Reflexiones ilegales y otras hierbas

Actualizado
  • 14/10/2012 02:00
Creado
  • 14/10/2012 02:00
El amigo Enrique Pérez Him –cineasta pana meño que esta semana estará presentando en el estudio del GECU su documental Caos en la Ciudad...

El amigo Enrique Pérez Him –cineasta pana meño que esta semana estará presentando en el estudio del GECU su documental Caos en la Ciudad, ganador por Panamá del programa DocTV Latinoamérica- me comentó que mi columna del domingo 30 de septiembre le había parecido algo negativa. En ella escribí sobre la despenalización y legalización de las drogas en Panamá, preguntándome si estamos listos para entrar en ese debate (se puede leer en http://blogs.laestrella.com.pa/rquintero/); y al final concluí que no lo estamos.

Yo estoy a favor de la legalización y –aunque no entré en detalles- sospecho que el lector pudo deducirlo al leer el artículo. Creo que los seres humanos debemos ser libres para decidir qué hacer con nuestras vidas, sin intermediación del estado; y, principalmente, creo que la lucha contra el narcotráfico no se va a ganar con más violencia y ‘mano dura’, eso es una excusa sanguinaria que sirve para mover la economía vendiendo y comprando armas. Por eso creo que despenalizando la tenencia y legalizando el cultivo y consumo, encontraremos una solución más sensata a este flagelo. ¿Cómo hacerlo? Ahí está la cuestión.

No me explayé en los motivos porque ya había escrito al r especto (ver ‘¿Huele a humo verde en América?’, del 25 de marzo pasado). Decidí enfocarme en lo que me había preguntado mi editora: ¿estamos listos en Panamá? Por eso hoy quiero reflexionar sobre el comentario de Enrique, porque a mí también me sorprendió mucho cómo llegué a una conclusión tan negativa –también pesimista y absolutista- si apoyo la legalización. ¿Parece contradictorio? Quizá no era un buen día para escribir; o en el fondo, no es más que una sana dicotomía entre el país que sueño y el que tenemos.

Honestamente, me preocupan tantas otras cosas que están ocurriendo en Panamá, como para creer que la legalización de las drogas es una prioridad. Pero escribo esto y sospecho que quizá soy muy ingenuo al pensar que primero hay que atender la salud y la educación –dos temas que me inquietan mucho- antes de plantear innovaciones o alternativas en materia de seguridad. Y entonces comprendo el aporte del compañero cineasta, porque lo correcto es analizar estos asuntos al mismo tiempo y de forma integral, de la mano de todos los sectores del país.

Más cuando el Ministro de Seguridad diariamente de fiende en los medios de comunicación la compra de armamento y la instalación de bases aeronavales. ¿Para qué todas esas armas, para qué toda esa inversión? Si los propios estamentos de seguridad informan que los índices de criminalidad están disminuyendo, mientras que la violencia social está creciendo. Ahí es donde hay que trabajar y pronto, porque ahora el propio ministro defiende la creación de un proyecto de ley para sancionar penalmente a los menores desde los 12 años. ¿Qué opciones le estamos dando a esa niñez perdida en la pobreza y la desigualdad social, como para negarles toda esperanza y meterlos presos? ¿Metiéndolos a la cárcel vamos a acabar con el problema? ¿Con cual de todos los problemas?

Resolver el país desde una columna de 500 palabras, es un delirio semanal que me procura más tristezas que alegrías. Es igualmente absurdo hacerlo desde el cine o el teatro. Pero supongo que tampoco podemos evitar intentarlo. Gracias Quique por tu comentario, felicidades por la película.

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