Cervantes, el Siglo de Oro y las novelas venezolanas...

Actualizado
  • 21/04/2016 02:00
Creado
  • 21/04/2016 02:00
Sin despreciar el género ni cuestionar gustos, a propósito del centenario de Cervantes, una novela corta y ejemplar nos acerca al lector y su legado

Empezando el año 1600, en pleno Siglo de Oro de la literatura hispana, que duró más de cien años, a ambos lados del Atlántico, se impone a través de las letras castellanas la popularización del conocimiento y a través de la comedia, las novelas cortas, picarescas y ejemplarizantes, una acercamiento al sentir y al gusto de la gente llana. Empieza la cultura popular.

En boca de sus personajes, el propio Cervantes adelantó: ‘Yo he abierto en mis novelas un camino por do la lengua castellana puede mostrar con propiedad un desatino'. La novela como vehículo de lo imposible, de la magia, de la imaginación y la ruptura con lo establecido.

Miguel de Cervantes Saavedra, que produjo azuzado por la rivalidad literaria de la época y por la estrechez pecunaria, establece en su novela moderna el prototipo de los folletines, los relatos ligeros o en diferentes entregas, que todavía entretienen.

Con el interés de la audiencia se garantizó la penetración de su mensaje cuestionador. Esa fórmula se ha llevado con éxito a la televisión, donde se mantiene vigente, con argumentos, si se miran con condescendencia, ciertamente parecidos a algunos que ya estableció la pluma del padre del idioma español.

En su centenario, cuatrocientos años de su muerte este 23 de abril, La Estrella de Panamá reproduce con la colaboración de la Embajada de España, la Fundación Panamá España y el Centro Cultural de España, ‘La Ilustre Fregona', de su grupo de novelas ejemplares.

En su desarrollo, nada parece lo que realmente es, en una suerte de relato de enredos que mucho recuerda ahora a los ‘culebrones', por largos, según el ‘rating', que levantan la audiencia en las tardes muertas entre noticieros de las televisiones de todas partes del mundo.

En Panamá, se han publicado de todas las facturas, pero las venezolanas, en su mayoría de la cubana Delia Fiallo y sus discípulos, acuñaron el término de ‘novela rosa contemporánea'.

Al estilo, parece también la cervantina ‘La ilustre fregona', cuya lectura recomendamos y respaldamos con su distribución entre nuestros suscriptores este sábado, el Día de Cervantes.

La protagonista, Costanza, aparece como una guapísima joven que sirve en un modesto mesón, y despierta la admiración de locales y gente de paso por su Toledo natal.

En las encrucijadas de los caminos se habla de su belleza, que atrae la curiosidad de peregrinos al mesón de su padre o de quien parece serlo, hasta el final de la novela, que se caracteriza, como las ‘venezolanas', por confundir verdad y mentira presentando escenarios verosímiles, pero no por eso verdaderos.

Todo el argumento cervantino va en torno a esta propuesta de hacer parecer por bueno lo que no lo es. Desde los personajes y sus orígenes hasta sus motivos, tal vez buscando que el lector de la época (y el actual) hiciera lo mismo con su entorno.

A riesgo de caer en la mala práctica de adelantar el final al que no lo conoce, termina aquí esta reseña, que invita a leer la novela completa, que el periódico reproduce de una edición de dominio público de la Biblioteca Nacional de España(BNA).

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