¿Qué opinan los hombres sobre el feminismo?

Actualizado
  • 21/09/2020 00:00
Creado
  • 21/09/2020 00:00
Para esta entrega entrevistamos a tres hombres y a un sociólogo, quienes reflexionan sobre las altas y bajas del movimiento feminista dentro y fuera de Panamá

La Real Academia Española define el feminismo como el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre. Según datos históricos, este movimiento político, cultural, económico y social tuvo sus orígenes a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Todo se trata de buscar un punto de encuentro y ajustar los viejos paradigmas sociales.

Un hecho es que a lo largo de la historia, las mujeres se han encontrado con mayores obstáculos que los varones. Sin embargo, hasta hoy el feminismo continúa siendo un tema de debate en todo el mundo.

El sociólogo José Lasso sostiene que la perspectiva masculina sobre el feminismo de forma general es negativa. “Esto es producto de una construcción histórica de roles establecidos por la sociedad, donde han puesto en desventaja a las mujeres frente a los hombres. A esas construcciones sobre lo que deben y pueden hacer las mujeres y los roles que se supone deben jugar los hombres, les denominamos patriarcado, que consiste en una sociedad donde el grupo masculino tienen mejores condiciones que las damas en la interacción social”.

El experto remarca que esa visión sobre las funciones de mujeres y hombres son históricamente construidas por las instituciones sociales; reafirmadas y legitimadas por ideologías extremas conservadoras y discursos religiosos vigentes y en constante refuerzo. “Poco a poco, las visiones masculinas sobre el feminismo tienden a cambiar, principalmente en espacios más cultos, donde la charla de igualdad y de derechos humanos empieza a calar en las perspectivas de la sociedad en general y de grupos de hombres en su relación e interacción en particular”, comenta, y agrega que el cambio muchas veces es lento “se necesita de los medios de comunicación, un marco legal y una política pública que permita llevar un discurso a la acción”.

Lasso manifiesta que las opiniones sobre el feminismo son construidas por la información que reciben las personas. “En un extremo tenemos opiniones positivas desde algunos grupos de hombres con conocimiento y solidaridad, al entender lo injusto de la distribución de roles y las desventajas que experimentan las mujeres en diferentes espacios. También vemos en el otro extremo a grupos de féminas detractoras de las luchas feministas sustentadas en perspectivas religiosas e ideológicas con respecto a su papel en la sociedad”.

Asimismo, resalta que en el medio existen muchas visiones en un espectro de posiciones a favor y en contra. “La plataforma discursiva sobre el tema está en constante transformación y lentamente caminamos hacia una sociedad más equitativa e igualitaria”.

Un cambio de visión

Para Arturo Rodríguez, el feminismo es un paso necesario para erradicar la violencia contra las mujeres, y dice estar de acuerdo con este movimiento. “En Latinoamérica los casos de feminicidio son altos y me parece muy lamentable. Por años se ha eliminado a las mujeres de muchos espacios y considero que deben participar activamente al igual que los hombres”.

En esa línea, Lasso manifiesta que el feminismo es un asunto de todos y sostiene que es vital tener conciencia de esta situación. “El feminismo es una perspectiva liberadora que permite hacer una sociedad más justa y una interacción igualitaria. Todos deberían estar conscientes de su importancia”.

De igual forma, apunta que la solidaridad es un factor fundamental para lograr la igualdad de género. “Actualmente más varones tenemos una posición ventajosa en la sociedad con discursos que todavía son dominados por charlas desfasadas. Creo que la participación de los hombres, principalmente en la construcción de nuevas masculinidades en la vida cotidiana, es un paso para cambiar esas relaciones e instalar nuevas formas de convivencia en la sociedad”.

Con relación a la igualdad de género, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) destaca que se han efectuado algunos avances durante las últimas décadas, donde apuntan que más niñas están escolarizadas, y se les obliga menos al matrimonio precoz; hay más mujeres con cargos en parlamentos y en posiciones de liderazgo.

Pese a estos logros, la organización asevera que todavía existen muchos desafíos por superar. Un estudio de la ONU refleja que las leyes y las normas sociales discriminatorias continúan siendo generalizadas, y las mujeres siguen estando infrarrepresentadas a todos los niveles de liderazgo político, y una de cada cinco mujeres y niñas de entre 15 y 49 años afirma haber sufrido violencia sexual o física a manos de una pareja íntima en un período de 12 meses.

Otra mirada

Eduardo Muñoz comenta que a lo largo de la historia el movimiento del feminismo ha traído cambios positivos en la sociedad. “La base principal de esta lucha ha tenido mucho sentido en cuanto a la búsqueda de la igualdad de los derechos. Sé que hace varios años la sociedad subestimaba las capacidades de las mujeres y se tenía un mal concepto de su rol. Antes se les hacía muy difícil involucrarse en distintas profesiones, deportes u otras áreas, ya que se tenían marcadas como exclusivas para hombres”.

En cuanto al rol de la mujer en la familia, Muñoz opina que efectivamente el hombre era visto como el proveedor del hogar, y la mujer se dedicaba a los quehaceres y crianza de los niños. “Vemos que ahora todo esto ha cambiado. Sin embargo, en Panamá aún el hombre sigue teniendo el mismo rol de proveer al hogar en muchos casos”.

Retomando los beneficios del movimiento feminista, el joven reconoce que esta lucha ha cambiado el pensamiento machista y ayudado a que exista menos violencia de género. “Soy consciente de que hay muchas cosas positivas de todo esto, pero actualmente muchas mujeres han tergiversado el objetivo de este movimiento haciéndolo desde la doble moral”.

“Me ha tocado ver y escuchar a muchas mujeres decir que quieren igualdad en ambos géneros, pero su discurso no es cónsono con sus acciones, ya que todavía algunas consideran que el hombre es el responsable de pagar la cuenta en la primera cita y si la mujer lo hace, no lo ven bien. Existen muchas personas que incluso ven mal que la dama sea quien trabaje y el varón se quede en casa. En otras palabras, hay muchos temas sociales que algunas mujeres siguen obviando para fortalecer su conveniencia”, puntualiza.

Por su parte, Julio Guzmán registra que la realidad del movimiento feminista varia en cada región. “Creo que hoy las luchas están desviadas porque en algunos casos las llevan al extremismo. Está mal generalizar y querer culpar a todo un género sobre los estragos que ha ocasionado históricamente el machismo. No todos somos iguales”.

En este contexto, y tomando en cuenta la premisa de Guzmán, es evidente que existen casos de colectivos feministas que dispersan discursos discriminatorios. Prueba de ello es que este año, la activista francesa Pauline Harmange presentó un libro que ha desatado opiniones encontradas, Moi les hommes, je les déteste (Odio a los hombres).

En una publicación, el diario La Razón destacó que el contenido del libro busca promover la hermandad entre mujeres y que Ralph Zurmély, asesor para la igualdad de género del Gobierno galo, gestionó la solicitud para su prohibición. Dicho argumento deja en evidencia el rechazo hacia la comunidad masculina, y de acuerdo con otras feministas, esta charla está fuera de las corrientes de sus luchas.

En tanto, Guzmán añade que una de las formas más factibles para hacer valer los derechos es desde el respeto y la empatía. “No hay que volver un movimiento en una batalla. No se debe crear odio hacia la comunidad masculina. La idea es trabajar en conjunto para lograr la igualdad de oportunidades en todos los ámbitos. Hay que entender que la lucha es de todos, pero encasillar a todo un género en el machismo, es lo que muchas veces aleja y desmotiva a los varones a apoyar estas causas que son importantes para el desarrollo de un país”.

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