El fotoperiodismo panameño, una historia con pocos registros y archivos

Actualizado
  • 21/03/2021 00:00
Creado
  • 21/03/2021 00:00
Una conferencia virtual dictada pro la curadora Maylín Pérez Parrado ofrece algunas luces sobre la fotografía periodística en Panamá, una labor poco reconocida y subestimada que ofrece grandes aportes a la historia
Muybridge no solo captó paisajes, también se enfocó en la gente.

Con el título “Historia del fotoperiodismo en Panamá”, se llevó a cabo la última actividad pública que acompañó a la exhibición, Fotografía y Política, la lucha por la democracia en Panamá, que puede ser visitada en fotografiaypolitica.com. La conferencia, dictada por la curadora de la exposición, Maylín Pérez Parrado se centró en la actividad periodística a través de las imágenes fotográficas, irremediablemente ligadas al nacimiento de la fotografía y al desarrollo de las nuevas tecnologías de impresión que empezaron a aparecer en el siglo XIX.

Explica la curadora que a dos años de estar generando diferentes tipos de contenido y una investigación enfocada sobre todo en la década de 1980 en Panamá, encuentra que la información es, más bien, dispersa. “Uno de los objetivos del proyecto precisamente es recopilar información, la mayor cantidad posible y brindarle al público un filtro un poco más estructurado de diferentes temas”.

Inicia por establecer que “el fotoperiodismo es una actividad artística e informativa, de crónica social y de memoria histórica. Se trata de una nueva forma de periodismo, que utiliza imágenes para narrar historias así como para dar a conocer noticias”. Con ello se crea la figura del reportero fotógrafo en sustitución de la pareja periodista-fotógrafo. Es un verdadero periodista que utiliza la imagen fotográfica para transmitir la información.

Y claro, no es cualquier imagen la que cumple con estos requisitos. Estas deben tener actualidad, reflejar un hecho reciente; objetividad, debe ser una imagen fiable; debe tener narrativa, o sea, comprensible para los espectadores y también debe tener elementos estéticos, además de cumplir con todos los rigores de la ética periodística en cuanto a veracidad, precisión y objetividad.

El reemplazo de la prensa manual de Gutenberg por las máquinas rotativas a vapor permitió la impresión a escala industrial, lo que generó el nacimiento del periodismo moderno. Asimismo, nuevos inventos fueron sucediéndose a estas, facilitando la inclusión de imágenes en las publicaciones. A esto habría que agregar las innovaciones en el campo de la fotografía.

“Timothy O'Sullivan dejó importantes registros fotográficos y hermosas vistas, especialmente de la región del Darién

En Panamá, la primera imprenta llega gracias a la gestión de José María Goitía, para publicar La Miscelánea, periódico crítico de la monarquía española en tiempo de la colonia, mientras que “la fotografía colabora con los medios de prensa como periódicos y revistas, mostrando escenas cotidianas del país, hechos relevantes y figuras destacas de la sociedad. La información se vuelve más accesible a la población”, comenta Pérez Parrado.

Para la década de 1840, una buena cantidad de publicaciones empiezan a aparecer en el Istmo, tanto en inglés como en español. Sin embargo, muchas de ellas tenían un formato muy sencillo, de pequeño tabloide y alcanzaron muy poca duración.

Convento de los jesuitas, Casco Viejo.

El trabajo de algunos fotógrafos empezó a hacerse notar. Pérez Parrado menciona a J. W. Newland, en 1846; los hermanos y pintores Charles y Jacob Ward en 1848; Bejamin Pease en 1851 y J. H. Fizgibbon en 1858. Don Emilio Herbruger y sus hijos Emilio Jr. y Florencio Carlos quienes en 1860 abren un estudio, enfocado en el retrato en la Calle de La Merced. “Timothy O'Sullivan llegó en 1870 y dejó importantes registros fotográficos y hermosas vistas, especialmente de la región del Darién; Eadweard Muybridge. Estuvo en Panamá entre marzo y noviembre de 1875 y dejó una importante colección de vistas del Istmo”. Y finalmente, Carlos Endara Andrade, quien llegó a Panamá el 17 de marzo de 1886 y permaneció en el país.

