El dueño de la favela colorida

Actualizado
  • 07/10/2012 02:00
Creado
  • 07/10/2012 02:00
Ir a Río de Janerio y no pasar por la reconocida escalera artística multicolor de Jorge Selarón es imperdonable, puesto que lo más segur...

Ir a Río de Janerio y no pasar por la reconocida escalera artística multicolor de Jorge Selarón es imperdonable, puesto que lo más seguro es que haya un grabado de tu país en algún sitio de esta obra ubicada en la favela de Santa Teresa, junto al convento homónimo, en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, en la zona mejor conocida como Lapa.

La escalera se extiende desde el barrio de Lapa, cerca de los arcos del acueducto hasta Santa Teresa, uno de los escenarios predilectos por los bohemios, sitio de reunión para gran cantidad de creativos desde mediados del siglo pasado. Ellos formaron lo que hoy en día es un barrio inundado con carteles que te indican donde está el atelier de un artista. Ahora es un punto indicado para hacer muchas fotografías y guardarlas en tus archivos de viajes.

Muchos han escrito sobre Selarón, el artista chileno que ha vivido en 57 países, el responsable de esta obra interminable, colorida y visitada por miles de turistas de todas partes del mundo, incluyendo del propio Brasil. Pero lo más notable de esta famosa vereda compuesta por 250 escaleras que miden 125 metros de longitud, y que están cubiertos con unos 2500 azulejos de 143 países de todo el mundo es la frecuencia con la que es visitada.

La obra adquirió gran popularidad en 1990 cuando Selarón se enamoró de la ciudad y decidió vivir en Río de Janeiro. Hoy, estas vistosas veredas son del orgullo de este hombre de 65 años de edad querido por sus vecinos. Un ser humano particular y auténtico porque siempre lleva puesto una prenda de su color favorito: el rojo. Otra de sus excentricidades es su modo de saludar: sacando una lengua rosada de su boca flanqueada por una peculiar barba en forma de ‘W’.

Selarón se emociona cuando le hablas de algún país donde vivió, como es el caso de Panamá, del que conserva una multitud de recuerdos.

SORPRESIVA VISITA

En Río de Janeiro hay una gran variedad de agencias que ofrecen ‘tours’ a distintos puntos de la ciudad y el barrio de Santa Teresa en la mayoría de los casos está incluido en las agendas del trip. Fue una tarde soleada del martes 24 de septiembre cuando llegamos al barrio para apreciar la renombrada ‘Escadeiras de Selarón’. Cuando puse el pie en el lugar junto a otras 10 personas, su asistente, el argentino César Gómez, nos vio llegar con nuestras cámaras fotográficas. Bajó corriendo a saludarnos y señaló con su mano derecha: ‘Saben quien está allá arriba’, el dueño de esta obra. Sí, ese era Selarón, el mismo que vista y calza quien portaba un sombrero rojo y unos vaqueros a media rodilla. El artista desde un alto saludó al grupo con sus manos ocupadas con un pedazo de azulejo rojo.

Emocionados, los visitantes solicitaron tomarse una foto con el artista, pero Selerón prefirió primero que todos conociéramos su taller en el que hay más de 25 mil mujeres negras embarazadas, pintadas por él desde 1977. No perdimos el tiempo para retratarnos con Selarón, así como lo han hecho famosos como Bono, de la agrupación U2, Baby Face y Snoop Dogg, entre otros.

Estas escalares han sido publicadas por revistas y programas televisión de todo el mundo como National Geographic, Time, Wall Paper y Elle Decoration (Londres). Allí se ha grabado un episodio de CSI Miami y la película Hulk, con Edward Norton. También han sido prestadas para filmar comerciales de marcas transnacionales.

SU ESTANCIA EN PANAMÁ

Tantas vueltas ha dado Selarón por el mundo que no recuerda en qué año vivió en Panamá, cree que fue a inicios de la década de 1970.

Aunque fue corto el tiempo que platiqué con el artista, dijo que dejó en el Istmo muchos amigos y un gran amor: una panameña con la que caso posteriormente. Su ayudante Gómez, dijo que fue en Panamá donde empezó todo, pero sobre sus obras se limitó a decir que esa inspiración está guardada en su interior, un problema del pasado del que prefiere callar. Muchos medios han tratado de desvelar el secreto, pero él se niega a decir una palabra. Él mismo se cataloga como un ‘loco’ y dice que su obra no tiene un final porque siempre está en constante modificaciones.

Recordó cuando puso el primer azulejo en la escalera. Lo miraban como un ser extraño. Explicó que esos azulejos fueron rescatados de distintas obras de construcción que encontraba en la ciudad. Pero hoy, la mayoría de sus piezas son donadas por los visitantes de todo el mundo que han conocido la obra de este excéntrico personaje. De todos los azulejos, más de 300 han sido pintados a mano por Selarón.

Es tanta la simpatía del artista por Panamá que empezó a mostrarme las azulejos alusivos al mapa de Panamá que ocupa el segundo escalón de su obra. A los laterales se encuentran imágenes del Canal de Panamá, de la Comarca Guna Yala, las playas del Caribe, el Puente de la Américas, el Escudo Nacional.

Selarón se afana de contarle a todos los turistas que no cesará de pegar azulejos de distintos tamaños y formas hasta que llegue el día de partir.

Aixa Jirón es una panameña que aseguró haber conocido a Selarón cuando residía en la ciudad de Panamá. Comentó que hay varios restaurantes en el país en donde cuelgan cuadros de sus negras embarazadas y nalgonas con caderas prominentes. Ella apuesta que fue en Panamá donde él se inició con ese estilo.

Aixa recuerda que el artista fue amigo de un amigo de ella que se llama Saulo quien se dedica a la joyería. Le cuentan que Selarón había sido profesor de tenis y que un día así como llegó al país así se fue y solo dejó en Panamá una colección de sus obras, otras muchas más que quedaron guardadas en el taller de Saulo. y que todavía las conserva.

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