Una ruta para conocer 'Amador: ayer y hoy'

Actualizado
  • 11/01/2023 00:00
Creado
  • 11/01/2023 00:00
La calzada de Amador tiene 48 paneles que explican la historia de la antigua Zona del Canal de Panamá. Cada lámina posee una lectura amena para todas las edades
La presidenta de la Fundación Amador, Ana Lucrecia Tovar, junto a la embajadora de Estados Unidos en Panamá, Maricarmen Aponte.

La calzada de Amador se ha convertido en un largo centro de exhibición. Unas 48 láminas informativas a lo largo de 3 kilómetros y medio de la antigua área militar de Estados unidos integran la exhibición permanente 'Amador: ayer y hoy' que expone el Biomuseo junto con la Embajada de Estados Unidos en Panamá.

Son 48 paneles interpretativos que abordan la historia de la calzada Amador; cómo se vivía antes, y en qué se ha convertido en la actualidad, un sitio de esparcimiento para todos los panameños. Los paneles están distribuidos a lo largo del lugar, pero no están expuestos en orden cronológico, sino ubicados en lugares estratégicos:

“Si te encuentras con un panel, te va a hablar de todo lo que ves alrededor de él”, explicó Meera Sachani diseñadora gráfica de la exposición durante una conversación con La Estrella de Panamá.

La calzada de Amador, como las otras áreas revertidas de Panamá, juega un papel importante en la apropiación cultural de los panameños, destacó Sachani, porque se conoce sobre la historia, el presente, y también de apoderarnos de lo que solía ser una antigua base militar (1911-1996).

Los paneles tienen un código QR que lleva al lector a la página de la entidad con toda la información de 'Amador: ayer y hoy'.

La calzada fue construida en 1913 con el material extraído de las excavaciones del corte Culebra durante la construcción del Canal de Panamá. Fuerte Amador era como se conocía, por ser parte de un conjunto militar estadounidense para proteger la entrada al Canal.

“Para mí es importante recordar el ayer, y hoy porque hace un par de años era un lugar utilizado para otros fines, y ahora esta es la recreación” de todos, agregó la diseñadora.

Los paneles están divididos en dos colores: azul y naranja. Las láminas azules detallan sobre la historia del lugar, y las naranja, historias orales de las personas, es decir citas de personas que trabajaron, vivieron o visitaron Amador entre las décadas de 1950 y 1990.

Historia del lugar

Uno de los paneles es 'El río perdido de Amador'. Allí se explica que “la calzada de Amador fue por mucho tiempo la desembocadura del río Grande, que tenía un enorme delta lleno de manglares y pantanos. En él se ubicaba el muelle de La Boca, que era parte del sistema portuario de la ciudad de Panamá. A principios del siglo XX, este río fue represado, sus manglares y pantanos fueron rellenados, y el cauce fue transformado hasta convertirlo en la entrada del Canal de Panamá”.

Otro que es informativo, para aquellos que no conocen sobre los pormenores históricos del sitio, es 'Amador era una base militar'; en donde se lee: “En Amador hubo bases militares estadounidenses entre 1911 y 1996. La mayoría de sus tropas vivía en barracas como las que puedes ver en la imagen. Por muchos años, los soldados usaron la calzada para llegar a unas baterías de artillería costera en las islas Naos, Perico y Flamenco”.

Cada lámina se encuentra acompañada de imágenes o ilustraciones. También se encuentran códigos QR que al ser escaneados llevan al lector a un sitio con toda la información de la muestra. En la parte inferior se ubica un audio con el mismo contenido para aquellos que deseen acceder a este tipo de aprendizaje.

¿Quiénes podían entrar a Amador?

Este es el nombre de uno de los paneles que fueron realizados con base en testimonios. En el panel se detalla que antes de 1979 los únicos que podían entrar a Amador eran los militares estadounidenses, los trabajadores civiles de las bases, los empleados de la Compañía del Canal, y los miembros de los clubes sociales y deportivos que tenían instalaciones en Amador.

En ese mismo panel se documenta que Grecia, nacida en Panamá en 1947, comentó al Biomuseo lo siguiente: “En los años 60, yo podía entrar sin problemas porque mi esposo trabajaba para la Compañía del Canal, así que tenía mi carné. Por las mañanas, me gustaba venir al causeway a trotar”.

Al lado de este testimonio, Patrick, nacido en la Zona del Canal en 1952, explicó su vivencia “En mis años de escuela, Amador era inaccesible para mí y para mi familia, porque nosotros no éramos militares ni trabajábamos para el Canal. Fue hasta que mis papás se hicieron miembros del club de yates que había aquí, que empezamos a poder entrar. Veníamos los fines de semana a pescar”.

'¿Cómo se cruzaba sin puente?', es la incógnita que titula un panel también elaborado con testimonios. “En 1930, empezó a operar el ferri Thatcher, que ofrecía un servicio gratuito para facilitar el tránsito entre la ciudad de Panamá y el interior del país, que habían quedado separados por la construcción del Canal. Este ferri funcionó hasta 1962, cuando se inauguró el puente de las Américas”, responde el texto del Biomuseo.

A este panel, Norita, nacida en Panamá en 1942 narró que: “Cuando era una niña, usábamos mucho el ferri para cruzar al lado oeste del país y visitar a mi familia en Coclé. ¡Que sabroso era meterse con el carro descapotable de mi familia! Recuerdo ese viaje como toda una aventura”.

A su lado, Frank, nacido en la Zona del Canal en 1940, narró su experiencia y comentó: “En una noche romántica, si querías hacer un paseo gratis en bote, podías subirte al ferri en tu carro y cruzar el Canal. Mientras estabas en el ferri, podías salir del carro y ver las luces de Taboga a lo lejos. Si mirabas hacia el norte, podías ver las luces del lago Miraflores”.

En el sitio web y redes sociales del Biomuseo, todos pueden registrar sus propios recuerdos de Amador. “De esta forma, el contenido de la exhibición está en constante crecimiento y creando conversaciones y debates sobre la historia de Amador”.

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