Los invadidos sueñan con el Óscar

Actualizado
  • 21/09/2014 02:00
Creado
  • 21/09/2014 02:00
Después de la postulación de ‘Invasión’ en la categoría de ‘Mejor película extranjera’, Abner Benaim conversó con ‘Facetas’. 

H ace cuatro años atrás Abner Benaim hizo historia en el cine panameño cuando su largometraje Chance , que explora las desigualdades que existen entre los que sirven y quienes son servidos, desplazó a Avatar , la deslumbrante producción futurista de James Cameron, de la cima de la taquilla. Días atrás el documentalista, a quien en el 2005 el Festival Ícaro concedió el premio al ‘mejor programa de televisión’ por la serie ‘Al otro lado’, fue protagonista de otro hecho inédito en la cinematografía local: su documental Invasión fue postulado por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Panamá para competir por una nominación de cara a la próxima edición del Óscar.

Invasión —en taquilla desde el jueves pasado— se convierte así en la primera propuesta istmeña para entrar en la carrera por la codiciada estatuilla dorada. Y si bien todavía no ha conseguido integrar la selecta lista de cintas nominadas que el 22 de febrero del 2015 se disputarán el Óscar en la categoría de ‘Mejor película en lengua extranjera’, el documental que recoge testimonios acerca de la intervención militar estadounidense acaecida en suelo panameño en 1989 ya exhibió sus quilates en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Panamá (IFFP, por sus siglas en inglés). Conmovida después de su estreno en el Teatro Nacional, el público que asistió al IFFP le otorgó dos premios: el de ‘Mejor película de América Central y del Caribe’ y el galardón al ‘Mejor documental’. Un arranque positivo para esta cinta de 94 minutos de duración, que ha sido financiada por la Dirección de Cine del Ministerio de Comercios e Industrias, el programa Ibermedia, el fondo Cinergia, el Instituto Fílmico de Doha y el Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales de Argentina.

¿Tendrá esta postulación algún impacto en una industria cinematográfica cuyo crecimiento en los últimos años todavía no ha logrado un incremento en el número de las producciones locales que cada año llegan a las salas de cine? ¿Cómo pueden los cineastas combatir la desmemoria y contribuir al rescate de la dignidad, de la identidad extraviada de un pueblo? Benaim habló de estos y otros temas en una entrevista con ‘Facetas’.

‘INVASIÓN’ FUE POSTULADA EN LA CATEGORÍA DE ‘MEJOR PELÍCULA EXTRANJERA’… ¿CONSIDERAS QUE ESTÁS EN DESVENTAJA POR NO ESTAR CORRIENDO UNA SECCIÓN ESPECÍFICA PARA DOCUMENTALES?

El ente encargado de seleccionar las películas para los premios Óscar es la Academia de cine de Panamá, que está compuesta por 10 miembros, y cuyo presidente hoy en día es Sergio Cambefort... No creo que estemos en desventaja, no. La competencia es dura en todas las categorías. Es significativo que la primera película con la que Panamá aspira a ganarse un Óscar surja a raíz de una agresión militar por parte del mismo país que acoge esta premiación… Es muy significativo. Creo que a la audiencia estadounidense, o a la sociedad en general de este país, puede interesarle cómo son vistos desde el otro lado del espectro.

¿CREES QUE TU FILME TENDRÁ UNA ACOGIDA POSITIVA POR PARTE DE LOS MIEMBROS DE LA ACADEMIA ESTADOUNIDENSE, EN UN MOMENTO EN EL QUE EN AQUEL PAÍS SE ESTÁ DANDO UNA REVALUACIÓN DE SU POLÍTICA EXTERIOR?

Espero que sí. Estados Unidos tiene una tradición de autocrítica y de reflexión bastante fuerte, y los miembros de la Academia son gente del mundo de Hollywood, que en general son bastante abiertos ideológicamente y de posturas muy críticas al establishment político.

¿CON LA NOTICIA DE LA POSTULACIÓN TE VISTE OBLIGADO A ADELANTAR EL ESTRENO UNA SEMANA?

Teníamos planeado un pre estreno limitado, pero los cines y el distribuidor sintieron que el público ya quería ver la película y decidimos arrancar en más cines. (Actualmente se está proyectando en Cinemark Los Pueblos y Multicentro; en Cinépolis Metromall, Multiplaza y Westland; en Cinestar de Colón; y en Moderno de Chiriquí y Veraguas).

