Piky Zubieta: 'Le he sacado el kilo a mis kilos'

Actualizado
  • 07/08/2022 00:00
Creado
  • 07/08/2022 00:00
La reconocida influencer panameña se estrena como escritora en la FIL Panamá 2022 cuando presentará su libro 'Sobreviviendo entre libras'
Piky Zubieta es conocida por su cuenta @entre_libras

Dicen que lo que se hereda no se hurta y en este caso, María Patricia 'Piky' Zubieta, quien va a presentar en la FIL Panamá su primer libro, Sobreviviendo entre libras, tiene a quién salir. Su abuela Chela, hermana de Carlos Francisco Changmarín fue la esposa de José Franco. Del lado paterno, su abuelo Rafael Ernesto Zubieta, fue un gran lector y escribió varios columnas sobre el tema agropecuario, su pasión.

“Siempre me gustó escribir”, asegura. “Fui una niña de agendas y de diarios. En la escuela hice con mi amigo Melvin (quien aparece en el libro) un periódico, se llamaba El Eremitorio, estábamos en la escuela San Francisco de Asís en las Tablas, con unos 200 alumnos en total. Lo hacíamos a mano y le sacábamos fotocopia”, rememora.

Aquel periódico costaba 25 centavos. Publicar un saludo costaba 10 centavos. “Si querías 'bulear' a alguien, costaba un real más. Y nos cerraron el periódico a la tercera edición”, cuenta riendo.

El poeta Franco incentivó en sus nietas el hábito de la lectura, en una forma muy práctica. “Éramos 14. A todas nos pagaba dos dólares por cada libro que leyéramos. Pero no era solo leerlo, también tenías que sustentarlo”, comenta. En ese ejercicio y procurando mejorar su economía, Piky buscaba los libro más cortos, pero eventualmente quedó cautivada por las dedicatorias de los autores de los libros de la formidable biblioteca del poeta, que iba encontrando: Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Isabel Allende… “Me encantaba leer esas dedicatorias, sentir el olor de las páginas… cuando llegué a sexto año de secundaria le dije a mi papá 'quiero ser escritora' y él me dijo 'te vas a morir de hambre'”. Acto seguido señala su cuerpo de talla grande y dice “primero me muero de un infarto”.

El libro se presentará el 21 de agosto a las 3 de la tarde en el salón Changmarín de la FIL.

Piky se decantó por la arquitectura estructural y luego, diseño de modas “para hacerme la ropa porque yo era una persona obesa. Y como la necesidad tiene cara de perro, yo aprendí a convertir la ropa de hombre, que era la que me quedaba, para poderla usar”, recuerda. Pero nunca dejó de escribir.

Para Piky, su peso se convirtió en un problema de mucho peso. “Me sometí a una cirugía bariátrica, en la que bajé muchas libras pero me di cuenta que no importaba tener un cuerpo de flaca, si la mente la tenía de gorda”. En otras palabras, si no resolvía los problemas emocionales que le generaban una ansiedad que calmaba comiendo, su situación no mejoraría. “En un momento tuve una depresión y fui a terapia, mi psiquiatra me preguntó qué me gustaba hacer y yo le dije, escribir. Y él me propuso, canalizar la ansiedad a través de la escritura”, cuenta.

El médico animó a Piky a escribir sobre los episodios de su vida que le hubiesen afectado más pero que lo hiciera reflejando cómo hubiese querido que fuesen.

Nace Entre libras

La terapia tuvo sus inicios con textos que eran enviados a 30 personas -en ese momento existía ese límite. “Los enviaba a mi familia, mis amigos, y a uno que otro bochinchoso que me seguía”, luego a través de Facebook y de Instagram, sus historias lograron una aceptación que ella no buscaba ni esperaba. Las “historias de gorda” de Piky calaron en mucha gente, lo que se tradujo en una buena cantidad de followers.

“En ese momento ni siquiera existía el término influencer… lo hice como una catarsis, para mí fue una sorpresa saber que había mucha empatía inclusive de personas que no tenían sobrepeso y yo no entendía si está flaca, ¿por que se siente gorda? después entendí que se han estigmatizado tantas cosas : negro es malo, flaco es belleza, gordo es no saludable y feo, son tantas cosas…”, reflexiona.

En octubre cumplirá 10 años de estar publicando contenidos en la red.

Piky no solamente es asidua de las redes sociales. En la Revista Selecta y luego en la revista Mujer, contó con una columna. “Sé lo importante que es vestir bien, no para llamar la atención, sino para sentirte bien. Yo soy fiel testigo de que la gente te trata como te ve. Y te ves como te sientes”, asegura. Su intención, enseñar a mujeres de tallas grandes cómo sacar provecho de la ropa, con trucos sencillos. Para el programa “El ají”, presentó el segmento 'Vive tus curvas', con contenidos de estilo de vida para mujeres curvy: cómo vestir, qué tipo de prendas usar según la ocasión, cómo planificar comidas o dónde salir a comer… “Usaba muchas colaboraciones de personas con las que me sentía identificada, sentía empatía, porque una cosa es lo que estoy viviendo pero había que reflejar lo de otras personas”, dice. También ofreció contenido con un segmento en “La Cáscara”.

Piky ganó el premio Panamá en Positivo como Influencer en positivo y fue nombrada por la revista iLifebelt como una de las 15 mujeres más influyentes de social media de Centroamérica y República Dominicana.

Taquilla, pero también responsabilidad

Alcanzar altos niveles de popularidad es siempre grato, pero este reconocimiento tiene un precio. “En poco tiempo me di cuenta de que más que la taquilla, es una tremenda responsabilidad. Porque si hay personas que te admiran y aquello que tú le enseñas es su salvavidas momentáneo, estás siendo responsable de su paz y de su armonía”, reconoce.

