Panameños de zonas rurales detectan más que los capitalinos la contaminación del plástico y sus amenazas en la salud

Actualizado
  • 27/11/2020 00:00
Creado
  • 27/11/2020 00:00
El nivel de conocimiento sobre los efectos del plástico caló en áreas como Buena Vista de Colón, Aguadulce, Antón y Penonomé.
Con la pandemia se ha dado un incremento de enseres desechables para las comidas.

Panameños de áreas rurales son más conscientes que los capitalinos respecto a la contaminación del plástico y sus amenazas para la salud.

Así lo constata un proyecto de investigación titulado “Efectos de los plásticos en la salud pública de los individuos, familias, comunidades y ecosistemas en Panamá”, que presentaron investigadoras graduandas del curso de enfermería en Salud Pública III de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Panamá (UP).

Dayzulis García, vocera del grupo de investigación conformado por 19 integrantes, indicó que el proyecto se realizó para comprender cuáles son las generalidades de los plásticos en cuanto a los químicos que se utilizan para crearlos y cómo esto afecta la salud humana y del ecosistema.

Para tabular los datos realizaron una encuesta (del 21 de septiembre al 5 de noviembre de 2020) que obtuvo una población de estudio de 300 personas entre 18 y 70 años, de las cuales 150 residen en áreas urbanas de la provincia de Panamá: distrito de Panamá (Mañanitas, 24 de Diciembre, Juan Díaz y Las Cumbres) y el distrito de San Miguelito (Rufina Alfaro, José Domingo Arias y Paraíso). La provincia de Panamá Oeste: distrito de La Chorrera (Barrio Colón y Guadalupe), el distrito de Arraiján (Burunga y Vista Legre), el distrito de San Carlos (San Carlos) y distrito de Chame (Cabuya). Y 150 en áreas rurales de la provincia de Colón: distrito de Colón (Buena Vista) y la provincia de Coclé: distrito de Aguadulce (Barrios Unidos), distrito de Antón (San Juan de Dios) y el distrito de Penonomé (El Coco).

El escrito mostró el nivel de conocimiento sobre el impacto de los materiales plásticos en el ecosistema y los efectos que pueden ocurrir en los animales al ingerir plástico. El área rural demostró estar más consciente que la urbana. También se comprobó que las personas de la capital tienen mayor desconocimiento que las rurales sobre los químicos presentes en los recipientes de plástico que se usan para guardar alimentos.

“Es importante educar a la población sobre los químicos que hay en los envases plásticos, porque existe la costumbre o cultura de calentar la comida en microondas que es donde más el plástico expone sus químicos ante la alta temperatura que se le da”, dijo García.

Sobre los daños en la salud humana por el plástico, la estudiante mencionó que la comunidad rural reconoció las afectaciones pulmonares. Con relación a los problemas que puede causar en los niños, el grupo marcó las malformaciones en el aparato reproductor, las afecciones en el cerebro por consumo de plomo que proviene de tuberías de agua potable y las enfermedades cardiovasculares producidas al masticar o manipular juguetes plásticos elaborados con químicos tóxicos (plomo, cadmio y arsénico). La comunidad urbana identificó al cáncer de mama y de próstata. Ambas partes coincidieron en que la óbito fetal (nacimiento de bebes muertos) es otra causa.

“Basándonos en los resultados, podemos suponer que la comunidad rural tiene mayor conocimiento que los capitalinos sobre la contaminación del plástico y sus amenazas en la salud, algo que en realidad nos llamó mucho la atención puesto que se esperaba que fuese lo contrario (la comunidad urbana)”, expresó la vocera del grupo de investigación.

Serena Vamvas directora del Movimiento Mimar, comentó que la conducta de las zonas rurales se debe a que están más conectados con la tierra que los capitalinos. Además, son personas menos compulsivas en sus compras, “es aquí donde entra el porqué vemos menos contaminación”, señaló.

Vamvas dijo que, aunque en la capital el consumo del plástico es mayor, no todas las provincias son conscientes, ya que, por ejemplo, en Colón se nota un nivel alto de contaminación en las playas sobre todo de plásticos de un solo uso. No obstante, rescató que en Chiriquí y el área del Pacífico existe conciencia sobre el manejo de los desechos.

Presentación de los resultados del estudio.

Aunque el estudio buscaba demostrar la diferencia del nivel de conocimiento entre la zona rural y la urbana, García aseveró que “la contaminación de plástico supone un grave problema ambiental y una potencial amenaza para la salud humana, por lo que son necesarias medidas para reducir su uso en la sociedad”.

Para la directora del Movimiento Mimar, todos deberíamos ser agentes multiplicadores y empezar a hacer docencia de manera más amplia sobre los problemas que causa el plástico al ecosistema y a la salud humana. “Como consumidores debemos hacer mejor las compras. Además, se necesita de políticas públicas que comiencen a abordar el uso restrictivo del plástico”, concluyó.

Un informe del Fondo Mundial de la Naturaleza WWF (2019) titulado “Evaluación de la ingestión humana de plástico presente en la naturaleza”, en Australia, reveló que 270 especies diferentes, entre mamíferos marinos, reptiles marinos, aves, peces, han muerto enredados en desechos de plástico. También menciona que una persona promedio ingiere semanalmente unos cincos gramos de plástico, el equivalente a una tarjeta de crédito.

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