¡Es tiempo de que rueden las cabezas!

Actualizado
  • 17/11/2013 01:00
Creado
  • 17/11/2013 01:00
‘Y, ¿por qué en tu columna escribes tan poco sobre lo que está ocurriendo en este país en el ámbito de la política, Javier?’, me pregunt...

‘Y, ¿por qué en tu columna escribes tan poco sobre lo que está ocurriendo en este país en el ámbito de la política, Javier?’, me pregunta un colega escritor. ‘Porque la política y sus manifestaciones, no solo aquí sino en todo el mundo, son muy posteriores a la antropología, la psicología y, en suma, a todo aquello que nos constituye como seres humanos. Es decir que el robo, la manipulación, la demagogia y, en una palabra, la corrupción, son claro reflejo de nuestra naturaleza humana. Solo se me ocurre decirte, en palabras de Thomas Hobbes, que ‘el hombre es el lobo del hombre’ y que así seguirá siendo’. ‘De todos modos, Javier, no por ello debemos caer en nihilismos; eres escritor y cantautor, tienes el compromiso social de escribir sobre los desbarajustes que se llevan a cabo de la mano de este gobierno que ya tiene color de dictadura de derechas’.

‘Supongo que algo de razón tienes, aunque Onetti decía que el único compromiso de un escritor es escribir bien. Pero, sabes, lo que pasa es que si me pusiera manos a la obra y comenzara a denunciar a pecho abierto las ‘supuestas irregularidades que se dan dentro y fuera del ejecutivo’ —me quedó bien esa frase, ¿no?; toda una prenda del eufemismo tan representativo del periodismo de hoy en día, ¿o no?, dígale ahí—, lo que yo esperaría de mis lectores es que hiciesen lo único plausible y digno en estos casos: alzarse en armas y echar al monarca abajo, apresarlo, llevarlo a la guillotina y cortarle la cabeza, y luego poner a todos sus súbditos —lambones de mierda— en fila, no india sino rabiblanca, burguesa y proletaria, y que rueden las cabezas, compadre, como en tiempos de Robespierre; pero sé que no ocurrirá, ninguno de mis lectores hará eso, porque no es civilizado, y sobre todo porque no es «democrático» (vaya vocablo desprestigiado y hueco; me recuerda esto que dice Fernando Vallejo: ‘Ruido y bribonería es lo que encuentro en todas partes. Y elecciones. Este planetoide del Sistema Solar se la pasa los 365 días del año ejerciendo lo que llaman ‘democracia’, eligiendo hampones’). En fin, que a la postre mi columna se convertiría en un espacio en el que yo pudiera despotricar y desahogarme y expresar mis frustraciones y la poesía y la música qué, compa, dígame, dónde quedarían la poesía y la música’.

‘Y de qué nos pueden servir la poesía y la música en estos tiempos oscuros en que pisotean nuestra dignidad tan flagrantemente, Javier, a ver, dime’. ‘Nos sirven precisamente para devolvernos nuestra humanidad. La poesía y la música nos recuerdan que acaso este mundo aún valga la pena vivirlo y —tal vez— salvarlo (siempre es lindo pensar que se puede salvar algo o a alguien; a pesar de lo que diga mi admirado George Carlin; por ejemplo, que nosotros, la raza humana, somos la plaga)’. ‘Y no será, Javier, que todo eso de la poesía, la música y el arte es solo una estrategia para darle la espalda al mundo, artimañas de escapistas’. ‘Puede ser, compadre, pero, como te dije: o es eso, o que rueden las cabezas; porque, te lo repito, yo lo que quiero es que el terror venga, que corra la sangre’.

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