Y no puedes responzabilizarte de todo, porque cada quien vive las circunstancias de su vida. “El empoderamiento es muy bonito pero a veces siento que hay un empoderamiento tóxico”, analiza, porque no todos tenemos las mismas capacidades, ni las mismas oportunidades. “Estamos en el mismo mar, pero no en el mismo barco. Eso significa que no todos vamos a poder lograr las mismas cosas, pero claro que puedes avanzar y para eso tienes que tener algo: voluntad. Si no has avanzado nada, es porque no te da la gana”, considera.

Lo mismo ocurre con la felicidad. “Siento que hay como una felicidad tóxica. Está bien en algún momento llorar, no estar feliz”, situación que riñe un poco con ese ideal de las redes sociales.

“Todo el mundo quiere ser feliz, pero si eres muy feliz no eres real porque no todo el mundo es feliz... si en algún momento muestras vulnerabilidad, entonces es que te quejas mucho…”, medita.

Las redes sociales son un terreno complicado que hay que saber manejar. Piky decidió dedicarles menos tiempo, al menos mientras daba forma a un proyecto que tenía desde hace algún tiempo y que requería de toda su atención: escribir su primer libro. “Quería tomar todo lo que había estado escribiendo y con ello crear una historia cónsona”. “Amo las redes sociales pero pienso que tengo mucho más que dar, compartiré mis tips y demás, pero creo que puedo aportar un poquito más al mundo o a mi propia existencia”, agrega.

Sobreviviendo entre libras

Esta publicación es la primera parte de una historia que puede pertenecer a Zubieta o no. “Eres quien eres, producto de todo lo que has vivido, incluyendo tus traumas, por lo que otras personas hicieron o no”, indica. Pero esas vivencias involucran a otras personas que percibieron esas situaciones de otra manera o sencillamente no las vieron. “Entonces, resulta que tu historia ni siquiera es tuya y así, cómo la vas a compartir si lo único que te pertenece es la perspectiva de donde elijas ver cada situación y cómo sobrellevarla… así que yo cree un metaverso sin tecnología…” y creó su propia historia, con elementos de la realidad y otros, no tanto. “Eso me dio la gabela de incluir detalles, maquillar otros y hablar con más libertad de lo que quería”, afirma.

El libro trata temas como la inseguridad, la adicción al azúcar, el duelo, el abuso sexual infantil. “Son temas fuertes pero son reales. Y tocarlos no para herir susceptibilidades ni para alimentar el morbo, sino para ayudar a crear conciencia me tomó más tiempo de lo que pensaba, pero lo logré”, admite.

“Lo que traté de hacer fue a través de este libro explicarle a mi hija que esto es una realidad, que se vivió, que esto fue así y por eso soy así”. Zubieta considera que lo más valioso que tanto su esposo como ella le pueden dar a su hija es una infancia plena y el derecho a vivir su inocencia. “Es la mejor herencia que le podemos dar porque esos son los cimientos del adulto que va a ser mañana”, declara.

Antes de proceder a publicar, Piky dio a leer a su hija el manuscrito. “Hubo un momento en que dudé de publicar el libro, pero la verdad es que nos acercamos muchísimo más, y ella me dijo, 'no mamá, publícalo'”.

“Lo hice como una historia, pero tocando estas realidades para que ella entienda, que estas cosas existen, y el hecho de que no las hables o que las quieras olvidar porque te hieren, no significa que no existan. Y si lo haces, saldrán por otro lado; cuando tengas hijos, con las pesadillas en la noche. Hay cosas que nunca superas, pero que sí aprendes a sobrellevar y a convivir con ellas con ayuda de profesionales y con voluntad”, sostiene.

Acompañando esta primera parte de la historia, el libro tiene un directorio de ayuda en el que están anotados los contactos de organizaciones y fundaciones a las que pueden acudir personas que hayan sufrido de algún tipo de abuso infantil, adicción al azúcar y otros problemas.

“Es un libro que apela a la esperanza y a la superación, pero con voluntad, fe y humor”, insiste Zubieta. Es fácil de leer, es para mujeres, adolescentes, papás de niñas. tiene su parte de romanticismo también. Es algo diferente a todas las cosas que he hecho y es algo con lo que me siento muy completa”.

El humor, la mejor herramienta

Al final , dice Piky, “el humor no es más que un salvavidas que permite que no te hundas en el mar de las heridas”. Y usar bien el humor no significa convertirse en un bufón. “Ayuda un montón porque te ayuda a hacer las paces con las vida y es un bálsamo para el alma. No hay que ser un payaso; hay que ser una persona con humor para sobrellevar de la mejor manera las cosas que te pasan día a día.

Piky se siente satisfecha. Tuvo una hija, ya escribió un libro y, sobre el árbol, bueno… tiene unas cuantas plantas en unos potes. “Pero escribir el libro es lo que te permite hacer catarsis y cerrar ciclos. Te permite poner puntos finales en capítulos de tu vida donde había puntos suspensivos, y crear párrafos nuevos. Y pasar la página si es necesario. Es un reset espiritual y ojalá que la persona que se quiera dar la oportunidad y tenga la capacidad para escribir, lo haga, aunque los dolores de parto que no me dio mi hija, me los dio este libro. Pero vale la pena. Como ves, no voy a morir de hambre y tampoco me volveré millonaria, pero me he disfrutado mucho este momento. Realmente le he sacado el kilo a mis kilos”, concluye.

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