Tradiciones y exuberancias de 'Piedras Blancas'

Actualizado
  • 13/12/2019 00:00
Creado
  • 13/12/2019 00:00
Mongara Torro, comunidad emberá, está ubicada estratégicamente para el turismo. Rodeada de bosque, con ríos y ricas costumbres, ofrece a los visitantes experiencias inolvidables

Tenía muchos años sin visitar una comunidad emberá en Panamá.

Tradiciones y exuberancias de 'Piedras Blancas'

Carlos Cruz, un amigo fotógrafo, me pidió que lo acompañara a Mongara Torro. El resto del grupo que asistió a la excursión trabaja con Carlos en las Naciones Unidas.

Fuimos los primeros turistas en visitar esta comunidad que apenas tiene 15 años; decidieron mudarse para mejorar su economía, pues su ubicación anterior era inaccesible. Con ayuda del gobierno buscaron un lugar que tuviera bosque, río y que fuera accesible para los turistas. Todo esto lo encontraron en la ribera del lago Alajuela, en el Parque Nacional Chagres.

Parque Nacional Chagres

Llegamos al puerto de Corotú, ubicado a una hora de la ciudad de Panamá. La carretera está en perfectas condiciones, así que se puede llegar en cualquier vehículo.

Hay dos puertos más cerca a Mongara Torro: Salamanca y Nuevo Vigía. En la localidad, el Ministerio de Ambiente de Panamá cuenta con infraestructuras básicas que incluyen un estacionamiento. Se debe pagar una tarifa mínima por su uso. El puerto estaba lleno de hombres emberá con su vestimenta tradicional, un taparrabo que llaman “guayuco”.

Para llegar a la comunidad se debe ir en una lancha tradicional denominada piragua. Sin embargo, para transportar a los turistas utilizan piraguas con motor y chalecos salvavidas.

El Parque Nacional Chagres fue creado en 1985 para proteger la cuenca de río Chagres. Casi 40% del agua del Canal de Panamá viene de esta cuenca, que además provee agua a casi toda la ciudad de Panamá.

Tradiciones y exuberancias de 'Piedras Blancas'

El lago Alajuela fue creado en 1935 con la represa de Madden para regular el nivel del agua en el lago Gatún. Esta reserva hídrica de 4,400 hectáreas hace que funcione correctamente el Canal.

Muchos campesinos se mudaron a la zona para desarrollar actividades agropecuarias y pesca.

En las cercanías de los ríos Chagres y Pequení se establecieron varias comunidades emberá.

Casi todo es bosque secundario, pero aun queda un bosque semicaducifolio que pierde su follaje en la temporada seca, de diciembre a abril. La vegetación crece sobre una piedra caliza, admirada mejor desde las riberas.

El histórico Camino Real pasa por el Parque Nacional Chagres. Esta ruta fue utilizada por los españoles entre 1544 y 1731 conectando las ciudades de Panamá (Pacífico) y Portobelo (Caribe).

Tradiciones y exuberancias de 'Piedras Blancas'

Camino a Mongara Torro nos desviamos para ver un puente natural que era parte de la antigua ruta. Llegamos en nuestra piragua a la entrada de una cueva que se puede transitar cuando la marea está alta. De la parte de arriba de la cueva caen las raíces de los árboles y se pueden ver formaciones de estalagmitas.

Mongara Torro

Finalmente llegamos a la comunidad emberá de Mongara Torro, que significa “Piedras Blancas”. Fuimos recibidos de manera singular. Con cantos y música utilizando instrumentos tradicionales, todos los residentes fueron a la orilla para darnos la bienvenida.

Marcelino, el encargado de turismo, dio unas palabras de recibimiento que nos hicieron sentir en casa.

Teníamos dos opciones, ir a un sendero que terminaba en una cascada o vestirnos como emberás. Opté por la segunda.

Las señoras de la comunidad me ayudaron a ponerme la “paruma”, que es una falda colorida. Usualmente se ponen pantalones cortos debajo de la misma. En el pecho te ponen una especie de cobertor con chaquiras y monedas. La vestimenta de las mujeres emberá es muy sensual, con joyas y flores en la cabeza. Su feminidad también fue mostrada en las danzas que bailaron al final del tour.

Los emberá se pintan con jagua, que es una fruta de un árbol con un sabor y fragancia similar al de la pera. Sus cuerpos están cubiertos con diseños hechos con tinte negro completamente natural.

La jagua tiene otros beneficios, ya que protege de los insectos y del sol. Las mujeres la usan en su cabello, que tradicionalmente es largo, negro y muy saludable. Aparte, es medicinal y puede ser usada para tratar el cáncer uterino, los bronquios y enfermedades de transmisión sexual.

Artesanía emberá

Los emberá producen artesanías preciosas que son de los recuerdos más cotizados por los turistas. Los hombres se dedican a trabajar con el cocobolo y la tagua. Cocobolo es un árbol maderable endémico de Centroamérica que es una especie protegida por su codiciada madera. Antes solo era usada por los indígenas para hacer esculturas, pero empezó a ser deforestada a medida que creció la demanda internacional. Esta madera es tan dura que sólo se usa para hacer objetos de lujo. El cocobolo es tallado para hacer diferentes tipos de animales, como camarones, leones, garzas o pelicanos.

