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- 11/09/2022 00:00

SLa biblioteca Roberto F. Chiari, del Canal de Panamá guarda en sus archivos fotográficos una 12,500 fotografías del Ernest 'Red' Hallen, fotógrafo oficial de la construcción del canal de Panamá, además de las de muchos otros fotógrafos que participaron ofreciendo sus registros desde diversos puntos de vista. Y justamente el hacerse preguntas como ¿por qué se fotografió esto y no lo otro? ¿qué elementos influyeron en el establecimiento de estas imágenes? ¿Acaso sería el fotógrafo, el sujeto de la foto o el cliente?
Estas preguntas han recalado en el mes de septiembre, dedicado a la fotografía, para cuestionarnos sobre la fotografía como arte ante un sujeto que consideramos muy objetivo, que es la memoria. Sin embargo, cuando la fotografía se presenta como el resultado de un proceso artístico, nos damos cuenta de que la memoria, como muchas otras cosas, tiene mucho del punto de vista propio y para cada quien, es algo muy personal.
Como parte del programa público de la Unidad de Memoria Histórica del Canal de Panamá, se presentó como tema de los conversatorios “hablemos del Canal”, Fotografía: el arte de la memoria, conversación con la participación de los artistas José Braithwaite, Giana De Dier y Alfredo Martíz, moderada por Adrienne Samos. Los tres artistas tuvieron la oportunidad de presentar sus trabajos como parte de una colectiva del MAC Panamá en Fotoseptiembre 2021.
“La mayoría de mi trabajo es inspirado por mi autoinvestigación como ser humano y la investigación sobre mis ancestros”, explica Braithwaite. Aunque la mayoría de las fotografías que presenta el artista pueden considerarse como abstractas, realmente se trata de imágenes producto de la intervención de un negativo ya sea de forma intencional o debido a los efectos que ha tenido sobre este, el paso del tiempo. La fotografía es regularmente utilizada como una bitácora o registro de la memoria, pero con la distorsión de las imágenes generada pro la manipulación de alguno de sus elementos, el artista señala que esta memoria ya sea personal o colectiva -como nación - ha sido “superficialmente manipulada”. Con un contraste muy sutil, destaca que hay “muchos velos” en esas imágenes. Algunas imágenes técnicamente incorrectas hacen que la atención de nuestros ojos vaya a algunos detalles que de otra manera pasarían desapercibidos. Con el uso de negativos vencidos, cámaras con una óptica incorrecta busca una estética diferente.

“Mi trabajo fotográfico presenta muchas capas y eliminando ciertas características, hago que la imagen llame más la atención. Cuando un objeto está fuera de contexto u oculto se hace más obvio y despierta interrogantes”, explica.
Y esa es la clave para proyectos como el de ocultar los principales monumentos de la ciudad con sarán para hacer que estos fueran más obvios.
“La fotografía es para mí una llave para investigar lugares. Pero más que fotografía me gusta la fisicalidad y el ocultar para revelar, para señalar esa amnesia de la historia, de la memoria”, contó.
Gianna De Dier no es fotógrafa, pero trabaja con fotografías preexistentes, obras con la técnica del collage. “El detonante de mi obra es la vida de mi bisabuela durante la época de la construcción del Canal. Me interesa más que nada documentar la vida de las mujeres de esa época, crear una idea de las posibilidades de cómo pudieron haber vivido, reinterpretar cómo vivieron y reimaginarme nuevas versiones de esas experiencias”, explica De Dier al público.

Su trabajo parte de entrevistas que ha realizado a sus tías abuelas, ya que a su bisabuela no la llegó a conocer. “La idea de la obra es adentrarme en la vida de ella, qué hizo, y entender las motivaciones de las mujeres que vinieron de Las Antillas a Panamá”, destaca.
Y es que es muy poco lo que se conoce de las mujeres de este grupo humano que irrumpió en el país por los trabajos de las mega construcciones de la época. “Hay una falta de registro sobre la experiencia femenina y a través de mi obra he estado replanteando las posibilidades y recreando escenarios que no necesariamente son ciertos y que pueden estar o no conectados con mi experiencia personal o familiar, pero sí con un escenario general”, explica.
De Dier trabaja con fotos de archivos “de toda la diáspora africana, no solo de Panamá”. Se alimenta de imágenes que encuentra en internet. Se apropia de la apropiación, ya sea de imágenes de mujeres que tras el lente de un fotógrafo muy probablemente masculino y blanco, fueron exotizadas, o de fotografías de objetos que apropiados de países africanos forman parte de colecciones en museos o galerías de países que ejercieron la colonización. “esto lo combina con vegetación y flora, elementos omnipresentes en Panamá; textos escritos en la caligrafía de las tías abuelas, Uso todo lo que siento que aporte textura y aspectos de tridimensionalidad”, cuenta.
De Dier presenta, a través de su trabajo, una identidad que se construye. “Escojo con qué quiero ser representada. Estas mujeres no tuvieron esa oportunidad”, reconoce. El resultado son imágenes de mujeres con expresiones de orgullo, rostros fuertes cargados de dignidad.

El trabajo fotográfico de Alfredo Martíz estuvo, en sus inicios, muy relacionado con su profesión de arquitecto. A través del lente registró edificios, espacios públicos, una ciudad con lugares emblemáticos y otros, muy descuidados o abandonados. Algunas situaciones familiares hicieron que volcara la mirada a otros temas como la memoria.
El deterioro de sus abuelos por causa del alzheimer o la demencia senil, fueron el disparador que lo llevaría más adelante, a revisar, durante el período de confinamiento pro la pandemia, espacios como su casa y la de sus familiares, los menos registrados por su cámara.
Dentro de estos espacios se encontraría con viejas imágenes, archivos familiares. “Redescubrir ese archivo activó una serie de recuerdos, asociaciones entre fotografías que había hecho en el pasado y cosas que estaba haciendo ahora. Empecé a trabajar con esa asociación”, recuerda. El resultado se presentaría en el MAC Panamá, sin embargo, a falta de un presupuesto para la cantidad de impresiones fotográficas que se requerían, se presentó la posibilidad de incursionar en el video, con resultados favorecedores.
Con la colaboración del artista Humberto Vélez, se presentó una versión “1.5” de este trabajo denominado “La fragilidad de la memoria”, con una performance que incluyó la participación de músicos que desarrollaron una pieza y la interpretaron en vivo. Martíz presentó durante el conversatorio una versión “2.0”, el video con la música incorporada.
Su intención con esta pieza es señalar que “cada ves que se ven aquellos elementos el recuerdo es diferente, miras otras cosas, algunos recuerdos se van deconstruyendo hasta que se desvanecen”.
Y es que “se suele usar la foto como bitácora, pero estas no duran para la eternidad como quisiéramos. Las fotos se deterioran y con eso, llegan otras posibilidades”, asegura Martíz. “La reconstrucción de la memoria de uno es el desvanecimiento de la memoria de otro”, concluye.