameño está ávido de conocer, aprender, consumir más. Hay un público que está educado y eso también se ve en los restaurantes. Los clientes buscan recomendaciones, productos de calidad, la oferta ha cambiado, hay vinos de mejor nivel’, afirma Barros.

Migny, por su parte, considera que hay un interés muy grande por el vino, ya es parte de la cultura, se aprecia un vino para comer, se habla de forma más técnica sobre el tema, y se mantiene la curiosidad de descubrir nuevos productos y la oportunidad de encontrar un ’vinazo’.

En Panamá ya se pueden encontrar ‘conocedores, amantes, aficionados, novatos. Hoy día son los jóvenes los más interesados en adquirir conocimientos sobre el tema de los vinos’, dice Ciniglio, lo que indica que más que una moda, el vino ha llegado para quedarse.

‘El vino ha empezado a moverse en Panamá y se va a seguir moviendo, será una tendencia importante en los próximos años’, dice Ortega, mientras que Ciniglio opina que gracias a la prensa, la televisión, el cine y la exposición de vinos en tiendas y restaurantes, el mercado del vino en Panamá fácilmente se duplicará en unos 10 años.

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