La tagua es una fruta con un sabor similar al coco cuando está joven. Cuando la fruta muere, la tagua se pone dura. Luego demora tres meses para que quede fuerte. Los emberá tallan en tagua animales como tortugas, ranitas o flores. Las mujeres tejen chaquiras para hacer brazaletes, collares y flores.

Tradiciones y exuberancias de 'Piedras Blancas'

Probablemente la artesanía más bonita es la “chunga”, que es hecha por las mujeres. Confeccionan máscaras o platos usando una planta que es similar a la palma de coco. Esta planta es larga y se saca la parte más fibrosa, luego se prensa y sale la parte fina. Su color natural es blanco. Con jagua se puede pintar de negro, siendo este y blanco los colores más naturales. Si se quiere utilizar otro color, se debe teñir con flores, frutas o árboles. Se hierve y la chunga absorbe rápido el color. El que no conoce el proceso puede pensar que es plástico, pero todo es natural. Los platos tienen coloridos diseños, mientras que las máscaras son de pequeños animales como patos, monos o pájaros. Compré una máscara de búho.

Turismo

Poco se sabe de la cultura de los emberá, a pesar de que son panameños, igual que yo. Rigoberto fue nuestro guía en Mongara Torro. Estudió turismo en la Universidad de Panamá y trabajó en el hotel Sheraton por dos años. Luego recibió una llamada de sus padres diciéndole que la comunidad quería incursionar en el turismo. Como sabía inglés, su ayuda sería muy valiosa. Decidió abandonar la ciudad de Panamá para regresar a una vida más tranquila y natural.

Hoy, la localidad es parte del turismo cultural que se oferta en Panamá. El turismo es una manera de ser autosostenible, permitiendo a los residentes generar ingresos. “No solo es un negocio, sino es una forma de fortalecer la cultura,” dice Rigoberto. “Yo sé que hay jóvenes emberá que si van a la ciudad no verán esto”. La migración a la ciudad de Panamá es cada vez mayor. Se cree que más del 25% de los emberá viven en la capital.

A los turistas se les muestra las danzas, comida y vestimentas típicas. Se comparten las creencias y costumbres de los emberá. Tienen cabañas, chozas con paja subidas en zancos, para aquellos que deseen pasar la noche. La comunidad no cuenta con electricidad, por lo que es algo rústico. En la noche hacen fogatas y danzas. El padre de Rigoberto es un historiador que habla de costumbres, guerras, cómo el hombre molestaba a una muchacha, entre otras cosas.

Comida

Para el almuerzo nos sirvieron trucha del lago Alajuela. Por suerte, sabía mucho mejor que la del supermercado, que sabe a tierra. Nos sirvieron la comida en platos de cocobolo o en totumas. El acompañamiento fueron unos bollos de arroz un poco insípidos.

Tienen una dieta que se basa mayormente en mariscos, incluyendo pescados de lago, caracol, cangrejo y camarón, que se fríen o se asan. Si sobra pescado, se lo venden a otras comunidades o en los puertos.

Practican poca agricultura, siembran plátano, yuca, ñame, otoe, culantro y taparaquia. Aparte comen arroz y maíz. Toman jugo de maíz, pixvae, plátano, limón, nance, tamarindo y borojó. 'Chucula de plátano' es un plato típico que consiste en plátano hervido, molido y hecho como tortilla.

Historia de los emberá

Los emberá vienen de la región del Chocó, en Colombia. Actualmente, hay unos 33,000 en Panamá y 50,000 en Colombia. Al final de los 70 migraron a la provincia del Darién en Panamá. Su migración se debió a la necesidad de adquirir más terreno, pero esta zona era ocupada por los gunas. Sin embargo, los emberás eran guerreros y desplazaron a los gunas que tuvieron que migrar a las islas de San Blas. Los wounaan se sumaron a la lucha de los emberá, que tradicionalmente viven en los ríos.

Por mucho tiempo, Darién fue habitado por los indígenas emberá y gunas, aparte de los esclavos africanos que habían escapado. Los 'darienitas', como eran conocidos, vivían en pueblos portuarios en la boca de los ríos, como La Palma, Yaviza y Garachiné. Mientras que los emberá vivían río adentro. En esos tiempos, los ríos eran la principal forma de transporte de la zona.

Tradicionalmente, los emberá vivían en patrones de asentamiento dispersos. En los 1950 empezaron a formarse en comunidades, lo que fue promovido durante el gobierno de Omar Torrijos. Hoy casi todos viven en comunidades. La comarca Emberá-Wounaan fue creada en 1983. Se divide en dos territorios que rodean dos de los principales ríos de Darién: Sambú y Chucunaque. Muchas de las comunidades emberá en Darién tienen nombres gunas, incluyendo Ipetí, Tortí y Capetí.

Con el paso de los años empezaron a migrar formando comunidades en los lagos Alajuela y Gatún. Estas son las principales comunidades visitadas por turistas por su cercanía a la ciudad de Panamá. Si quieres conocer las tradiciones y localidades de este pueblo originario, puedes contactar a Carlos Cruz. Celular: +507 6980-0299, Instagram: @redescubriendo_panama.

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