Conozca a los Abou Saad Shriners, un brazo filantrópico de los masones en Panamá

Actualizado
  • 29/01/2020 00:00
Creado
  • 29/01/2020 00:00
Fundado en 1918, este grupo crea las condiciones para que niños que padecen diferentes patologías sean enviados a hospitales en EEUU, Canadá y México

Desde hace más de un siglo, el programa de salud que ofrecen los hospitales Shriners para niños ha tocado cientos de vidas en Panamá. Luego de que Abou Saad Shriners se estableciera en suelo istmeño en 1918, expandieron sus labores en el abordaje médico de niños con problemas ortopédicos, patologías en la columna vertebral, parálisis cerebral, afectación de la función motora, enfermedades en los huesos (niños de cristal), artritis idiopática juvenil, escoliosis y quemaduras de gravedad.

Los Shriners de Abou Saad se establecen en la República de Panamá como entidad filantrópica en 1918.

Convencidos de la necesidad de visibilizar el impacto de la fundación, llegan a nuestra redacción Miguel Brostella Novey y Alexander López, miembros de Abou Saad Shriners, firmes y con la certeza de que aún resta un largo camino que transitar y de que la mejor recompensa es la posibilidad de aliviar cargas a las familias de tantos niños que llevan a cuestas las cicatrices de una enfermedad que en Panamá no podrán tratar.

Ambos son masones, un requisito irrefutable para integrar la fraternidad. “La masonería es una fraternidad que busca un hombre bueno para convertirlo en uno mejor. Cada hombre trabaja en sí mismo para mejorar la sociedad; bajo ese concepto, nos conocemos entre todos y tenemos los mismos principios”, detalla Brostella.

La organización, que inició hace 101 años en Panamá, fue manejada por militares norteamericanos hasta el año 2000, cuando los panameños tomaron la administración. “En aquella época se enviaban unos 30 niños aproximadamente y este año ya llegamos a los 200 que son trasladados a nuestros hospitales en Estados Unidos, Canadá y México”, dice.

La filantropía que transforma vidas: Abou Saad Shriners

El 95% de los pacientes que son enviados a los hospitales Shriners tienen problemas ortopédicos. “Atendemos afecciones como escoliosis, espina bífida, amputaciones, pie equinovaro y también abordamos las secuelas de quemaduras graves”, dice.

Aunque son diversos los mecanismos para iniciar el contacto con los pacientes, el más frecuente es el Hospital del Niño, que los refiere. “Ayudamos a niños que no tenían la posibilidad de que aquí los ayuden. Por ejemplo, operar una escoliosis es sumamente delicado y caro. Para que a un niño aquí lo operen de esta patología, no sé si haya lista de espera o cuánto tardaría”, reflexiona.

Las clínicas son instaladas en el Hospital del Niño con la colaboración del Ministerio de Salud, anualmente. Los especialistas se trasladan a Panamá a tratar cada caso.

Agrega que entre los testimonios más dramáticos que la experiencia les ha permitido evidenciar están los niños que no pueden caminar porque tienen desviaciones en la columna con afectaciones pulmonares y cardíacas. “Son los que más impactan; pero a su vez, son niños que se van sin caminar y regresan más rectos que nosotros y caminando perfectamente bien”.

“En Panamá recaudamos fondos para enviarlos a nuestros hospitales, que a su vez cuentan con un presupuesto anual. Disponen de un fondo de inversiones que les genera lo necesario para mantener sus operaciones”. Por otra parte, “tenemos varias fundaciones y entidades que nos ayudan, hacemos torneos de golf, caminatas y otros eventos”.

Augusto Vásquez, quien ha estado vinculado a la fundación, sin pertenecer a ésta, detalla que cada vez que un niño va a un hospital Shriners “hay una inversión cercana a los $300,000 entre cirugías, terapias y recuperación”.

La filantropía que transforma vidas: Abou Saad Shriners

“Imagina a un niño que entra a los cuatro años y sale a los 18; una vez que llegan al programa, se quedan hasta que están recuperados; una espina bífida, por ejemplo, no se arregla de una vez, hay todo un proceso”, apunta.

“Tuve la oportunidad de hacerle a los Shriners un corto documental. Cuando nos vimos por primera vez, tenía conocimiento de Abou Saad como estadounidense, pero no sabía todo lo que realmente hacen. Es la primera vez que conozco una organización que lo ofrece todo, la ayuda, el apoyo y la infraestructura”, enfatiza.

