La comunicación horizontal, una fortaleza del vínculo familiar

Actualizado
  • 16/12/2022 00:00
Creado
  • 16/12/2022 00:00
Mediante un estudio, la Unicef ofrece algunas recomendaciones para velar por los derechos de la niñez panameña
La Unicef hizo un estudio para entender la crianza de la niñez en Panamá Oeste y Colón

En un estudio realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) en octubre del presente año, la organización señaló la importancia de crear un vínculo entre cuidadores y sus hijos para mejorar su autonomía y seguridad a través de la comunicación horizontal.

Los resultados de las encuestas alertan sobre algunos elementos a considerar con respecto a los derechos al juego y cuidado, el derecho a participar, derecho a la protección y contra la violencia, y la identidad de género.

La Unicef define la crianza como “el conjunto de conductas asociadas con la provisión del cuidado cariñoso y sensible durante la infancia” tal cual lo explica en su informe.

La organización entrevistó a madres, padres y cuidadores para conocer su modo de crianza y qué aspectos consideran importantes para el cuidado y educación de sus hijos.

Unicef considera que se deben implementar programas para prevenir la violencia contra los niños
Proceso de recolección de datos

El estudio se realizó entre noviembre de 2021 y marzo de 2022 en seis distritos de Panamá Oeste y Colón. Primero se hicieron 12 entrevistas con 12 grupos de discusión, de los cuales cuatro grupos correspondían a cuidadores de niños entre 0 y 8 años, cuatro de cuidadores de adolescentes, y los cuatro restantes, de adolescentes entre 14 y 17 años.

Luego se hicieron 722 entrevistas también divididas en 12 grupos con 249 encuestas a cuidadores de niños entre 0 y 8 años, 237 a cuidadores de adolescentes y 236 a adolescentes entre 14 y 17 años.

Para presentar los resultados se realizaron ocho entrevistas con profesionales. Estas se dividieron en seis grupos. Dos, con cuidadores de niños entre 0 y 8 años; dos, con cuidadores de adolescentes, y dos con adolescentes entre 14 y 17 años.

Derecho al juego y cuidado

La Unicef detalló que los padres de familia que consideran importante la hora de juego y el tiempo de calidad con sus hijos son un pequeño porcentaje. Los deberes que consideran prioritarios en la crianza son inculcar respeto y garantizar una educación formal. Las gráficas presentadas en el estudio reflejan que un 48% de los encuestados considera prioritario inculcar valores; en otro grupo, un 46% piensa que es más importante garantizar una educación, y un 45% piensa que es importante inculcarles el respeto a los adultos.

La Unicef explicó que preocuparse por inculcar valores y brindar una buena educación puede relacionarse con mantener la jerarquía entre padres e hijos. Sin embargo, al priorizar el juego y tiempo de calidad, los niños desarrollan la creatividad, sus habilidades sociales y emocionales, y ayuda a crear una relación basada en la seguridad entre el cuidador y el niño.

Derecho a participar

Según las encuestas realizadas, solo un 33% de los cuidadores considera que los niños de 0 a 8 años tienen derecho de participar en la toma de sus propias decisiones, mientras un 67% está en desacuerdo. Con la misma incógnita, el 41% de los cuidadores de niños de 9 a 17 años aprueba que sus hijos e hijas tomen sus propias decisiones, mientras el 59% está en desacuerdo.

Los especialistas consideran que hay falta de comunicación horizontal abierta, respetuosa y centrada en los niños del hogar y exhorta a los padres a trabajar en ello. “Cuando los cuidadores establecen una comunicación horizontal con los niños, fortalecen un vínculo afectivo seguro y promueven su autonomía”, comentó uno de los portavoces de Unicef.

Derecho a la protección contra la violencia

En promedio, 4 de cada 10 padres de familia admiten que es necesario ejercer la violencia para castigar lo que se considera una falta de respeto o desobediencia. Las encuestas señalan que un 61% está en desacuerdo de gritar a sus hijos para regañarlos, mientras un 39% está de acuerdo. Dichos números fueron también los resultados al preguntarle a los padres si era necesario castigar físicamente a sus hijos.

Los cuidadores de niños de 0 a 8 años comentaron sobre las situaciones en las que se debe ejercer violencia en el hogar. Un 58% toma esta decisión cuando los hijos contestan de mala gana o con falta de respeto, un 30% cuando no hacen caso, un 28% cuando desobedecen una orden, 27% cuando pelean con sus hermanos o alguien más, 22% cuando hacen algo sin permiso y un 16% cuando sacan malas calificaciones.

Igualdad de género

Cada 4 de 10 madres, padres o cuidadores educan a sus hijos e hijas en igualdad de roles de género. El 56% considera que debe haber una diferencia en cuanto a la crianza dependiendo del género, mientras el 44% está en desacuerdo. Además, el 27% de los encuestados persiste en la creencia de que llorar es de niñas.

¿Qué hacer según Unicef?

En su artículo 19, la Convención sobre los Derechos del Niño señala que los niños deben “crecer y vivir libres de violencia, maltrato o negligencia incluso la que provenga de sus madres, padres o cuidadores”.

La institución considera que es necesario modificar los artículos 319 y 443 del Código de Familia, en aras de prohibir expresamente todo tipo de disciplina violenta en todos los entornos, implementar programas para la prevención de la violencia en los entornos en los que viven los niños y adolescentes (hogar, escuela, espacios públicos, medios virtuales, etc.) y proveer apoyo oportuno a las familias para fomentar una crianza positiva.

“Panamá requiere de una estrategia que incluya provisión de información esencial sobre el desarrollo infantil, programas universales de apoyo a la crianza cariñosa y sensible y un piso mínimo de protección social para padres, madres y cuidadores que les permita un entorno propicio para ejercer su rol sin violencia” comentó la institución. “Dicha estrategia debe tener un enfoque de equidad, priorizando a las poblaciones más vulnerables entre las que podrían estar familias en comarcas indígenas, áreas rurales y zonas marginadas, quienes con mayor frecuencia enfrentan factores estresantes como la pobreza y la falta de acceso a servicios y, por ende, tienen más riesgos”.

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