La mujer y su cotidianidad en las letras

Actualizado
  • 25/10/2020 00:00
Creado
  • 25/10/2020 00:00
La Biblioteca Nacional celebró el día de las escritoras con un conversatorio virtual titulado 'El esfuerzo cotidiano de la mujer'. Un esfuerzo pro reconocer el aporte de las que escriben
La mujer y su cotidianidad en las letras

Por tercer año consecutivo, la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero participa por invitación de la Biblioteca Nacional de España, en la celebración del Día de las Escritoras, festejo que se extiende por las bibliotecas de Iberoamérica, este año bajo el tema 'El esfuerzo cotidiano de la mujer'.

Este año, completamente excepcional, no se pudo llevar a cabo una reunión presencial a la que acudirían decenas de escritoras panameñas. Las condiciones ya por todos conocidas permitirían una reunión virtual, en el que las escritoras y poetisas Consuelo Tomás Fitzgerald y Lil Herrera compartirían sus impresiones sobre la cotidianidad en la mujer. La moderadora sería la profesora Emma Gómez.

“La vida, hacia adentro, fue revelada por las escritoras”, afirma Consuelo Tomás. Para los escritores, todo era épico, grandes batallas así como grandes amores imposibles. Las mujeres empezaron a revelar cómo era la vida hacia adentro y muy a riesgo personal.

La cotidianidad tiene que ver con lo básico, lo íntimo, algo muy importante en la vida de un ser humano, pues allí se construye la personalidad, pero se trata de “la casa adentro, la vida adentro, no el protagonismo”, por ello regularmente ha sido despreciada, analiza Tomás.

Lil Herrera

La poetisa lamenta cómo se ha desdeñado un trabajo poético como el de María Olimpia De Obaldía, cuando realmente trata de temas importantes como por ejemplo, la maternidad.

pero la cotidianidad tiene que ver también con “deshacer tabúes y ponerlos en la palestra pública con sus importancias ya sea para bien o para mal”. Es este tipo de obras el que visibiliza problemas como la violencia intrafamiliar.

Consuelo Tomás

Para Lil Herrera, la cotidianidad tiene que ver con algo más allá de lo doméstico. tiene que ver, por ejemplo con esa mujer que debe levantarse a media madrugada para trabajar y vuelve a casa pasadas las 11 de la noche, y recalca “hay cotidianidades muy tristes”. y que pueden estar relacionadas con la familia, la maternidad, el hogar, la sexualidad, incluso hasta con los procesos hormonales.

Situaciones como el confinamiento al que nos vimos obligados todos debido al covid-19, nos han hecho ver la cotidianidad de forma muy diferente.

“Depende de cada quién y ha construido su vida. Hay gente que no puede estar consigo misma, no soporta el silencio, su vida es miserable dentro de un lugar. La pandemia ha puesto en perspectiva la oportunidad de reencontrarse con la vida en casa y ha puesto en evidencia lo que este lugar significa y que no es igual para todos”.

Emma Gómez

Pero fuera de estas situaciones especiales, hay que recordar que algunas mujeres viven sometidas al silencio permanentemente ya sea por cuestiones culturales o religiosas. y Tomás explica pro qué considera que la obra de Stella Sierra, Libre y cautiva, tiene el mejor título en la literatura escrita por una mujer en Panamá.

Hay que agregar que pesa también el tema de la clase social, pues no es lo mismo una mujer negra, pobre e iletrada, que una mujer de clase media que puede llegar a tener un postgrado. “No hemos llegado al punto ideal, muchas no lo logran y escribir es una forma de testimoniar y “poner sobre la mesa los pájaros muertos”.

Herrera recuerda que efectivamente la pandemia no es democrática y las cotidianidades pueden ser muy diferentes.

En su obra, Libro de las propensiones, Tomás hace a un lado la poesía erótica y se dedica a temas más simples. “Llega el momento en que uno reposa... uno también es sus errores, sus sueños, sus manías... y, ¿por qué no darles valor poético?” cuestiona. “Las 'propensiones' son esa persona que maduró y ve lo que realmente es”, afirma.

En otra de sus obras, La agonía de la reina, Tomás propone cambiar el sistema, para uno en el que ninguno deba anularse, hacerlo bien pues “el patriarcado no solo afecta a las mujeres, sino también a los hombres”.

Y hace una comparación en los puntos de vista de las mujeres tomando en cuenta su generación. “Nuestras madres tuvieron que tragar mucho vidrio, nosotras fuimos una generación de transición y ahora se hace una lucha más frontal”, remarca.

Herrera, por su parte, en el poemario Todo en regla, destaca el hecho de que aunque una mujer no haya menstruado, eso no la hace menos mujer.

“Lo que hice fue una especie de burla de esa jaula en la que nos encierran o en la que nosotras mismas nos encerramos”, dice Herrera, refiriéndose a quienes relacionan el buen estado de ánimo con el hecho de tener una buena relación. Y Pepita Nador “es una canalización de las personas que necesitan el amor, la maternidad de la sociedad”.

Y es que aunque una mujer haya decidido no tener hijos, la maternidad se le presenta en el cuidado que se prodiga a los hermanos, los padres, los que nunca han recibido cariño.

Comenta Tomás, que así como en el trabajo social la lástima está prohibida, pues hay que dejar que la gente camine por sí sola, en la poesía no se pueden imponer criterios, se espera que a través de la conexión humana, quien la lee “se dé cuenta de algo y reaccione, aunque sea negativamente”. Por eso, dice, “hay que seguir escribiendo”.

Tomás considera que el trabajo de las escritoras ha cedido un pasito atrás, pero a pesar de ello, la mejor literatura que se está escribiendo en Panamá, la están escribiendo las mujeres. “Te callaron mucho tiempo, habla ahora y habla bien. Ya no estamos para ensayos ahora es en serio. En este siglo las cosas se han complicado tanto... hay más leyes, pero también más formas de perversidad”, lamenta.

“Las mujer ha llevado y sigue llevando las de perder. Hay que hacer aportes en todos los campos que se pueda; en literatura, facilitar que las mujeres escriban y escriban bien. hay que seguir hablando estos temas hasta que nos quedemos roncas”, sostiene Tomás.

Por su parte, Herrera anima a hacer más trabajos como Citadinas sin bambalinas —proyecto que compartió con Tomás y Martanoemí Noriega para los 500 años de la fundación de la ciudad de Panamá— pero además de destacar las historias de estas 80 mujeres que ayudaron a construir la ciudad de Panamá, “hay que sumar las de todo el país”.

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