¿ESPERAS QUE ‘INVASIÓN’ SERÁ NÚMERO UNO, QUE ASÍ COMO ‘CHANCE’ SUPERÓ A ‘AVATAR’?, ¿ ‘INVASIÓN’ DEJARÁ EN SEGUNDO LUGAR A ‘LAS TORTUGAS NINJAS’?

Uno siempre hace filmes pensando en el público. Eso estuvo en mi mente durante toda la realización de la cinta: lograr que la película, además de hacer reflexionar a la gente, fuera entretenida y con humor, sin desmerecer la profundidad y seriedad del tema. Esperemos que Invasión se encuentre con su audiencia en el cine. Quién sabe si volvamos a hacer historia venciendo a Las Tortugas Ninja en esta batalla.

¿PODRÍA DECIRSE QUE LAS RECREACIONES DE SUCESOS DE LA INVASIÓN QUE PRESENTAS EN EL DOCUMENTAL SON COMO ‘HAPPENINGS’ QUE ADEMÁS DE SERVIRTE COMO UNA HERRAMIENTA NARRATIVA TAMBIÉN CONTRIBUYERON A ACTIVAR LA MEMORIA DE QUIENES PARTICIPARON EN EL FILME?

La idea detrás de estas recreaciones tipo happenings era justamente como dices: generar memorias, generar conversación en torno a la escena que se está filmando, y de esta manera incluir la memoria de muchos en la película. La manera en que surgieron estas escenas fue a partir de las historias que escuchaba de la gente. Siempre se repetían ciertos temas en el relato de muchas personas. Hay algunos recuerdos que parecen ser de todos. Yo traté de darle mi propia interpretación a estas memorias usando el cine como herramienta.

¿TE ESFORZASTE POR EVITAR QUE EL DOCUMENTAL FUERA INFLUENCIADO POR ALGÚN SESGO POLÍTICO, POR MANTENER LA OBJETIVIDAD?

La objetividad es un mito. No existe. El que proclama ser objetivo miente. La política partidista local sí la dejé por fuera, pues mi enfoque es contra la desmemoria, no en pro o en contra de algún partido.

TENGO ENTENDIDO QUE DESPUÉS DE ENTREVISTAR A NORTEAMERICANOS QUEDASTE CONVENCIDO DE QUE LA HISTORIA TENÍA QUE SER CONTADA POR LOS PANAMEÑOS…

Si, originalmente tenía la idea de entrevistar a estadounidenses también, pero luego me di cuenta que se iba a convertir en una historia maniqueísta, del bueno y el malo, y no me pareció interesante.

¿POR QUÉ HICISTE ESTA PELÍCULA? ¿POR LOS RECUERDOS DE TU JUVENTUD, CUANDO DESDE TU APARTAMENTO PRESENCIASTE CÓMO ARDÍA EL CHORRILLO?

La razón de hacer esta película creo que está asociada a la sensación que me acompañó durante muchos años de que un suceso tan trágico en nuestra historia había sido olvidado sin ser procesado, sin haber sido hablado.

¿FUE DOLOROSO HACERLA?

Sí, en varios momentos me conmovieron los testimonios que escuchaba mientras grabábamos, y luego en el cuarto de edición me volvieron a conmover.

ESTE AÑO TAMBIÉN PARTICIPASTE CON UN CORTO EN ‘HISTORIAS DEL CANAL’. ¿CON ESTAS DOS PELÍCULAS TE HAS METIDO DE LLENO EN EL CINE NACIONALISTA? TAMBIÉN DEL TEMA DE LAS EMPLEADAS HICISTE DOS… ¿NECESITAS MÁS DE UNA CINTA PARA EXPLORAR ESTE TIPO DE TEMÁTICAS SOCIALES?

Creo que los temas dan para mucho más que dos películas. Creo que el tema de la identidad panameña, de la memoria colectiva, de quiénes somos y cómo nos vemos es un tema que es y será común en muchas de las películas que se hagan en Panamá, sino en todas. Historias del Canal e Invasión son parte de un movimiento, de un esfuerzo colectivo de generar nuestras propias imágenes y contar nuestra propia historia.

¿CON ESTE TEMA DEL ÓSCAR, ESPERAS QUE A FUTURO SE BRINDEN MÁS INCENTIVOS A LOS CINEASTAS LOCALES, ASÍ COMO LOS HAY PARA LOS QUE LLEGAN DEL EXTRANJERO?

