Un museo fotográfico en las calles

Actualizado
  • 01/03/2020 06:00
Creado
  • 01/03/2020 06:00
La fotógrafa Gilma Suárez, creadora del Fotomuseo de Colombia, presentó detalles de la iniciativa que es impulsada en Panamá a través de la Universidad Santa María la Antigua. El proyecto aglutinaría instituciones públicas, entidades privadas y academia
Exposiciones itinerantes en diferentes puntos de la ciudad de Bogotá son las actividades principales del Fotomuseo de Colombia.

Una iniciativa de la fundación Fotomuseo ha convertido a la ciudad de Bogotá en un museo fotográfico a puertas abiertas, con un alcance de 1,700,000 personas en una edición, cifra superior a la capacidad de todos los museos y galerías de arte de la ciudad. Fotográfica Bogotá es considerado el evento más importante de fotografía en toda Latinoamérica. Esta actividad se alterna de forma bienal con la Fotomaratón, evento de dos días en que los fotógrafos tanto profesionales como aficionados se toman la ciudad para tomar fotos y competir por importantes premios.

Gilma Suárez, fotógrafa profesional colombiana y gestora de Fotomuseo, visitó Panamá atendiendo invitación de la Universidad Santa María la Antigua que busca impulsar esta iniciativa en la ciudad de Panamá. A la presentación del proyecto asistieron autoridades académicas incluyendo al rector Juan Carlos Planells, la vicealcaldesa del Municipio de Panamá, Judy Meana, representantes del Ministerio de Cultura, del Museo de Arte Contemporáneo y de la Fundación Casa Santa Ana, así como de los medios de comunicación.

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“Esta ha sido una invitación muy amable del rector de la universidad [Juan Carlos Planells] para dar a conocer a los estudiantes, a los amantes de la fotografía y de las artes visuales y audiovisuales, las actividades que realizamos en Bogotá a través de Fotomuseo, que es una fundación sin ánimo de lucro dedicada exclusivamente a la fotografía, tanto nacional como internacional”, dice la fotógrafa en entrevista a La Estrella de Panamá.

Esta idea arrancó hace 20 años, cuando Suárez regresa a Colombia, luego de residir y trabajar en París, Francia, por unos 15 años. “Allí tenía galería, y un galerista que me exponía y vendía la obra, y de pronto regreso a Bogotá y me encuentro con que los fotógrafos no teníamos nada”, recuerda.

En aquel momento la fotografía no tenía el auge comercial actual, y en los museos la fotografía llegaba como última opción.

“Me dije, aquí hay que crear algo, y pensé que lo nuevo sería llevar a la calle la fotografía a un contacto directo con el público, allí no hay problemas de clases sociales, en el mismo instante puede estar el mendigo y el señor de una capa económica y social alta viendo la misma imagen, sin costo. Así surgió el Fotomuseo”, cuenta.

Con el apoyo de amistades que la ayudaron a conceptualizar la idea, materializarla y lograr los fondos necesarios, el Fotomuseo se convirtió en una realidad. “Tuvimos el apoyo del alcalde de ese momento, a quien le pareció extraordinaria la idea, y la Cámara de Comercio de Bogotá nos ayudó a construir unos módulos diseñados por ingenieros industriales para exhibir las fotos en las calles, con un diseño muy elegante que permite que la fotografía sea la protagonista”, explica la creadora del Fotomuseo.

De esta forma, el Fotomuseo lleva 20 años de estar presentando exposiciones de grandes maestros de la fotografía internacional y de maestros colombianos en las calles de la ciudad. En el año 2000 se presentó la exhibición “Miradas de Bogotá”, a manera de celebración por el aniversario de la ciudad. Luego de cinco años del inicio de estas actividades, se consolida Fotográfica Bogotá, un completo programa que consta de un encuentro teórico en el que participan destacados pensadores nacionales e internacionales, exposiciones de calle y en las principales salas de galerías de la ciudad, talleres impartidos por los artistas invitados en universidades y en colegios públicos, un ciclo de cine gracias al convencimiento de que no puede existir el cine sin la fotografía, visitas guiadas, y una publicación de lujo que recoge todo el acontecer de cada bienal.

