Luz Acosta: 'Si quieres cantar, tienes que empezar por escuchar'

El Panamá Jazz Festival llega en 2021 a su mayoría de edad. Son 18 años los que cumple esta cita anual del jazz que este año, debido a la pandemia de la covid-19, deberá realizarse a través de las plataformas virtuales, aunque con la misma ilusión y entusiasmo.

Para Luz Acosta, cantante y también bajista, parte del equipo de docentes de la Fundación Danilo Pérez, “hay que tener siempre esperanza y fe de que todo va a mejorar”. Partiendo de allí, pues con la llegada de las vacunas se pinta más claro el horizonte, y este festival es el producto de todo el trabajo que la fundación se ha mantenido haciendo a lo largo de 2020.

“La pandemia nos ha obligado a reinventarnos, el sistema ha cambiado. El arte y el entretenimiento, sobre todo, los músicos han estado muy golpeados, porque dependemos de conciertos y presentaciones, pero con la fundación y el festival, afortunadamente se ha mantenido el trabajo en la parte educativa”, comenta Acosta.

Las clases online han mantenido el acercamiento a la gente interesada en la educación musical, y a los músicos los ha preparado para hacer las cosas de una forma diferente.

“Todo el año hemos estado en conciertos educativos y ahora viene el festival dentro de ya una semana y ha sido interesante el aprendizaje, la adaptación a esto que está sucediendo, hemos incorporado la parte artística a la educativa y le hemos sumado creatividad, compañerismo, hemos ido inventando cosas en el camino”, destaca.

Para la cantante, “el festival es un ejemplo de lo que hemos pasado este año”, y espera que el público también apoye estas actividades que son lo que mantiene viva a la fundación.

En el año 2020 los cursos fueron muy concurridos porque no solo los chicos, sino también adultos se interesaron en ocupar su tiempo libre con una actividad que siempre les interesó, pero para la que no tenían mucho tiempo.

“Este año tuvimos muchos estudiantes adultos, gente que ha tomado clases de canto, que se interesaron en musicoterapia, se ha abierto todo un mundo de actividades alternativas que no habíamos contemplado”, cuenta.

Acosta ofrecerá el día 11 de enero una clínica de voz. Y aprovechamos para preguntarle, ¿qué se necesita para cantar?

“En mi experiencia, cantar es algo natural, a veces a todos nos dan ganas de cantar y en esto influye si escuchamos música o no cuando pequeños, el acercamiento que hayamos tenido a la música, eso hace que uno quiera cantar”, asegura.

Como profesora de canto, Acosta ha identificado dos tipos de cantantes: uno es el natural, que siempre ha cantado y que hace gala de su voz; el otro es esa persona que siempre ha querido cantar y no han tenido la oportunidad, pero les gusta y entonces decide estudiar en el conservatorio o con clases privadas y va desarrollando poco a poco su habilidad. Cualquiera de los dos podrán perfeccionarse, de hecho, “el que canta de forma natural no las tiene todas consigo, también necesita aprender muchas cosas”, sostiene.

“Hay muchos cantantes que naturalmente llegan a hacer carrera, pero uno no se desarrolla por sí solo. Cuando aprendes la técnica, cuando aprendes música, te das cuenta que hay un universo de cosas que puedes experimentar en el canto”, agrega.

Y esto es más que necesario si se quiere cantar jazz.

“El jazz tiene que ver mucho con el entrenamiento, entrenar el oído, aprender a estudiar la música de fondo. Si quieres dedicarte a un género, tienes que ahondar en él, de qué trata esto, escuchar las corrientes y entonces vamos hablando de África, del blues... es una historia muy interesante y todo se enlaza”, asegura.

¿Cómo se aprende? “Al principio es dejarte llevar, escuchar mucha música. Ver la historia de la música con respecto al género que buscas y poco a poco viene todo lo demás”, sostiene.

“Tienes que empezar por escuchar, escucha el jazz qué te interesa, qué cantante y qué instrumentistas también han revolucionado el género. Luego viene el aprendizaje de temas”.

La improvisación, técnica fundamental en el jazz, es justamente la que más llama la atención de los estudiantes, pero que no es tan espontánea como se piensa.