El Siglo XX 

El fotoperiodismo tal y como hoy lo conocemos, relata Pérez Parrado, nace en Alemania tras la I Guerra Mundial. Durante República de Weimar (1919-1933), una época muy rica en el campo cultural y científico, Para la curadora, una serie de circunstancias propiciarán este hecho: “Es un momento de libertad de prensa y con grandes avances en tecnología que proporcionará obturadores más rápidos y objetivos más precisos; Aparece una gran cantidad de semanarios que abordan todo tipo de temas; Se empieza a trabajar en el diseño de la página para hacerla más atractiva y otorgarle un hilo conductor, con sentido y coherencia y por último, mas no menos importante, Las fotografías son distribuidas por agencias especializadas que se crean para liberar al fotógrafo de los problemas de difusión y comercialización de su trabajo”.

Formato de postal, muy utilizado en el S. XIX

Internacionalmente destaca el trabajo de fotógrafos como Robert Capa, David Seymour, Gerda Taro, Henri Cartier-Bresson, Dorothea Lange y Alfred Eisenstaedt, entre otros. Más adelante, entre los años 1950 y 1970 se dio iun gran apogeo en revistas de diferentes temas como moda (Harper's Bazaar y Vogue) naturaleza e historia social (National Geographic) y actualidad (Time).

Mientras, avances tecnológicos como la xerografía, la fotocomposición y los diferentes tipos de impresión (matricial, por inyección, laser y térmica), darían más proyección a la imagen, pero lo que daría un salto cuántico a la fotografía es el advenimiento de la cámara compacta Leica de 35 mm.

En tanto, en Panamá  continúan llegando al país fotógrafos de distintas partes del mundo: Giussepe Laurenza, Walter Durling, Santiago León y John Fred Flatau entre otros. Comienzan a destacarse Edward Bennet, Joseph Sealy, Virgilio Cedeño y Santiago a Marín. En Colón sobresalen Heron Studio y Richard Photo Studio. Y no se puede dejar de mencionar a Carlos Montúfar Guizado.

En 1942, pasa por Panamá Alfonso Gómez Santos, quien se dirigía a México para probar carrera artística. Sin embargo, se quedó en Panamá. “Su carrera como fotógrafo se inició en El Panamá América, aunque también colaboró con La Estrella de Panamá, Mundo Gráfico, El País, Crítica y con las revistas Épocas y Lotería. Fue fundador del Sindicato de Fotógrafos de Panamá, fue fotógrafo oficial del Presidente Ernesto de la Guardia. Abrió su primer estudio en la Avenida Central, luego se ubicó en la Avenida Justo Arosemena, frente al Colegio María Inmaculada y de allí a la Calle 44 en Bella Vista, donde estuvo cerca de 40 años”, relata Pérez Parrado.

Por su parte, Carlos Endara Andrade, además de su participación en  El Heraldo del Istmo  colaboró con otros medios impresos como el Diario de Panamá, Libro Azul de Panamá, la Revista Lotería y la Revista Épocas, entre otros.

Expedición en El Darién, finales del S. XIX

Con el paso del tiempo el país evoluciona y crece la vida cultural, cambia la situación económica y suceden eventos políticos y sociales de trascendencia: golpes de estado, protestas estudiantiles, la visita de la Reina Isabel II… el movimiento por la soberanía canalera. En esos momentos los fotógrafos van a seguir colaborando con distintos medios de prensa y revistas, pero seguir la pista de su trabajo no es sencillo pues en las publicaciones no figura el debido crédito.

Durante la década del 70 y 80 se agudizan los conflictos políticos con Estados Unidos y la decadencia del régimen militar genera un movimiento de lucha por la democracia, que es reprimido.

