• 11/10/2020 00:00

'To be continued'

El Festival Panamá Negro este año va, contra viento y marea, con grandes escritores panameños, con nuevas voces, con estrellas de la literatura internacional

Esto que estamos apenas terminando de pasar solo ha sido un intermedio, nada definitivo, nada extraño. Tan solo un espacio donde la película de terror que es la vida nos dio un espacio para que estirásemos las piernas, pudiéramos ir al baño sin prisas y comentásemos el desarrollo del guion y el último giro de la trama.

Porque la vida es una novela negra, una novela donde se suceden vertiginosamente asesinatos y muertes misteriosas, dramas, catástrofes, cataclismos, bestias grandes o chiquitas que arrasan poblaciones. Y monstruos que nos acechan desde las sombras.

Por mucho que nos gustaría que nuestra vida, la de todos, se pareciera más a un cuento de Disney, en realidad, que sí, venga, anden reconózcanlo, lo cierto es que se parece mucho más a un cuento de Edgard Allan Poe, donde andamos a tientas, medio borrachos, detrás de alguien que nos promete probar un sorbo de un barril de amontillado.

Acabamos de pasar, a trancas y barrancas, una pandemia, y como siempre, la cultura, sí, precisamente eso que nos ha mantenido entretenidos, y medio cuerdos, durante hoy hará doscientos ocho (sí, 208) días de encarcelamiento, pues la cultura, como les decía, no es una prioridad para nadie. Ya, ya sabemos que nunca lo ha sido, pero ahora mucho menos. Nadie quiere patrocinar cultura, porque siguen convencidos de que los que vivimos de ello nos alimentamos del aire, como los camaleones.

En fin, que a pesar de que este ha sido un año extraño y a pesar de que los premios que conceden los diferentes estamentos dizque culturales del Estado se han seguido repartiendo (en algunos casos entre ellos mismos), para las iniciativas privadas sigue sin haber una respuesta clara.

Que sí, que no, que esta plata me la gasto yo y me la como yo y se la ofrezco a mis amigos y yo.

Pero ya estoy cansada de criticar, y como a mí no me van a poder decir que ruego sin dar mazazos, pues el mazazo ya está dado y el ruego no pienso hacerlo, porque a mí me enseñaron que la única forma honorable de vivir es, o de pie o tumbada de puro borracha, con lo cual, el equipo que llevamos adelante el Festival Panamá Negro estamos dando la pelea. Un año más. Digital. Con bioseguridad. Como sea. Pero ahí estamos.

Para todos aquellos que están deseosos de contenido, de diversión y de conocimiento. Para todos, grandes y pequeños, para los que quieran poder reunirse en el ciberespacio con sus autores, con sus monstruos, con sus detectives o sus asesinos favoritos.

El Festival Panamá Negro este año va, contra viento y marea, con grandes escritores panameños, con nuevas voces, con estrellas de la literatura internacional. Es gratis, es abierto. Es para todos.

Porque la cultura se hace participando, escuchando, leyendo, debatiendo.

Y porque debemos demostrar que en Panamá se lee, mucho y bien. Y que en Panamá se escribe, mucho y bien. Y que, a pesar de que los premios parece que siempre se los ganan los mismos de siempre, y a pesar de que ni la empresa privada ni el Gobierno parecen querer arrimar el hombro, la cultura, los libros y las historias perdurarán más allá, siempre más lejos. Las historias se recordarán cuando todos hayamos desaparecido. Y el género negro dejará constancia, como lo ha hecho desde que surgió, de las corruptelas, los crímenes y los monstruos que pululan entre nosotros.

Así que prepárense, este jueves 15 de octubre empieza el Festival Panamá Negro.

Durante cuatro días las redes serán nuestras, y suyas. ¿Se lo van a perder?

Columnista
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