Las flores como fuente de inspiración para el arte

  • 15/07/2021 00:00
Presentamos el proceso creativo de artistas panameñas que mezclan las emociones con la naturaleza para lograr sus obras
Rivera combina la música, los recuerdos y la naturaleza para crear sus obras.

“Mi conexión va más allá de las flores; es con la naturaleza. Siento que al estar en un río, en la playa, en las montañas y en mi jardín, mi espíritu se relaja y me recargo de la energía que me ayuda a imaginar, disfrutar, y me permite fluir. Pinto muchas flores porque cada momento trascendental de mi vida ha llevado la firma de una flor”, comparte la artista visual panameña Chechel Rivera, quien busca expresar sentimientos y anécdotas a través de la pintura en una manera casi abstracta.

Su pasión por el arte no comenzó en un momento específico en el tiempo, ella lo define como un amor que evolucionó y creció en sí mismo. “Recuerdo maravillarme por los colores y paisajes de las cómicas y de mis libros de la escuela. Aunque fue en mi adolescencia que me topé, frente a frente, con un cuadro del maestro Alfredo Sinclair y mi corazón se detuvo impresionado. A partir de ese momento, mis ojos ya estaban preparados para evolucionar a otro nivel de mi apreciación por la pintura”.

La artista que se encamina al encuentro de una conexión sensorial, también admira el trabajo de Joan Mitchell, Georgia O'Keefe y Willem De Kooning.

Viendo el arte desde una perspectiva más amplia y local comenta que la evolución del sector en Panamá ha sido “una montaña rusa” cuyos picos son protagonizados por artistas consagrados y dispuestos a compartir conocimiento, mediante la participación de profesores, galeristas, curadores y algunos coleccionistas que luchan por mantener en movimiento ese desarrollo.

En cuanto a su técnica pictórica sustenta que surge del sentimiento que le produce un recuerdo o una anécdota.

Todo inicia cuando prepara un playlist de canciones que escucha mientras trabaja en la obra. Esos sentimientos le ayudan a escoger la paleta de colores, luego se concentra aún más en el tema, aspecto que para ella influye en la gestualidad de la aplicación del color.

Su proceso de formación abarca lo investigativo, con etapas de bocetos y ensayos en el proceso. “He estado aprendiendo por medio de talleres, clínicas y clases privadas en Alemania, Nueva York, y principalmente en Panamá”.

Cuadro de la artista panameña Chechel Rivera

Asegura que sus profesores y colegas del medio artístico panameño han sido siempre muy abiertos en transmitirle sus conocimientos y apoyo. Rivera también se preparó en The Art Student League de NY. “Conocí a personas con un alto nivel de conocimiento artístico moderno y contemporáneo que me guiaron en el proceso de visualizar mis bocetos para luego plasmarlos de una forma más expresiva desde lo que siento”.

Desde el arte contemporáneo

María Gabriela Herrera es veragüense y arquitecta de profesión, con pasión por las artes, la investigación y la enseñanza. Esta afición la ha llevado a estudiar una maestría en docencia superior en la Universidad Latina de Panamá y actualmente una maestría en diseño bioclimático. Además, ha participado en diferentes proyectos arquitectónicos, de vídeo, fotografía e investigación.

María Gabriela afirma que siempre ha tenido la necesidad de expresar sus sentimientos a través del arte, una tarea que ha emprendido por medio del arte contemporáneo.

Herrera toma como referencia las flores y las plantas.

A propósito de nuestra entrevista, muestra una serie de fotos con las que está trabajando para reflejar la magia de las plantas y las flores como protagonistas; ambos elementos se han convertido para la artista panameña en un lenguaje común, una bella metáfora de la fragilidad de la mente.

Todo este concepto lo expone a través del arte digital. “Nuestro rostro oculta esa planta que crece y muere. Y es hermoso mostrar, a través de las plantas, el cambio de nuestra mente y los procesos que ocurren en el cerebro”.

“Desde que comencé el proyecto 'Y hoy me marchité', me surgieron muchas dudas: ¿Qué rumbo debo tomar?, ¿cómo avanzo?, entre otras. Pero desde que di a conocer mi obra, entendí que debía reunirme con personas con depresión, hablar con ellas y entender sus situaciones, para crear imágenes que puedan llegar a más personas”, detalla Herrera, quien a través de su obra incorporó plantas y flores para reflejar por medio del arte las diferentes etapas que afectan a una persona con depresión.

“Algunos me contaron que crecieron, pero las personas los empezaron a atacar como hongos que secan las hojas de las plantas (símil); otros crecieron con poca luz, debido a la influencia de sus familiares y, por ende, están tratando de resurgir de esa oscuridad agobiante; también me encontré con aquellos que fueron azotados por tormentas que deshojaron sus tallos, y otros estaban carentes de agua, provocando que sus flores se marchitaran”, expresa la artista.

Con respecto a sus proyectos, manifiesta que sigue trabajando en ellos y en medio de su proceso creativo han surgido varios experimentos sobre el tema. “Empecé a preparar un videoarte donde el enfoque es la terapia para volver a florecer –muchos de los entrevistados comentaron que les ayudó asistir a un profesional en salud mental, pero que es un doloroso y difícil camino que lleva tiempo y, por ende, el videoarte busca reflejar un proceso similar– y también experimentando con stop motion para crear videos que muestran la degradación de nuestra mente, reflejada en una planta”, subraya.

En estos momentos está experimentando con el arte digital, el collage y otras técnicas que le permitan dar a conocer su mensaje.

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