“En esos momentos de da mucha colaboración de fotógrafos locales con distintas agencias de prensa nacionales e internacionales como La Prensa, Sygma, AP y AFP. La fotografía fue también una herramienta que permitió salvaguardar hechos, expresiones y manifestaciones populares movidas por ideologías varias” manifiesta la curadora. “Por una parte el fotoperiodismo desempeñó un importante papel en la visibilidad de conflictos que en su momento fueron noticia y que actualmente forman parte de la historia del país. A pesar de enfrentar las consecuencias posteriores y, en algunos casos, de pasar por el filtro de la censura, la función de esta fotografía no dejaba de ser objetiva”, agrega.

En esa etapa destacaron Carlos Montúfar, Carlos Guardia, Guido Blandón, Daniel Espinosa, Alcides Rodríguez, Ángel Murillo, Ruperto Miller, Beth Cruz, María Elena Bandini, Omar Batista, Anselmo Mantovani, Ricardo Iturriaga, marcos Guerra, Alberto Muschett, Aristides Bravo, Camilo Jipsion, Aurelio Jiménez, Álvaro Reyes, solo por mencionar algunos. Pérez Parrado registró en la exhibición a más de 50 fotógrafos, entre ellos, muy pocas mujeres, al menos reconocidas.

De acuerdo con la curadora, “la fotografía en este periodo estuvo caracterizada por un escaso desarrollo de la fotografía creativa, debido a la situación política y el auge del fotoperiodismo, que documentaba el proceso histórico de lucha”. Un gran número de reporteros gráficos registraron escenas de diversas índoles, desde la muerte de una persona, discursos de políticos, manifestaciones de la oposición y represiones por parte de la Guardia Nacional, los Batallones de la Dignidad y otros grupos. La mayor parte del material visual quedó en manos de los medios de comunicación. Esto añadió una cuota de peligro a la profesión.

El Siglo XXI

El nuevo siglo trae consigo un nuevo panorama. En lo técnico, de un sistema análogo-químico, se pasó a un sistema electrónico-digital. El desarrollo de internet y posteriormente las redes sociales han ayudado a expandir las posibilidades y a democratizar la imagen.

Con ello, hay más libertad de expresión, ha crecido el compromiso social y los trabajos fotográficos apuntan no solo a hechos políticos o eventos puntuales, sino a reportajes de actualidad, trabajos documentales y foto ensayos, además de la foto de ilustración.

“Dentro del fotoperiodismo está el reportaje de actualidad, que responde a hechos concretos actuales, al documental, que toma más tiempo y es un trabajo más antropológico y está el fotoensayo que lleva largos periodos de tiempo, por su investigación y observación sobre un tema específico. Está también la foto ilustración que comunica y responde a una economía de las redes sociales”, destaca.

Y con ello, también nuevos retos como el de mantener la calidad en una sobreabundancia de imágenes que a las finales, genera ruido. Sobre esto, la curadora opina, “siempre ha habido mala foto y siempre ha habido también sensacionalismo”.

 Más opiniones

Abierto un periodo de discusión, la periodista Amalia Aguilar recuerda las dificultades en la cobertura para secciones revista-culturales. “El énfasis periodístico era sobre la nota política, así que era muy difícil tener un fotógrafo para la sección”, comentó. Ella, al igual que otros periodistas debieron armarse de cámaras propias y hacer el trabajo.

“Estamos acostumbrados a pensar que el fotoperiodismo son solo imágenes políticas, controversiales o de guerra cuando realmente no es solo eso, hay diferentes características y niveles. El fotoperiodismo puede ser un caos pero no tiene por qué siempre serlo”, argumenta Pérez Parrado.

El fotógrafo Alberto Muschett comentó que hay una gran diferencia en trabajar para un medio o una agencia de noticias. “El periódico limita, existe el favoritismo, te esfuerzas para hacer un trabajo y luego te dicen que eso no puede ir, muchas veces porque hay algún interés. A la agencia no le importaba mucho, había más libertad. Y hoy todavía se ve eso. Aunque uno puede publicar en internet, hay todavía mucha limitación”, asegura.

Tito Herrera coincide con Muschett y asegura que incluso la línea editorial de una agencia de noticias también puede generar limitaciones en el trabajo. Por decisión propia, desde hace algunos años Herrera decidió dedicarse a la fotografía documental. Sin embargo, reconoce que internet ofrece grandes ventajas. “Estamos en la generación de hacer que las cosas pasen. Con las redes sociales solo se necesita creatividad”, asegura.

