'La sonrisa de Gerta', una lucha por amor y libertad en Panamá

La historia de Gerta Stern (Viena, 1915-2018) se ha contado de diversas formas, tanto de boca en boca, como en libros, y ahora a través del séptimo arte. La odisea de viajar desde Hamburgo, Alemania, en medio de la persecución nazi a los judíos, hacia un país que les brindara refugio a ella y su esposo, el exfutbolista Moisés “Munio” Stern, fue un cambio radical en su vida, la cual volvió a rehacer una vez estuvo fuera de peligro en Panamá, al llegar con la ayuda de una visa accidental.

A través del lente de la cineasta y coach de actores Raquel Toledo, y con la actriz y productora Gina Faarup encarnando a Stern, las vivencias de la austriaca se vieron reflejadas en el cortometraje La sonrisa de Gerta (2021), ideado por Faarup después de haber conocido a Stern en 2016. La productora recordó a Stern como una mujer “generosa y valiente”, quien sufrió mucho para llegar a Panamá, pero “fue por su inmenso amor hacia su esposo”.

“Conocí a la señora Gerta cuando fue a ver la obra musical Cats que produje; quise ahondar en su historia y logramos entrevistarla por tres horas en un día, donde nos contó toda su travesía, desde ser rechazada por todos los consulados hasta encontrar, accidentalmente, la forma de llegar a Panamá”, comentó la actriz a La Estrella de Panamá.

“Era muy amable y generosa, lúcida y capaz, teniendo en cuenta que tenía 100 años cuando nos conocimos, pero fue esa luz lo que me inspiró a hacer una película en su memoria”, dijo.

Como novata en el séptimo arte, Faarup se unió a Toledo, quien la entrenó en la actuación para cine y dirigió el cortometraje. Sin embargo, más allá de representar a Stern de forma fiel, el reto se basó en compactar las experiencias de Stern en una narrativa audiovisual de menos de 20 minutos: “Se trataba de realizar un cortometraje como carta de presentación en la búsqueda de financiación para la película, en concreto, como un medio de conseguir puntuación para los fondos que el Estado dedica en el desarrollo de la industria cinematográfica panameña. Por eso nos centramos en uno de los momentos más espectaculares y difíciles de la historia: cuando Gerta Stern y su marido enfrentan el hecho de que cada vez menos embajadas están dando visados para escapar del fanatismo nazi y sobre todo al suceso de la noche de los cristales rotos el 9 de noviembre de 1938, donde tantos judíos fueron humillados y apresados”, comentó Toledo.

Centrarse en este suceso específico fue un paso especial, ya que para Faarup representaba el coraje de Stern al dirigirse sola a las oficinas de la Gestapo para reclamar la libertad de su esposo. En medio de la situación adversa, Stern encontró ayuda en las oficinas de la naviera Hapag Lloyd, donde conoció al abogado alemán Otto Dettmer, quien la dirigió hacia el consulado panameño que aún estaba dando visas a judíos para salir del país.

“Gerta fue un enlace con la historia”, señaló Faarup, “una luz en medio de un episodio tan oscuro de la humanidad. Nunca había conocido a nadie que se hubiera enfrentado a los nazis, ni que hubiera vivido esos momentos de la historia humana, mucho menos que estuviera en Panamá haciendo una vida; pero Gerta era una mujer única, dedicada, valiente y leal, lo que admiro mucho”.

En medio del proceso de rodaje, Toledo y Faarup enfrentaron el reto de condensar la personalidad de Gerta, así como la de Moisés (interpretado por el actor Cedric Miró) en el cortometraje, y aún así capturar la urgencia y el ímpetu de las circunstancias peligrosas que vivió la pareja en 1938. “No sabíamos cómo hacerlo, porque es difícil contar la estructura de una historia –principio, medio y final– en poco tiempo de forma exitosa, pero nos concentramos en un pedacito de su vida y su llegada a Panamá, sin embargo, lo dejamos abierto ya que aún sigue en pie la idea de hacer un largometraje sobre Gerta”, apuntó Faarup.

Para crear a la pareja de Gerta y Moisés Stern, Toledo dio esta responsabilidad a Faarup y Miró, quien estudió artes escénicas en Nueva York y se ha alzado como “un actor comprometido y entendido de las situaciones”, según comentó Faarup. Asimismo, en el elenco se destacan los actores y actrices: Juanxo Villaverde, Ana Belén Croston, Lorena Arosemena, Mónica Gronchi y Jorge Pérez.