Todo paso hacia adelante ayuda para convencer a cada uno de nosotros, desde la audiencia hasta las instituciones gubernamentales y la empresa privada, de que aquí en Panamá se puede hacer cine y de que vale la pena apoyarlo.

¿LOGRASTE ENTREVISTAR A NORIEGA O LO ESTÁS DEJANDO PARA UNA SECUELA?

El que habla al final del documental es Manuel Antonio Noriega. Me reuní con él varias veces durante la investigación de la película (proceso en el que participaron los periodistas Roberto Quintero y Eyhaes Serrano y el autor Xavier Ucar) pero por varias razones no pudimos grabar la entrevista. Al final decidimos utilizar solo el audio…

Cuando el dolor finalmente habló

El documental Invasión , dirigido por Abner Benaim, aborda un tema sensitivo para un país que ha optado por sepultar sus traumas en el vértigo del crecimiento económico, de la bonanza que se refleja en los rascacielos y megaproyectos que han alterado el paisaje urbano. Se trata de un esfuerzo por rescatar la memoria de un trágico suceso que ha quedado sepultada en la vorágine de concreto, porque el luto no es lucrativo, porque ahondar en preguntas incómodas —¿cuántos murieron?, ¿dónde están sepultados?— puede ahuyentar a los inversionistas, a los visitantes que arriban atraídos a uno de los países, según las noticias, más felices de la Tierra.

La competencia es dura en todas las categorías. Es significativo que la primera película con la que Panamá aspira a ganarse un Óscar surja a raíz de una agresión militar por parte del mismo país que acoge esta premiación

En su afán por encontrar respuestas Benaim entrevistó a iconos de la nacionalidad, como lo son Rubén Blades y el ‘Cholo’ Durán, a políticos, escritores, líderes comunitarios, funcionarios, ex batalloneros y maleantes de barrio que describen en detalle el saqueo que tuvo lugar (sugieren que la silla presidencial fue robada y acabó en un caserón en San Felipe). Esta multiplicidad de voces brinda legitimidad a los esfuerzos del realizador, liberándolos de cualquier sesgo político. Pero al mismo tiempo representa la mayor debilidad del filme, ya que le resta intensidad a la narrativa. Por momentos el drama de un suceso tan impactante como una intervención militar parece disgregarse entre el coro de testimonios y de múltiples puntos de vista.

La entrevista tradicional solo puede llegar hasta cierto punto, sobre todo cuando se trata de temas que llevan el estigma del tabú, de lo prohibido. Al parecer Benaim reconoce estos límites, porque además de recopilar testimonios también visitó El Chorrillo, San Felipe, Calidonia, buscando involucrar a sus moradores en la recreación de lo que aconteció hace 25 años.

El propio Benaim aparece en el documental, participando de los diálogos espontáneos que surgían durante el rodaje en la calle, cuando los transeúntes lo interpelaban. ‘Un documental sobre la invasión’, era la invariable respuesta que daba. Aunque escueta, servía como un eficaz anzuelo para atraer a los curiosos, que en ocasiones terminaban realizando aportes valiosos a los pesquisas del realizador, a su proyecto de rescate de una memoria común que hoy en día parece borrada por la ecuación nefasta de una educación deficiente y un consumismo exacerbado, que amodorran a los espíritus críticos. La receta perfecta para que un pueblo nunca deje de desconocerse.

Algunos de los testimonios recogidos en Invasión son desgarradores. Pero Benaim logra aderezar muy bien el dramatismo con una acertada dosis de humor panameño, un pueblo que siempre recurre a la irreverencia para hacerle fren te a la adversidad. El resultado es un filme lleno de matices, de alegorías que hacen referencia a un trauma que los panameños han logrado relegar a las sombras del olvido, pero cuyas secuelas permanecen vivas en los barrios que sufrieron el ultraje, en los herederos de la violencia desatada por los perros de la guerra y del botín de armas de las fenecidas Fuerzas de Defensa, dos elementos que han propiciado la aparición de las pandillas que ahora ponen en jaque a los estamentos de seguridad.

En Invasión Benaim se sitúa entre dos límites: el del realizador que debe recurrir a la ficción para recrear hechos que aunque son históricos han sido pobremente documentados y el del documentalista que aborda con rigor el tema que ha elegido diseccionar, rescatando fragmentos orales de una historia desconocida para muchos jóvenes y planteando inquietantes cuestionamientos que deberán ser abordados tarde o temprano, a pesar de que, como dice Rubén Blades en el documental, ‘el dolor nunca habló aquí’.

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