Miles de indios rinden culto al sol en las aguas contaminadas del río

Actualizado
  • 26/10/2017 14:34
Creado
  • 26/10/2017 14:34
En el "Chhath" los fieles realizan diversos ritos, que incluyen un periodo de ayuno y la inmersión de alimentos en el río

Miles de indios rindieron culto hoy al dios sol en Nueva Delhi con un baño purificador en las aguas negras y espumosas del río Yamuna, que junto al Ganges es uno de los más contaminados de la India.

En el "Chhath", una antigua tradición religiosa originaria de los estados del noreste del país, los fieles realizan diversos ritos, que incluyen un periodo de ayuno y la inmersión de alimentos en el río.

Las ofrendas son, por lo general, transportadas sobre la cabeza en grandes canastos de bambú envueltos en coloridas telas.

"Son cosas simples, como la caña de azúcar, frutas y otros dulces, es comida que nos recuerda a los viejos tiempos cuando no había mucho que llevarse a la boca", explicó a Efe uno de los participantes, Vikas Kaul.

A sus espaldas, el agua negra del Yamuna arrastraba numerosas nubes de espuma blanca que tienen su origen en productos químicos y residuos que acaban en sus aguas a causa de la actividad industrial y agrícola.

Otros secundan el ritual, pero no se meten en el agua.

"El río está demasiado contaminado, pero no creo que la gente que ha venido por el festival piense demasiado en su estado porque muchos de ellos no tienen estudios", se lamentó Prashant Prashad, de 34 años, que se acercó al lugar con su familia.

"No creo ni que sepan que está contaminado", aseguró con cierta indolencia Pravat Kumar Singh, de 52 años y residente en Nueva Delhi desde hace dos décadas.

Originario del estado de Bihar (noreste del país), como muchos de los presentes hoy en las orillas del Yamuna, Singh ha visto cómo esta festividad religiosa importada con el éxodo rural se ha convertido en uno de los eventos con más participación de Delhi.

Las llegadas masivas de Bihar y de la vecina Uttar Pradesh, conocidos como Purchanvalis, han hecho que hoy en día sean unos de los grupos de inmigrantes indios más numeroso en la capital.

Por esta razón, el Gobierno de Delhi anunció antes del festival que supervisaría su preparación y que abriría los embalses que normalmente desvían la mayor parte de las aguas.

Con los pies todavía mojados por la reciente inmersión, Abhiram Sharma, de 30 años, no parecía inquietarse por la contaminación.

Tampoco podía hacer nada por solucionarlo, declaró a Efe.

Ahora, dijo, lo que contaba era volver a casa junto a su familia y recuperar fuerzas para volver al río el viernes a las 04.00 de la madrugada, para completar el rito con el amanecer.

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