La sangrienta batalla del Puente de Calidonia

Actualizado
  • 22/07/2018 02:00
Creado
  • 22/07/2018 02:00
Mas de 700 muertos y heridos entre liberales y conservadores dejó este episodio de la Guerra de los Mil Días. Algunos nuevos hallazgos de este pedazo de nuestra historia

Belisario Porras recorre el campo de batalla plagado de muertos que comienzan a hincharse con el calor del sol del nuevo día. Más de la mitad de los soldados del ejército liberal han quedado tendidos, vencidos por la metralla de sus enemigos, inertes, presas fáciles para los perros, pájaros y los buitres que ya comienzan su macabro festín.

Antes, el Caudillo Liberal ya ha visto a otros centenares de compañeros heridos que se acumulan en la retaguardia, a los que no se les ha dado ni siquiera la primera cura. Muchos morirán pocas horas después. Todo es caos en el campo rojo. También al desembarcar en Boca La Caja ha visto grupos que vagan sin rumbo, con hambre y consternados por la derrota. Un hecho que no conocían. El ejército Liberal ha desfilado victorioso todo el Departamento del Istmo de Panamá venciendo una y otra vez a sus oponentes, en la Guerra de los Mil Días. Pero al final de su camino se han chocado con una implacable y rotunda debacle.

El líder panameño no ha participado en la batalla del 24 de julio de 1900. Momentos antes, desde lo alto de la colina Perry's Hill, contempló el terreno donde se dio el combate. No entiende como el jefe del ejército, General Emiliano Herrera, colombiano, se atrevió asaltar las trincheras sin ningún recaudo.

La entrada a la ciudad es un terrible embudo, que la Loma de San Miguel, y las faldas del Cerro Ancón aprietan contra los manglares de Peña Prieta y las orillas de la Ciénaga sobre la Bahía de Panamá.

Los españoles en 1673, dos años después del ataque de piratas ingleses, escogieron una península para refundar y amurallar la ciudad de Panamá. Desde entonces es la primera vez que es atacada. Aunque ahora, a principios del S XX, ya parte de sus murallas han sido derribadas, los Conservadores del General Carlos Albán cavaron zanjas y las fortificaron con rieles y durmientes del ferrocarril.

LINARES

Si buscamos referencias en el libro que escribió Julio E Linares sobre su padre, Enrique Linares en la Política de Panamá, 1869, 1949 , encontramos que hay mucho dramatismo en el capítulo que dedica a la Guerra de los Mil Días.

A pesar que históricamente esa familia es del bando conservador, hasta el extremo que la tapa del libro es completamente azul, es una obra sin odios, que narran los hechos sin tomar banderas. Señala que las causas de la guerra fueron: ‘Los desafueros de los conservadores enseñoreados por tres lustros en el poder'.

Y esto provoca que la juventud cansada de que el gobierno central colombiano mantuviera al Departamento de Panamá, oprimido en un puño de hierro se levanta en armas. Sin embargo miembros de la familia Linares, siguen fiel a las huestes de gobierno. El capitán Rolando Linares se destaca en el combate de la Negra Vieja, en Bejuco. Pero una bala le atraviesa el corazón defendiendo el Puente de Calidonia, cuando ya había sido ascendido a mayor. En el parte de guerra de la batalla, Albán destaca la pérdida de ese oficial.

En esas páginas podemos detentar que en esta batalla cayeron miembros de familias vecinas en la ciudad que se conocían. Entre las bajas se mencionan combatientes liberales como Temístocles Díaz, hermano del político Domingo Díaz, Juan Antonio Mendoza, hermano del Dr. Carlos A. Mendoza, o Joaquín Arosemena, hermano del Dr. Pablo Arosemena.

Jóvenes parientes de tres ex presidentes que ofrendaron su vida a la causa liberal. Linares señala al gobierno colombiano como el gran culpable de la guerra que segó miles de vidas y dejó en ruinas al Istmo de Panamá.

