Una día colorido con la pollera congo

Actualizado
  • 17/04/2018 02:00
Creado
  • 17/04/2018 02:00
Lugareños compartieron, con los visitantes el cuarto Festival de la Pollera Congo de Portobelo, las costumbres de esta cultura

El espíritu de fiesta se sentía desde tempranas horas de la mañana en la amurallada y monumental ciudad de Portobelo, ubicada en la provincia de Colón, pues se celebraba la cuarta edición del Festival de la Pollera Congo, un evento cultural y turístico bienal creado en 2012 con el objetivo de reforzar el proceso de conservación, desarrollo y divulgación de las tradiciones de la región, enfocándose, especialmente, en el invaluable aporte que ha tenido la mujer negra y cimarrona en la historia de estas poblaciones, y en la supervivencia y preservación de todas las manifestaciones que componen la cultura congo o conga, desde la época de la esclavitud.

Adornadas con flores naturales y artificiales, además de collares largos de fantasía, las mujeres y niñas, de todas las edades, presumían por las calles y parques del pueblo las coloridas y vistosas polleras congo, acompañadas de hombres y niños con sus rostros pintados de negro, máscaras o antifaces y vestimenta de harapos, palos, cabezas de muñecos, sogas, entre otros accesorios estrambóticos que en aquella época eran para infundir pavor.

‘El festival lo llevo en la sangre, aparte de que puedo compartir con todos los grupos de congos',

ESTHER CABELLOS

NIÑA DE 13 AÑOS

Mientras, en el Centro de Facilidades Turísticas (Cefati) del lugar, turistas y lugareños apreciaban la exposición ‘Momentos', de la fotógrafa panameña Anabella Morales, quien explicó: ‘Son doce momentos que logré capturar de la pollera congo y de sitios que visité en el extranjero. Cada momento es único, es fascinante; sin embargo, mi galería se destaca por utilizar imágenes con luz natural y sin retocar que muchas veces pasan desapercibidos y que resaltan ese instante mágico y especial donde se captura la esencia al estar ahí en el momento justo'.

No muy distante, en el parque del pueblo, puestos decorados con penca y caña brava a usanza de los antiguos palenques, los moradores del lugar ofrecían al público visitante platos típicos de la costa colonense, como el arroz con coco, pescado al escabeche, sao, mariscos, entre otras recetas, además de espacios donde exhibían y vendían artesanías.

TRADICIÓN QUE PERDURARÁ

A partir de las 11:30 de la mañana, tambores y cantos se escuchaban en cada rincón de las coloridas plazas. Cada uno de los 16 grupos congos —considerados el género y baile de tambor más antiguo del Istmo de Panamá— invitados al evento afinaban detalles antes de iniciar el desfile de barcas por la bahía de Portobelo, descubierta por Cristóbal Colón el 2 de noviembre de 1502.

‘Con el festival recordamos a nuestros ancestros. Estamos intentando recuperar nuestra cultura',

MOISÉS CISNEROS

NIÑO DE 12 AÑOS

En una de las plazas estaba Luis Betegón practicando con su grupo denominado Mamá Ari. Betegón afirma que a los siete años se interesó por hacer un grupo congo, porque notó que la cultura se estaba perdiendo y consideró que era muy importante hacer algo para rescatarla.

‘Los jóvenes de Colón estaban olvidado el congo y no lo vivían como debía ser. Sin embargo, otros lo veían como una forma de comercio y no como un diario vivir, para disfrutar o porque lo llevaban por dentro. Insistí mucho hasta que convencí a Mamá Ari de crear un grupo congo, aunque al principio ella no sabía en lo que se metía. Después aprendió de la cultura y hoy tenemos este grupo de congo ya formado desde septiembre de 2001, hemos representado al país y a Portobelo como un pueblo de mucha cultura y tradición en Estados Unidos y Honduras', resaltó Betegón mientras sostenía su tambor.

El joven, de 24 años, añade que su principal satisfacción es cuando ve a las personas disfrutar el baile congo, porque demuestran esa libertad de los negros esclavos de la época, además de que lo gozan de corazón porque llevan en la sangre la cultura que dejaron sus ancestros.

PASEO POR LA BAHÍA

A partir de las dos de la tarde, la reina congo, Delia Barrera, y el rey Abdiel Jiménez, encabezaban el desfile en lancha por la bahía, seguida de los 16 grupos al ritmo de tambores y cantos. Luego de una hora de recorrido por el mar, cada embarcación arriba al muelle principal; cada delegación parte en un desfile por la avenida principal, donde se resalta el colorido y vistosidad de la pollera congo en todo su esplendor.

Tanto turistas como lugareños seguían el desfile de polleras y contagiados con el ritmo, bailaban al son de los tambores. Sus risas eran una muestra de esa felicidad que sentían al estar ahí.

Barrera señaló que la idea de realizar este festival surgió porque notó que en el país se resaltaba mucho el Desfile de las Mil Polleras y decidió que a la pollera congo también debía concedérsele ese valor. ‘Para tiempos de carnavales en Colón veía que muchas mujeres bailaban el congo en pantalón corto y eso para mí era un irrespeto a nuestra pollera congo', explica Barrera, e insiste en que este festival lo que busca es realzar la cultura porque se estaba perdiendo, siendo Portobelo un pueblo con mucha historia afrocolonial.

Portobelo, considerado como uno de los tesoros ocultos de Panamá, cuenta con aproximadamente 4,559 habitantes, según el censo de 2010 de la Contraloría General de la República y cumplirá 516 años en noviembre de este año.

El evento culminó pasadas las ocho de la noche con la presentación de los 16 grupos congos y la rueda de tambores en tarima. Esto en homenaje a las mujeres congas, principales responsables de mantener la tradición dentro de los pueblos costeños colonenses, cultura que goza de indiscutible riqueza y originalidad.

EL SITIO IDEAL PARA EL TURISMO ECOLÓGICO

En el año de 1980, las ruinas de las fortificaciones, junto al cercano Fuerte de San Lorenzo, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco dentro del conjunto denominado Fortificaciones de la Costa Caribe de Panamá.

Además de ser un sitio histórico, Portobelo también es un Parque Nacional. El Parque Nacional Portobelo fue creado el 22 de diciembre de 1976 y tiene una extensión de 35 mil 929 hectáreas con una biodiversidad asombrosa. Su condición de parque nacional, lo convierte en un área protegida y un sitio rico para el turismo ecológico.

El visitante puede tomar la ruta histórica y visitar los monumentos, luego tomar la tarde libre para ir a ver las islas  y practicar el snorkeling o buceo en una de las zonas circundantes, al día siguiente dar una vuelta por la costa hasta las playas y lagunas vírgenes.

‘Nosotros, a través del Patronato de Portobelo y San Lorenzo, buscamos empoderar y apoyar a las mujeres que conforman al Grupo Realce Histórico a que desarrollen este festival como un producto turístico de la provincia de Colón para Panamá y el mundo', expresó la presidenta del Patronato de Portobelo y San Lorenzo, Yelitza Norse, al concluir el evento afrocolonial.

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