Sobre los derechos de la imagen, los asistentes a la conferencia abogaron por el respeto de las leyes de derecho de autor y el establecimiento de reglas claras.

“Aunque el fotógrafo trabaje para un medio, él no deja de ser el autor de la imagen y se le debe otorgar el crédito por su trabajo”, insiste Pérez Parrado. “El fotógrafo piensa que el derecho de autor se pierde al vender una imagen a un medio o agencia, y no es así, nunca se pierde. Se firma un contrato, pero la fotografía tiene muchas ediciones y por eso es más complicado hacer un contrato”, comenta.

“Una cosa es la propiedad intelectual, otra es la ley de derecho de autor, y cómo se utilizan esas leyes a favor”, aclara Pérez Parrado. A pesar de que todo el tema de derecho de autor ha ido avanzando y se es más consciente de ello, muy poco se pone crédito de fotógrafo  por políticas editoriales. “Hay siempre que poner el nombre del fotógrafo y de la colección, si la imagen pertenece a una. La foto es tuya si la tomaste, pero la propiedad intelectual la tiene la persona que la compró, hay que mencionar a los dos”, agrega.

La situación que esto conlleva es a que las imágenes queden en manos privadas y esto dificulte hacer un registro histórico. “¿A dónde ha ido a parar esas fotos? Están en manos de particulares o de los medios de comunicación”, sostiene la curadora.

La periodista Lineth Del Cid, parte del equipo que llevó a cabo esta recopilación e investigación lamentó que con la pandemia, los archivos fueron los primeros departamentos en cerrar en los medios de comunicación. “Las hemerotecas están cerradas, los documentos están allí, pero no hay acceso a ellos”. De acuerdo con la periodista, Los medios de comunicación, en general, no están conscientes del valor que tiene una fotografía o un video. “Se piensa en ellos como algo viejo, que en cualquier momento se puede botar. No se reconoce ese valor, no se hace nada con aquello”. Y de lo recaudado se dificulta su uso pues no se han archivado correctamente.

El apuro y el descuido juegan en contra, Pasado un tiempo, si la información no se registra bien, nadie recordará en qué evento se tomó la imagen, quiénes estaban allí y cuándo ocurrió el hecho. Sin esa información, la imagen pierde valor.

Por ello, hay baches en nuestra historia fotográfica, mientras que en archivos fuera del país hay una gran cantidad de imágenes tomadas en Panamá, mientras que en el patio, hay muy pocas y todas, dispersas.

Otro tema que fue abordado es el desconocimiento de la fotografía como arte. “Los especialistas de museos no la aceptan como una manifestación con componentes artísticos. Y esto tiene que ver mucho con la ignorancia visual. En sentido general, la fotografía sufre y es muy mal entendida. Es el género que más crítica sufre por parte de la ignorancia de personas que la observan y que tienen el poder en las instituciones de las que la fotografía depende y no sucede solo en Panamá”, admite la curadora.

La situación podría revertirse con el establecimiento de fondos para ejercer la fotografía, para la formación de los fotógrafos, para el establecimiento de concursos que ayuden a elevar el nivel.

“La fotografía es la hija huérfana de la cultura en Panamá; visibilizar el trabajo de los fotógrafos en Panamá será una lucha, pero que debe hacerse con unidad. Es darle esa connotación que la fotografía tiene. Y el fotoperiodismo es el hijo huérfano de la fotografía en Panamá. Esto, por la falta de reconocimiento del trabajo de los fotógrafos. Cada fotografía tiene un fotógrafo y hay que empezar a reconocer eso y también a organizar archivos porque si no, en cinco años más, se habrán perdido”, advierte Pérez Parrado.

El fotógrafo, así como el periodista tienen el deber de formarse, no es solo oprimir el obturador, es tener el conocimiento de lo que se está haciendo: una labor importantísima que ayuda a registrar la historia.

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