“Siempre hay un país invitado de honor y un tema. Este país tiene que conseguir un curador que escoja a los artistas de acuerdo al tema que formulamos; empezamos a hacer una investigación para ver qué fotógrafos se alinean en esos temas. Luego viene el trabajo de escribir, conectar, cuadrar las agendas, y lo más importante, conseguir la plata, eso sí es una tocadera de puertas fenomenal”, admite Suárez.

La actividad que se alterna con Fotográfica Bogotá es la Fotomaratón, un concurso de fotografía en que el 85% de los participantes son jóvenes estudiantes de arte, comunicación y carreras afines. Los organizadores establecen una serie de temas relacionados con la ciudad, citan a los participantes a las 8:00 de la mañana del sábado, allí reciben un chaleco que los identifica y se van con sus instrucciones. “Al día siguiente, domingo, a la hora que ellos quieran van a subir las fotos en una plataforma digital. Un jurado muy calificado selecciona las fotos ganadoras con las que se prepara una exposición en las calles de Bogotá, se les ofrecen muy buenos premios. La Fotomaratón es el concurso más grande, a nivel económico, y es el único que toma la ciudad como modelo por dos días.

“Con la Fotomaratón estamos dejando una memoria visual de cómo es el transcurrir de Bogotá. La ciudad siempre está en construcción. Es impresionante, porque los rostros cambian, también las vestimentas la arquitectura... es una forma de dejar un documento histórico del transcurrir de la ciudad”, comenta.

Para Gilma Suárez y el equipo del Fotomuseo llevar a cabo estas actividades es un esfuerzo grandísimo. “El premio para uno es haber logrado hacerlas. Porque realmente cuesta... pero hay que hacerlo, ya nos metimos en eso y es muy difícil dejarlo tirado”, agrega.

Más bien, lo que toca es mirar la cantidad de beneficios que ha traído la iniciativa en estos 20 años. “El encuentro sitúa a nuestra capital en la primera línea de los certámenes de fotografía en el mundo; tenemos una extraordinaria colección fotográfica que han donado los artistas que vienen. Estamos trabajando en una videoteca; estamos haciendo documentales de los maestros de la fotografía colombiana, pensando en que no se pierda el trabajo de estos viejitos que por muchos años trabajaron la fotografía análoga y que nunca se han interesado por tener sus negativos bien guardados; es una parte importantísima de la vida nacional en imágenes. Ya tenemos registrada la vida y obra de unos ocho maestros de la fotografía colombiana”, destaca. Con la revisión de portafolios y la participación de jóvenes en talleres, se puede ofrecer un impulso a las nuevas promesas de la fotografía. A través del Fotomuseo el arte de los fotógrafos colombianos ha viajado a países tan lejanos como Japón. Y lo más importante, el arte llega de forma gratuita a la ciudadanía que bajo sus diferentes temáticas, puede apreciar lo mejor de artistas de los cinco continentes y también de artistas colombianos. “En Colombia un inmenso número de la población piensa que los museos y galerías son para cierta capa social, les intimida... y si un hombre amanece un día sin tener con qué comprar una botella de leche a su hijo, mucho menos va a pagar una entrada para ir al museo, o llevar a sus hijos. La idea fue llevar la fotografía al contacto directo con el público, y así ha sido. De modo que ahí vamos, con muchas dificultades, porque conseguir la plata para la cultura en Colombia es muy difícil, el arte no genera votos, y en los programas de los candidatos nunca está la cultura en primera línea. Siempre tenemos dificultades, pero uno se vuelve terco en la vida, y esa es la situación y esa es la razón, y ahí vamos”, dice decidida.

Luego de la presentación del Fotomuseo por parte de Suárez, los asistentes discutieron las posibilidades de desarrollar un espacio similar, con sus características propias.

“Sería ideal para Panamá contar con un espacio como el del Fotomuseo (...) cuya finalidad es divulgar los grandes valores de la fotografía nacional e internacional”, dijo Rosa Guizado, directora de la Escuela de Comunicación Social. “Como institución universitaria queremos traer este tema a la mesa de discusión y unir a diversos actores que puedan impulsar esta idea”, agregó.

Con esta reunión, como primer paso, arranca toda una serie de discusiones sobre posibles alianzas estratégicas que puedan llevar a Panamá a impulsar el arte fotográfico a través de un proyecto similar.

Suárez agradeció a los asistentes el interés demostrado por este proyecto que ya lleva 20 años de trabajo y frutos.

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