Se trata de “la ayuda psicológica y emocional que no ves en un hospital tradicional. No es el típico médico o enfermera, son personas que permiten que con amor, los niños mejoren, incluso su autoestima”.

“Más allá de lo médico y quirúrgico está lo emocional. Ellos están construyendo personas con futuro que se convierten en profesionales, en padres y madres de familia y que son ejemplo para la sociedad”, reflexiona.

Por otra parte, como miembro activo de la fundación, López comenta que “hay un alivio económico para el Estado ante el hecho de que los niños se manejen con nosotros en los hospitales”.

La filantropía que transforma vidas: Abou Saad Shriners

Y “nuestra satisfacción personal es ver la sonrisa del niño. Verlo caminando”.

Expansión

En la actualidad, lo que inició como un hospital es un sistema de cuidado de la salud mundialmente reconocido con 22 ubicaciones en tres países. La atención es gratuita, integral y personalizada e involucra la participación activa de los niños y jóvenes, así como de sus familias, en todos los momentos de su tratamiento hasta cumplir la mayoría de edad.

Desde la apertura de las puertas del primer hospital en Shreveport, Louisiana, en 1922, los hospitales Shriners para niños se han convertido en uno de los mejores sistemas pediátricos de atención médica especializada en el mundo.

El personal de las 22 sedes está dedicado a mejorar la vida de los niños al brindar atención especializada pediátrica, realizar investigaciones innovadoras y ofrecer programas de enseñanza para profesionales médicos.

Hoy, en Panamá, el gran desafío es la realización de más eventos que permitan recaudar los recursos necesarios para enviar a más niños a los hospitales. “Acabamos de hacer un convenio con United y siempre buscamos alianzas con distintas empresas”, menciona Brostella.

Solidaridad en puertas

La fundación realizará una nueva jornada clínica del 10 al 14 de febrero, de 8:00 a.m. a 5:00 p.m. Y el 6 de marzo se llevará a cabo la clínica de niños quemados.

“Vendrán 21 personas de nuestros hospitales a atender a nuestros niños y a ver casos nuevos. Para aceptar a un niño en nuestro programa tiene que entrar en nuestras especialidades de manera que podamos mejorar su calidad de vida. Si podemos lograrlo, lo aceptamos en nuestro programa”, indica Brostella.

Los interesados en consultas o citas deben llamar al teléfono 315-1515 o escribir a la dirección de correo electrónico admin@abousaadshriners.org.

La filantropía que transforma vidas: Abou Saad Shriners

“Todo Shriner es masón, pero no todo masón es Shriner; debes tener una vocación distinta y especial para ser parte de esto. La experiencia me ha cambiado espiritualmente; aquí entendí que de lo que das, recibes el doble”, añade Brostella.

Esteban Perdomo, jefe del Servicio del Ortopedia del Hospital del Niño Dr. José Renán Esquivel, comentó a este medio que “el Hospital del Niño, afortunadamente para la población infantil del país, atiende todas las patologías ortopédicas”.

“La institución tiene todas esas condiciones y nuestro equipo desborda una vasta experiencia en todas las mencionadas y muchas más”, remarca.

De acuerdo con Perdomo, “nuestras cirugías son bastante expeditas; aunque sí existe una mora ortopédica quirúrgica, no es tan alta. Lo cierto es que nosotros hacemos cirugías de primer y segundo nivel a pesar de que somos un hospital de tercer nivel”.

Para el jefe del Servicio de Ortopedia, el trabajo de Abou Saad Shriner permite desahogar la cantidad de pacientes que llegan al Hospital del Niño.

“La principal diferencia que hay entre el trabajo que se hace desde el Hospital del Niño y la que hace la fundación es que con ésta, el paciente tiene el beneficio de la cobertura de todos los gastos y hacen las cirugías que corresponde, pero lo más importante es que la fundación tiene la capacidad de hacer aditamentos ortopédicos, ya sea prótesis y órtesis”.

Perdomo recuerda que “nosotros desafortunadamente no tenemos un laboratorio de órtesis y prótesis. Lo que se ha propuesto es que el Hospital Santo Tomás tenga un laboratorio de este tipo, de manera que nosotros podamos referir a nuestros pacientes y cubrir esa necesidad”.

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