“La improvisación es característica del jazz; alllí está la creatividad y desarrollo del músico y es también espiritual, porque cuando improvisas tienes que entrar a una dimensión tuya donde expreses algo al público en forma de música y esto en el marco de lo que están haciendo los músicos que te acompañan. Todos ellos intervienen, pero la improvisación depende de otros aspectos, como que manejes tu instrumento bien. Es como que están cuatro personas hablando francés, y yo me meto en la conversación y no sé francés...”, explica.

Para Acosta, es cuestión de estar en la misma conexión, para lo cual el conocimiento musical es muy importante.

“Debes conocer de armonías, estos grandes cantantes, si investigas te das cuenta de que eran excelentes músicos instrumentistas y te das cuenta de que esa improvisación viene de ese conocimiento; la gente como que no quiere estudiar mucho, pero es muy importante para lograrlo”, insiste.

Y justamente de estos aspectos Acosta va a hablar en su clínica de voz: qué elementos hay que trabajar con el canto, los estilos, pues el jazz es una gran mezcla de géneros de la música latina, de géneros que nacieron en Estados Unidos y antes de eso, en África, todo eso se fue mezclando para dar como producto esta música que tiene su forma d interpretarse y aprenderse. Luego está el desarrollo de la creatividad, nuevos estilos que se suman y que son igual de válidos.

Por otra parte, están los aportes que el estudio de algún instrumento pueden ofrecer. “Si estudias a un instrumentista o desarrollas un poco de un instrumento, eso te aporta conocimiento, así como elementos rítmicos, melódicos, es algo muy amplio y todo aporta”, dice convencida.

El interés por el desarrollo de la voz como instrumento, ha crecido en los panameños.

“Este año se han matriculado muchos cantantes, chicos y adultos, gente que había dejado a un lado esos deseos de aprender a cantar no necesariamente jazz, sino que quieren mejorar su voz o la afinación y ahora han tenido la oportunidad”, reitera Acosta. Obviamente, hoy el acceso a lo virtual ha ayudado a que se desarrollen más cantantes. “Ahora no solo está la televisión, sino todas estas plataformas como youtube, facebook, instagram... ves que aparece mucha gente con talento y que desarrollan su creatividad. A la gente le gusta el canto y ha desarrollado el tema tecnológico; te puedes grabar con una pista. Con la ayuda de la tecnología y el tiempo en casa se ha ido incrementando el interés por la música”, confirma.

Como a muchas personas, la pandemia obligó a Acosta a trastocar planes y proyectos. “Este año fue un año de shock, con muchas cosas ocurriendo, la principal de ellas, la pandemia y eso dejó cosas en pausa”, cuenta.

Aunque la Fundación Danilo Pérez pudo continuar con su programa educativo, los proyectos musicales con los ensambles en los que participa Acosta, como cantante y como bajista, debieron detenerse.

“No pudimos continuar con lo que estábamos haciendo con los ensambles que son parte del trabajo de la fundación ni con mi proyecto personal. Ha habido una pausa también, por el tema de no salir de casa”, explica.

Pero estas pausas se vieron compensadas con el trabajo educativo y con algunos lives denominados Sábados de bohemia, “a los que se conectó mucha gente. Fue divertido, relajante y motivador en ese momento porque necesitas sentir que todo está normal, aunque no sea así. La música tiene ese poder de hacernos sentir con la esperanza de que todo va a estar bien”, opina.

Si bien la situación de salud por la que atraviesa no solo el país sino el mundo entero, puso proyectos en pausa, “también nos hizo desarrollar otras cosas que no conocíamos. La educación virtual fue algo nuevo para nosotros y ha sido un gran aprendizaje. Se han detenido algunas cosas, pero aprendimos el valor de la vida, de la familia, de las cosas simples, que son lo más importante. Es muy triste el hecho de que se hayan perdido muchas vidas a lo largo del año pasado, pero hasta eso ha sido una lección de que hay que reponerse y seguir adelante”.

Acosta finalizará su participación en el festival con una presentación el día 23 de enero con el Carlos Campos trio, en la cual participará como bajista y como cantante.

“Vamos a estar haciendo temas inéditos; tratamos de mezclar aspectos de los géneros de la música panameña, algo de latin jazz y temas que la gente conoce, algunos boleros a los que hemos hecho arreglos, así que va a ser muy variado”.