“Hicimos un exhaustivo análisis de texto y de cada uno de los personajes, incidimos en encontrar la singularidad por un lado y aquello que les conectaba por otro. Indagamos en los estados físicos y emocionales que tenían en cada secuencia con múltiples dinámicas y técnicas”, explicó Toledo, “a través de improvisaciones de las situaciones del guion, fuimos encontrando los objetivos, motivaciones y razones secretas que sustentaban la verosimilitud de cada interpretación”.

De igual forma la directora indicó que en el proceso de encarnación de los personajes, el vestuario asumió mucha importancia en la narrativa no solo de la época, sino de las emociones de los mismos: “La intención era dar la sensación de estar en otra época, en otro lugar, marcar clases sociales, estatus o función social. Tuve muy en cuenta el uso de los colores y las texturas para definir a los personajes y generar contrastes. Se tuvo mucho cuidado, por ejemplo, en que las prendas que llevara la protagonista potenciaran ese glamur y a la vez esa calidez que la caracterizaban en la vida real”.

Y en medio del rodaje, la creación de los ambientes y el set a utilizar para las escenas, se volvió más un “trabajo de arte” que de instrucciones o manuales. Toledo puntualizó que uno de los momentos más destacables de la producción fue reencarnar la noche de los cristales rotos: “Cuando rodamos la secuencia de la noche de los cristales rotos, hubo momentos en que realmente parecía que nos habíamos trasladado todo el equipo a ese infierno lleno de miedo e incertidumbre que vivieron los personajes de esta historia”.

“Luego, en los días de rodaje en la Alianza Francesa, vi cómo el espacio de la habitación que nos habían dejado, la convertimos en tres localizaciones diferentes: La embajada sudafricana, la embajada panameña y el despacho de la naviera”, enfatizó, “sufrimos mucho al descubrir durante el rodaje que estaban realizando obras en la calle principal. Los ruidos eran a veces infernales y no había manera de que la sonidista diera una toma por válida por muy bien que la hubieran interpretado los actores, pero logramos las escenas”.

La historia de Stern llegó a los paneles de jurados de diversos festivales de cine internacionales, tales como: New York Movie Awards (ganadora a mejor actriz, Gina Faarup), Paris Film Festival (ganadora a mejor actriz, Gina Faarup; nominada a mejor director, Raquel Toledo), Los Ángeles Film Awards (ganadora como mujer inspiradora en una película, Gina Faarup; ganador a mejor diseño de vestuario, Luis Salazar).

También participaron en el Florence Film Awards (ganadora a mejor directora, Raquel Toledo; ganador a mejor actor, Cedric Miró; ganadora a mejor actriz, Gina Faarup, así como menciones honoríficas a mejor vestuario, cinematografía, mejor producción, y guion); y en el Cannes World Film Festival (ganadora a mejor actriz, Gina Faarup; ganadora a mejor directora, Raquel Toledo; ganador del mejor cortometraje, y nominado a mejor actor, Cedric Miró).

Este año la cinta participará en el Panamanian International Film Festival, en Los Ángeles (California) como nominada en su selección oficial, que se llevará a cabo del 7 al 10 de octubre. Para Toledo, la recepción positiva del cortometraje en las mesas de jurados más reputadas de la industria es significado de un “avance importante” en las narrativas del cine panameño y añade una “responsabilidad narrativa” que viene acrecentando en el país: “Soy testigo de que esa responsabilidad narrativa la vienen asumiendo los guionistas de películas y cortometrajes en la ciudad de Panamá que demuestran su enorme talento, ingenio y oficio para contar historias en este medio. ¡Y que son cada vez más!”.

Aplaudió los esfuerzos de cineastas panameños como Arianne Benedetti (Más que hermanos), Arturo Montenegro (Todos cambiamos), y guiones destacados como Chance, Caja 25, Ilegítimo, y Yo no me llamo Rubén Blades. “Otras figuras muy interesantes que están destacando son Oscar Faarup (Escribiendo al general) y Viviano Romero (Ella); pero sé que hay muchos más que están apostando por la calidad y la exigencia en la narrativa cinematográfica en Panamá y nosotras estamos felices de aportar nuestro granito de arena con el guion de este corto”.

Actualmente, Faarup se encuentra estudiando una maestría de arte dramático en la Universidad de Harvard, así como un programa de un año de escritura de guiones en la UCLA, para potenciar sus conocimientos y prácticas en el séptimo arte, su próximo rumbo actoral y de producción. “Nos debemos preparar para aumentar la calidad del cine en Panamá, brindando más historias como la Gerta, y visibilizándolas; si todo va bien podríamos dar comienzo a la filmación del largometraje el próximo año”, apuntó.