Es famosa la anécdota que una vez conocida la suerte de la batalla, los presos liberales encerrados en la cárcel de Las Bóvedas se enteran de quienes son los muertos pues sus carceleros de forma cruel recitan sus nombres.

El Profesor Humberto Ricord nos deja un ensayo sobre la Guerra de los Mil Días. En el aporta datos que esta investigación no encuentra en otros archivos.

Sobre los desacuerdos irreconciliables entre los dos jefes liberales, Herrera y Porras, escribe que se agudizan al escoger el plan para el ataque a la ciudad. En la Chorrera , el Consejo de Guerra, del 17 de julio, aprueba el plan de Porras que suponía un ataque de distracción por las colinas Perrys Hill, el área de Bella Vista, y que la verdadera invasión sería una incursión nocturna, por la playa de Farfan y La Boca que capture el cerro Ancón.

Las crónicas señalan que los oficiales colombianos recriminaban a Porras las precauciones que venía tomando desde que salieron de Penonomé, y que se acentuaron en los combates de Bejuco.

Porras conoce el campo de batalla y sabe de las dificultades que supone un ataque de frente a las fortificaciones que los conservadores levantan sobre el Puente de Calidonia. Es avanzar por un embudo infernal, tal como sucedió el día 24 de julio.

Mateo Araúz , soldado liberal que se unió, junto a otros jóvenes de forma entusiasta al ejército en Bejuco. Señala que cuando llega a Calidonia con Porras ve el desastre que han desatado las piezas de artillería colocadas en la colina del Tívoli.

Trata de asaltar las trincheras y ve a un padre y sus tres hijos muertos en ese intento. La llegada de tropas colombianas desde Colón provoca la rendición del Ejército Liberal y el cese de hostilidades.

Desencajado, por los acontecimientos este valiente hombre, que plasma todo en sus memorias, cruza las líneas enemigas y armado, entra a la ciudad de Panamá, hasta el lugar donde vive sin que ningún enemigo lo moleste.

Lo que como investigador deduzco es que los colombianos temían que los panameños si dominaban el poder del ejército en la victoria podían tratar de independizarse por lo menos del mando militar.

LA BATALLA

A las 7 de la mañana del 24 de julio, 300 tropas liberales atacan la ciudad por los manglares de Peña Prieta (Ave. Balboa). Solo 6 soldados sobrevivirán. A las 8 am otro contingente ataca el Puente desde Perrys Hill, (Perejil). Estos también serán barridos por la fusilería y el fuego de tres cañones azules, dos colocados en el Puente y uno en la colina Tívoli. (Hoy Instituto Smithsonian)

Los liberales adelantan un cañón desde el Hospicio de Huérfanos (Iglesia de Don Bosco) pero su artillero pierde la cabeza por un certero cañonazo conservador. Los liberales insisten. La orden es ¡ Al Puente! A las 4 pm se desata una tormenta, con rayos y truenos lo que hace más dramáticos los asaltos. ¡Al Puente! Se sigue escuchando. A las 11 cesan las hostilidades del día. Porras sale desde Far Fan y desembarca en Boca de la Caja. Herrera huye al interior del país por mar, en el mismo barco que llega Porras. El panameño quedará a cargo de recibir la mediación de los cónsules Después escribirá loas a los muertos y prometerá un monumento que nunca erigirá en sus años presidenciales.

Lo que es cierto es que la Batalla del Puente de Calidonia es un hecho relevante en nuestra historia patria. Demuestra que los panameños por sus ideas de libertad y soberanía no les importó tomar las armas y jugárselas ante la muerte. Que Belisario Porras fue un auténtico líder, reconocido por todos los panameños y que los altos mandos de Colombia temían a esa popularidad. Que la batalla fue enfrentada por los mandos conservadores y el General Albán como una partida de ajedrez mortal. Ellos no estaban seguro del resultado del enfrentamiento y tenían asegurada su ruta de escape a bordo de barcos anclados en la bahía. No la necesitaron pues su victoria fue total.

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