Por primera vez, de la cárcel al teatro

Actualizado
  • 03/06/2014 02:00
Creado
  • 03/06/2014 02:00
El 9 de junio se estrena ‘834 vida detrás del muro’, una obra conmovedora que cuenta las historias de mujeres detenidas

Los muros son las paredes que impiden traspasar y ver otras realidades, han sido utilizados históricamente para tapar lo que no nos gusta o para crear ‘seguridad’, así fue erigido el muro de Berlín, el muro entre Israel y Palestina o el muro entre Estados Unidos y México. Los muros de las cárceles no son la excepción a los mencionados anteriormente. Al otro lado y ‘alejados’ de los que ‘no han delinquido’ están los hombres y mujeres que hirieron, robaron o asesinaron a alguien.

Sobre muros y realidades ajenas y propias habla el musical ‘834 vidas detrás del muro’, una obra protagonizada por reclusas del Centro Femenino de Rehabilitacion Doña Cecilia Orillac de Chiari.

El proyecto nació gracias a la exprimera Dama Vivian de Torrijos, quien solicitó a Cristóbal Múñoz que hiciera una obra de teatro con reclusas de la cárcel de mujeres a modo de actividad de reinserción social.

La primera edición se estrenó hace ocho años y hace dos años fueron convocados para la segunda edición por su éxito como terapia de reahabilitación.

‘La idea al principio era contar sus historias con el musical ‘Chicago’, pero al ir haciendo las entrevistas nos dimos cuenta de que podíamos hacer algo inédito’, explicó Cristóbal Muñoz autor y productor del musical.

De aquella primera obra se dio a conocer Yamilka Pitre, quien en ese momento estaba detenida en el penal de mujeres y hoy es una reconocida artista panameña.

LA DURA TAREA DEL CASTING

El trabajo fue a la inversa en este caso, ya que todo el equipo de producción tuvo que trasladarse a la cárcel de mujeres que está ubicada en avenida Tocumen para hacer los casting, ofrecer las terapias psicológicas y dar los cursos de dominio escénico.

‘Se le hizo el casting a todas las reclusas y de allí sacamos a 30 de ellas para la obra’, mencionó Cristóbal, quien también asegura que además del esfuerzo de hacer el casting hay que agregar que por las duras condiciones de la vida dentro del penal, la mayoría de estas mujeres están deprimidas y que antes de comenzar a ensayar la obra se le dio apoyo psicológico para que pudieran encarar el proyecto.

Es una producción ambiciosa y compleja en la cual las reclusas hablan de la situación que vivían antes de delinquir. Panamá es el primer país de Latinoamerica que realiza una obra de teatro de esta índole.

Llega ‘834 vidas detrás del muro’

Tania tenía 25 años cuando conoció a Esteban. Salieron algunas veces y un día cuando iban en el auto para cenar los rodeó la policía, el carro contenía droga en el maletero. Tania quedó detenida y así sigue desde hace 5 años.

Durante no más de dos horas, ésta y otras historias diferentes se escucharán en el Teatro Balboa del 9 al 15 de junio a las 7:30 pm.

Serán 30 mujeres las que desnudarán sus realidades antes y después de ser detnidas, sus vivencias, sus buenas y malas decisiones, pero no para hacer alarde de su situación, ni para ser estrellas, sino para alertar a la sociedad y abrir un debate social.

Ellas cantan y bailan las canciones del musical y todo el equipo de producción es trasladado al penal para grabarlas y ensayar. Todo este proceso de producción duró dos años.

‘No es fácil ya que muchas veces los policías nos ven como los que llegamos a consentir a las delincuentes’, explica la directora artística del musical, María Cecilia Triana.

‘En una ocasión, una de nuestras asistentes de producción quedó esposada y detenida durante 8 horas por llevar cigarrillos en la cartera. Entendimos el mensaje y es que los policías también están presos durante 7 días, ya que les dan una semana de trabajo y otra libre. Todos detrás de esos muros están sometidos a la tensión del encierro’, explicó Triana.

Desde su experiencia realizando esta obra y otras más sobre problemas sociales, asegura que el sistema penitenciario en Panamá fracasó y que lo que se ve en las cárceles es simplemente lo que se vive en el día a día en las calles de Panamá.

Para Triana entrar al penal y escucharlas es muy duro, ‘muchas de estas mujeres quedaron embarazadas muy jóvenes, no terminaron la escuela o no consiguieron trabajo. La mayoría vivía en una situación a puntó de explotar y tomaron una mala decisión que hoy lamentan’.

Y es que la mujer según los golpes de las cientos de historias de mujeres, es el eslabón más vulnerable dentro de la cadena, donde lo más difícil le toca a ellas.

En cuanto a la repercusión de la obra en las reclusas, los productores explicaron que las ha animado y que a muchas las ha sacado de la depresión en la que vivían.

Para Muñoz y Triana, el auge económico que se vive en Panamá ni siquiera salpica a la mitad de la población y crea un abismal trecho de desigualdad y de falta de oportunidades que se evidencia en el sistema de penitenciario del país. La obra alerta sobre esta distancia que nos tiene al borde del abismo social.

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