Veinte años de zapatismo

El 1 de enero de 1994 el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se levantó en armas en contra de la marginación y explotación al que han sido sometido los pueblos indígenas por 500 años, pero también en contra del modelo neoliberal de globalización y la firma del tratado de libre comercio norteamericano (NAFTA).

El levantamiento, que duro 12 días y ocupó algunos de los principales municipios del Estado de Chiapas, convulsionó al mundo entero, no solo por la fuerza moral de sus demandas y la audacia de su accionar, sino particularmente por la coyuntura en que se da, donde tras la caída del muro de Berlín en 1989 se había proclamado la supuesta defunción de la izquierda y el triunfo definitivo del capitalismo y la democracia liberal.

A lo largo de los 20 años posteriores al levantamiento, donde a pesar de los acuerdos traicionados por el Estado Mexicano y de una permanente persecución militar, económica, política y mediática, los zapatistas han resistido dignamente en la construcción de la autonomía, transformando sus demandas en formas democráticas de autogobierno inspiradas por los más altos ideales de libertad y tradiciones ancestrales de los pueblos indígenas.

Ahí, en medio de la Selva Lacandona, bajo las condiciones más desfavorables, miles de zapatistas en decenas de comunidades autónomas están haciendo aquello que los principales ideólogos del poder hegemónico habían declarado difunto: la revolución.

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