Alteridad+, concebir otros mundos desde el arte

Actualizado
  • 17/12/2016 01:00
Creado
  • 17/12/2016 01:00
La exposición se basó en tres años de estudio en ecología política y antropología lingüística en la comarca Ngäbe-Buglé

Alteridad+, la condición de ser otro. Un citadino y un niño Ngäbe-Buglé unieron su creatividad para presentar esta semana —por tres días— una instalación de arte en el Antiguo Mateo Sariel (calle 74E).

LA CIUDAD EN LA COMARCA

Ginés A. Sánchez Arias, candidato a doctorado en antropología lingüística, visitó tres años atrás la comunidad de Kia, a orillas del río Tabasará, intrigado por un alfabeto desconocido que descubrió en una publicación en Facebook. Desde entonces empezó a permanecer largas temporadas allí, compenetrándose con la comunidad.

Durante sus periodos en la comarca, Sánchez Arias se transforma en Todi. A veces le dicen Todi-geno, refiriéndose a ‘oxígeno', porque se desplaza entre las montañas con mucha rapidez, una cualidad que los locales consideran inusual entre los residentes de la capital.

‘Todigeno' se leía inscrito en una panga celeste, varada en medio de la sala de exhibición. Un medio de transporte que, según Sánchez Arias, era innecesario en otros tiempos, cuando el Tabasará aún fluía. ‘No había necesidad de esto con un río, pero con un lago…', esboza, dejando la conclusión de la idea colgada en el aire.

UNA MIRADA ALTERNATIVA

Alteridad+ abrió brevemente una ventana hacia un mundo distante de la ciudad. Mostró la realidad y la evolución de Kia y sus pobladores. Con esto, las de todas las comunidades afectadas por el embalse de la represa de Barro Blanco.

Esto se logró desde distintas plataformas: fotografías de Sánchez Arias y Core Bangama, un residente de Kia de nueve años; grabaciones de sonido y fragmentos de video.

Las imágenes en movimiento ofrecieron una muestra de contrastes; ataques de policías a grupos indígenas en resistencia, entrelazados con efímeros momentos de la naturaleza o de una niñez feliz junto al río Tabasará.

‘ESTA INSTALACIÓN NO ES SOBRE ‘TABASARÁ LIBRE' NI SOBRE LA GENTE DE LA COMUNIDAD, SINO SOBRE... LO QUE SIGNIFICA SER DIFERENTE'

GINÉS A. SÁNCHEZ ARIAS

CANDIDATO A DOCTORADO EN ANTROPOLOGÍA

‘Esta instalación no es sobre ‘Tabasará Libre' ni sobre la gente de la comunidad, sino sobre el otro, lo que significa ser diferente', asegura el antropólogo en formación. ‘También del entendimiento que debe tener la sociedad de ser más plural y que esas diferencias se respeten. Especialmente los grupos indígenas, que es una diversidad más real que la que puedas asumir como cosmopolita'.

Pero, ¿pueden personas ajenas a la comarca acercarse a su realidad desde la sala fría de una galería?

LA OSCURIDAD HONESTA

Alteridad+ se aproximó a la mirada más sincera desde la penumbra total. La mayoría de las fotografías colgaban de las paredes de una sala en oscuridad absoluta. El espectador debía esforzarse un poco más para observar; perseguir los detalles de cada imagen a través del foco de una linterna.

Desde las sombras, la idea era también reflejar la experiencia indígena en un mundo que es indiferente a ella.

Irrumpiendo en las tinieblas, una voz se expresaba en una lengua ajena, envolviendo el espacio completo.

Una de las grabaciones es pausada, serena. Se trata de un hombre recitando las 163 palabras que conformarían el lenguaje Ngäbere escrito. Una hazaña que Tido Bangama desarrolló hace 44 años, pero que sin embargo casi nadie utiliza.

‘Casi nadie lo usa, pero le hace mucha justicia al idioma', expresa Sánchez Arias, mientras se sirve una copa de bebida de cacao.

En ese detalle se esconde un discreto homenaje a la comunidad que lo acogió, donde esta bebida se consume en ocasiones especiales, en lugar del alcohol.

Así, con el líquido en mano, atisba una imagen que retrata a un residente de Kia sobre la piedra en que se realizaba la ceremonia del cacao.

‘Ese sitio ya está inundado', musita y apaga la linterna.

UN APOYO A LOS AFECTADOS

La panga será uno de los apoyos que se brindará a la comunidad, entre otros elementos como remos, una computadora o baterías solares, adquiridos con la venta de las fotografías.

De momento, con el material artístico recaudado, Sánchez Arias ha estudiado la posibilidad de realizar otra actividad en la Universidad de Panamá, con el apoyo de Ana Elena Porras.

A futuro, tras esta primera exposición, desea seguir innovando e incursionando en el ámbito del arte político.

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