¿Ha cambiado realmente la maternidad?

Actualizado
  • 08/12/2022 00:00
Creado
  • 08/12/2022 00:00
La evolución de la sociedad posiciona a las mujeres que desempeñan este rol tan fundamental en una realidad con más acceso a oportunidades, pero ¿qué tan profunda es la transformación?
La lucha por la igualdad entre hombres y mujeres ha impactado positivamente a las madres dentro de su rol.

“Para mí es una bendición, es una oportunidad que me ha dado Dios para crecer como persona, mientras crío a mis hijos”, contestó Kitzelis Díaz, madre de una niña de dos años y un bebé de nueve meses, cuando La Estrella de Panamá le preguntó qué significaba para ella ser mamá.

Aunque en definitiva el rol de la madre es fundamental en las primeras etapas de desarrollo de un niño, ser progenitora va mucho más allá de solo concebir.

Mamá también es aquella que acompaña, guía y protege al hijo durante el trayecto de la vida. Y como lo expresó la psicóloga chilena Alejandra Aspillaga este año durante una entrevista con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés): “la mamá es todo lo que somos y lo que llegamos a ser”.

Sin embargo, el rol materno ha pasado por una transformación en los últimos años.

Las madres solteras carecen de las mismas oportunidades de realizarse personalmente que sí tienen otras mamás.

Movimientos sociales como el feminismo que lucha por la decisión de la maternidad y estadísticas crecientes de madres solteras o embarazos adolescentes le han dado otra imagen a lo que socialmente conocemos como ser madre.

Maternidad actual

Según las declaraciones que brinda la socióloga Ana Lemus a este medio, el posicionamiento de la mujer en la igualdad que se ha venido dando en las últimas décadas es el gran diferenciador entre la maternidad de antes y la de ahora. La realidad es que por mucho tiempo ser mamá se asoció con la figura femenina, llegando a ser algo a lo que toda mujer debía aspirar en la adultez. Esta tarea, que siempre se ha creído exclusiva de la mujer –debido al mito de la madre el cual idealizaba el rol– trae consigo aspectos negativos que no tenían la misma visibilidad.

Por cumplir con el rol materno, muchas mujeres no tenían las herramientas ni oportunidades para desarrollarse en otras áreas de su vida, como sus profesiones, proyectos personales y otro tipo de deseos. Además, la salud mental de las mujeres era puesta en segundo plano debido a que ser madre era visto como el destino de todas, lo que daba pie al no tratamiento de la depresión posparto o cualquier otra enfermedad y trastorno mental por el que estuviera pasando la madre y pudiera afectar su vida personal.

Pero Kitzelis cree que esto ha mejorado un poco, desde su experiencia como mamá. Cuenta que ahora las mamás tienen una red de apoyo más amplia.

Familiares, amigos y profesionales de diferentes áreas pueden ayudarlas, y el peso de la crianza no recae solamente en la mujer. En su caso, aunque puede desarrollarse exitosamente como ingeniera, aún puede seguir cumpliendo con sus deberes como mamá debido a estos avances sociales.

“No es que haya más oportunidades, sino más obligaciones. Las mujeres nunca han dejado de cumplir con el papel de madre”, explicó Gilma de León, fundadora y vicepresidenta de FundaGénero a La Estrella de Panamá. Según la abogada, hay que reconocer el trabajo integral que realizan las mujeres en el día a día, que con sacrificio cumplen su rol de madre, pero también saben aprovechar las oportunidades que le brinda la sociedad.

¿Es lo mismo para todas?

Pero esto no sucede para todas las mujeres por igual. Solo en 2015 se registraban 11.046 madres solteras en Panamá, según cifras de la Contraloría General de la República. Esta condición empuja a las mujeres y sus hijos a la pobreza y exclusión, afirma Save The Children, una organización no gubernamental dedicada a abogar por los derechos de la niñez.

“En Panamá existe un alto porcentaje de madres solteras, evidenciando que la responsabilidad de la crianza continúa recayendo exclusivamente en las mujeres, que a su vez deben enfrentar una brecha salarial del 11% con respecto a los salarios que perciben los hombres, y una crisis de desempleo donde el 18% es mujeres”, explicó a este medio Claudia Vidal, directora del colectivo feminista panameño Palabras Poderosas.

Los hogares encabezados por madres solteras no cuentan con el apoyo u oportunidades que mujeres de un nivel socioeconómico más elevado pueden obtener. A su vez, las madres solteras deben hacerse responsables por la misma carga y más, que otras mamás.

La cifra de madres adolescentes en Panamá es alarmante. Mientras el tema de las relaciones sexuales sigue siendo un tabú en los hogares panameños, en el país tampoco hay políticas públicas que eduquen y guíen a las menores expuestas al peligro de quedar encinta a tan temprana edad.

Por otro lado, los embarazos de niñas debido a violaciones tampoco tienen la relevancia debida dentro del sistema judicial. No se da una condena lo suficientemente fuerte para castigar el delito, y muchos de los perpetradores obtienen libertad en menor tiempo si cumplen con una buena conducta.

“En Panamá, durante el año 2020, más de 9,000 niñas y adolescente entre 10 y 19 años se convirtieron en madre. Muchos de esos embarazos fueron por abuso sexual que ocurre dentro de los espacios domésticos, y por no poder acceder a una interrupción del embarazo deben afrontar una maternidad no deseada”, también comentó Vidal.

La feminista añade que la maternidad forzosa en niñas y adolescentes tiene graves consecuencias para la salud mental y la salud física. Además, un embarazo sin planificación ni apoyo siendo tan jóvenes solo las lleva a repetir el ciclo de pobreza del que la mayoría forma parte.

Tanto para Ana Lemus como para Gilma de León todo radica en la falta de planificación y políticas de Estado que no contribuyen al proceso de la maternidad. “No todas las mujeres están llamadas a ser madres, pero las que sí desean serlo, deben contar con el apoyo del Estado y políticas públicas de educación y planificación”, señaló la vicepresidenta de FundaGénero.

Esto solo termina afectando el desempeño de las mujeres tanto de manera personal como dentro de su papel de mamá. Por esa razón es importante que las mujeres tengan elecciones diversas, basadas en el conocimiento científico y la educación sexual, al momento de tomar una decisión sobre su maternidad, en vez de convertirla en algo forzoso.

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