La voz indígena en el Día de la Lengua Materna

Actualizado
  • 20/02/2018 01:00
Creado
  • 20/02/2018 01:00
Mañana, miércoles 21 de febrero, se celebra a nivel mundial el Día Internacional de la Lengua Materna, con el fin de promover la diversidad

‘Tu idioma es la casa de tu alma, ahí viven tus padres y tus abuelos. En esa casa milenaria, hogar de tus recuerdos, permanece tu palabra'. Con estas frases de Jorge Miguel Cocom Pech, escritor maya, Kikadir Orán define la importancia de la lengua materna.

La conmemoración del Día Internacional de la Lengua Materna se originó el 21 de febrero de 1952 en Bangladesh, en un acto violento. Un grupo de personas demandaban que su lengua materna, el bangla, fuera reconocida como lengua oficial. Ante este hecho la policía y el ejército del Estado pakistaní abrieron fuego y dieron muerte a cuatro manifestantes.

Cuarenta y ocho años después, en el 2000, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) proclamó el 21 de febrero el Día Internacional de la Lengua Materna, que se celebra en la misma fecha cada año en todo el mundo para promover la diversidad lingüística y cultural y el plurilingüismo.

‘Si un pueblo pierde su lengua, pierde todo su conocimiento. Si se pierde una lengua, se pierde una cultura',

KIKADIR ORÁN

DOCENTE

Orán, oriunda de la comarca indígena Guna Yala, maestra de enseñanza primaria, con más de diez años de experiencia en la enseñanza de la lectura y escritura de la lengua guna y el español oral como segunda lengua, sostiene que pese a los esfuerzos que se hacen en Panamá por proteger y promover la preservación, desarrollo y uso de las lenguas maternas, existe una ‘persistente amenaza' de extinción de las lenguas minoritarias.

‘Siempre ha existido la amenaza de extinción de lenguas minoritarias, porque las lenguas mayoritarias llevan la ventaja, por eso los pueblos con pocos hablantes tienen que resistir, seguir persistiendo en la enseñanza de su lengua; de lo contrario, la lengua se irá debilitando', manifiesta Orán.

Explica que en los últimos años en Panamá se ha visto un movimiento por proteger estas lenguas, ‘más que todo en los pueblos indígenas. El Estado ha tomado conciencia y por lo menos ha dado apoyo económico'.

Sin embargo, esta tarea no es solo del Estado, ‘es una lucha de los mismos pueblos indígenas. No debemos quedarnos con los brazos cruzados, debemos reclamar y proteger nuestros derechos', enfatiza Orán, docente de la Licenciatura en Educación con Énfasis en Educación Bilingüe de la Universidad Especializada de las Américas (Udelas).

Agrega que en comparación con otros países de América Latina, Panamá empezó tarde el movimiento de protección, preservación desarrollo y uso de las lenguas maternas.

En noviembre de 2010 las autoridades panameñas reconocieron legalmente por primera vez, las lenguas y los alfabetos de los pueblos indígenas.

La Ley 88, que entró en vigor el viernes 26 de noviembre del 2010, reconoce la ‘diversidad cultural como un valor histórico y patrimonio de la humanidad, en todas sus manifestaciones; en consecuencia, reconoce las lenguas de los pueblos indígenas ngäbe, buglé, guna, emberá, wounaan, naso tjerdi y bri bri'.

LA LENGUA MATERNA EN LA EDUCACIÓN

El uso de la lengua materna en la educación es un tema pendiente. La educadora Orán señala que ‘el uso de la lengua mayoritaria, en los primeros años de educación de los niños indígenas, no hispanohablantes, compromete su desarrollo académico y emocional'.

‘Las lenguas son un instrumento primordial para la inclusión y participación; sin respeto para lenguas indígenas no hay camino para la paz',

IRINA BOKOVA

EX DIRECTORA GENERAL DE LA UNESCO.

‘En los primeros niveles de enseñanza son básicas las clases en lengua materna. Cuando el niño está en tercer grado ya debe estar familiarizado con otro idioma, en nuestro caso, el castellano y allí sí puede responder académicamente', apunta la educadora.

‘En muchos casos acusan a nuestros niños indígenas de ser muy reservados, de no hablar y no responder académicamente, pero cómo lo van a hacer si no comprenden lo que se les está diciendo. Esto afecta su desempeño escolar y también autoestima', enfatiza la educadora.

En este sentido, la Unesco advierte que el 40% de la población mundial recibe una educación en un idioma que no entiende.

El artículo 4 del Capítulo I de la Ley 88 del 26 de noviembre de 2010, establece que ‘las lenguas indígenas serán impartidas paralelamente con el idioma español en la enseñanza en todas las comarcas, áreas anexas y tierras colectivas. En las comunidades que se encuentren fuera de los territorios mencionados donde la población educativa sea mayoritaria indígena, el Ministerio de Educación podrá adoptar las medidas necesarias para que la enseñanza sea impartida en la forma prevista en el párrafo anterior'

‘En la comarca Guna Yala y en algunas experiencias de otros pueblos como los emberá y ngäbe, vemos que se ha tomado conciencia y las direcciones locales eligen a maestros que dominan ambos idiomas para que atiendan a los niños chicos', dice Orán, técnica del Proyecto de Educación Bilingüe Intercultural de los Congresos Generales de Guna Yala.

Sin embargo, hace falta docentes que dominen las lenguas indígenas.

‘Esto es una lucha constante, necesitamos la preparación de los docentes, el Estado no invierte en la educación de los docentes. Apoya en otros aspectos, mas no en la preparación del docente', dice la oriunda de la comarca indígena Guna Yala.

‘Las lenguas son un instrumento primordial para la inclusión y participación, sin respeto para lenguas indígenas no hay camino para la paz‘, afirma Irina Bokova, ex directora General de la Unesco.

En Panamá hay siete pueblos indígenas: ngäbe, buglé, guna, emberá, wounaan, naso terdi y bri bri. Representan a nivel nacional el 13 % de la población panameña, 438,559 habitantes, según el censo del 2010.

La lengua indígena que más se habla en el país es la ngäbe y la segunda lengua más hablada es la guna.

‘Si un pueblo pierde su lengua, pierde todo su conocimiento. Si se pierde una lengua, se pierde una cultura. Los pueblos indígenas que viven cerca de la naturaleza tienen tantos conocimientos que pueden aportar a la cultura occidental; si se pierde la lengua, se pueden perder todos estos conocimientos', advierte Orán,

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