Pedrería y colores vivos visten con elegancia la sincronizada en Gwangju

Actualizado
  • 18/07/2019 21:00
Creado
  • 18/07/2019 21:00
Las nadadoras de sincronizada apuestan  por un vestuario que lejos se queda de la sencillez y en los que la pedrería, los estampados, transparencias y los colores cobran vida en las coreografías

Los movimientos incesantes de piernas y brazos de las nadadoras al ritmo de una música cautivan durante unos minutos al público, pero también lo hacen los bañadores de pedrería y colores vivos que lucen y aportan elegancia a la actuación de las deportistas en el Mundial de Gwangju, Corea del Sur.

Las nadadoras de sincronizada procedentes de diferentes países apuestan, como en cada competición que tiene lugar, por un vestuario que lejos se queda de la sencillez y en los que la pedrería, los estampados, transparencias y los colores cobran vida en las coreografías.

La española Ona Carbonell es una de las que ha sorprendido con su actuación al ritmo de un discurso de Nelson Mandela sobre el poder que tiene el deporte de cambiar el mundo.

El bañador blanco que llevaba también jugó un papel significativo en el mensaje que la nadadora quería transmitir: con un dibujo en pedrería gris que representaba el mapamundi, junto a unos detalles en los tirantes con los colores de los aros olímpicos y una paloma de la paz en el recogido del pelo con ramas de olivo.

No es extraño que Carbonell también participe en la creación de su vestuario, como hizo en el Mundial de Barcelona 2013. Para esta ocasión ha vuelto a confiar en los diseños de Mercedes Jordán y Joan Sambró.

"La idea del diseño nos la dio Ona, tenía que primar la elegancia ante todo y que fuera acorde con la música que había escogido", explica a Efe Mercedes Jordán, con quien la deportista lleva trabajando desde hace cinco años.

"Se deja influenciar y aconsejar mucho y además siempre está metida de lleno en las creaciones, de hecho ha ido supervisando lo que íbamos haciendo", añade Jordán.

Pero fue su actuación con un bañador confeccionado completamente en pedrería con tonos azules y verdes formando espirales y figuras con el que se llevó la medalla de plata en la final de solo técnico.

Y siguiendo este mismo estilo de diseño, la bielorrusa Vasilina Khandoshka lució un modelo granate con detalles en tonos claros y con transparencias que le acompañó a su pase a la final en la que consiguió el oro.

Los colores intensos y vivos hacen la coreografía más vistosa y llamativa, algo que Yukiko Inui, en representación de Japón, demostró con un maillot que simulaba el fuego, con un rojo fuerte acompañado del amarillo y naranja.

Con unos bañadores en un degradado de colores como el violeta, azul y amarillo, las nadadoras mexicanas Nuria Diosdado García y Joana Jiménez García brillaron sobre el agua en la final técnica de dueto, con una apuesta por las transparencias.

Menos discretas fueron el dúo israelí formado por Eden Blecher y Shelly Bobritsky con unos diseños en amarillo fluor que resaltaban sobre un fondo negro.

El estampado también estaba presente de la forma más rompedora y vanguardista de la mano de la italiana Linda Cerruti, luciendo un bañador con figuras deformadas en amarillo, violeta y azul.

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