La comida, una aventura

Actualizado
  • 04/09/2011 02:00
Creado
  • 04/09/2011 02:00
PANAMÁ. Cuando pensamos en un lugar que queda ‘del otro lado del puente’, pensamos en campo, aunque hace ya varios años que esto ha deja...

PANAMÁ. Cuando pensamos en un lugar que queda ‘del otro lado del puente’, pensamos en campo, aunque hace ya varios años que esto ha dejado de ser una realidad. Donde quedaba la antigua base militar en Howard se erigen una serie de nuevos edificios que han vuelto a dar vida a esa franja de terreno que estuvo desocupada por algunos años.

En el complejo International Business Park está ubicado un nuevo restaurante, se llama D’Vinos.

Se trata de la primera sucursal de D’Vinos Wine club de Málaga, España, espacio dirigido por el chef español Antonio García Rodríguez, especializado en ofrecer actividades relacionadas con el mundo del vino y la gastronomía.

El modelo se trasladó a Panamá, claro está, con algunas variantes. ‘No se trata de un país productor de vinos sino un país importador, lo cual ofrece un panorama interesante pues da la posibilidad de mostrar vinos de distintas partes del mundo’, detalla García.

Gastronómicamente hablando, D’vinos presenta técnicas utilizadas por pocos chefs en el país. ‘Estamos 100% dedicados a la cocina molecular, creo que somos 2 o 3 solamente los que en Panamá estamos haciendo eso’, comenta.

La cocina molecular, explica García, ‘ es intentar llevar a cliente los alimentos con todas sus propiedades’.

Para ello se requiere de equipo de alta tecnología en la cocina, incluyendo técnicas de vacío, para controlar con muy poco margen de error tanto temperaturas como tiempos de cocción, y el conocimiento de las propiedades fisico-químicas de esos alimentos, para manejarlos de la mejor manera’.

García también trabaja con modificación de texturas, crea para sus platos espumas, aires, geles, cambios que les permite mostrar al cliente una ‘creatividad culinaria que logre que dejen de percibir el almuerzo o la cena como un trámite, sino más bien como una aventura de todos los sentidos’, afirma.

Pero esto no significa que las porciones se reducen.

D’Vinos ofrece también almuerzos ejecutivos y servicio de catering, muy conveniente para el público ejecutivo que se desempeña en esta área de desarrollo económico.

La carta del restaurante está basada en una fusión que integra productos mediterráneos con productos y conceptos de Oriente, el norte de África y el Caribe.

Para García tanto las entradas como los postres son muy importantes, la entrada es la primera experiencia con los sabores del restaurante mientras que el postre es el recuerdo con el cual uno se va.

El apartado de entradas cuenta con variedad de quesos, patés, hígado de pato, pescados fríos y nsaladas. El chef recomienda la ensalada de crema de espárragos verdes con tomate, jamón ibérico de bellota y aceite de semillas de uva o el Foie gras de pato con manzana caramelizada, reducción de naranja y vainilla y espuma de brandy.

En platos fuertes, un Tataki de atún en tempura con ensalada de mango y aguacate y mayonesa de wasabi, el plato más vendido de la carta y, en cuanto a postres, un tiramisú con crema de Bayleys helado de café, mousse de chocolate y gelatina de amaretto o un delicioso coulant de chocolate blanco.

MARIDAJE

D’Vinos no tiene vino de la casa pues el encasillarse con una marca no le permitiría ofrecer la más acertada recomendación.

‘Intentamos aconsejar al cliente sobre qué vino es el más adecuado para comer con el plato que ha pedido, aunque a veces ya el cliente viene con su propia idea’, cuenta García. En algunas ocasiones, el chef ofrece su recomendación, incluso como una cortesía. ‘Muy pocas veces el cliente ha dejado de comprar la botella’, asegura el chef. García y todo su equipo trabajan para consolidar en Panamá una marca de calidad como la que ha logrado en Málaga, lo que le permitirá llevar al cliente a una experiencia completa.

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