Amarla, un santuario arquitectónico en el Casco Antiguo

Actualizado
  • 12/10/2022 00:00
Creado
  • 12/10/2022 00:00
Aunque abrió sus puertas en septiembre, el hotel inaugurará mañana. Este alojamiento, de solo adultos, cuenta con ocho habitaciones clásicas tipo 'petit', en las que se incluyen dos 'suites' de dos pisos con escalera de caracol, balcón y vista a todo el Casco Antiguo
Las suites cuentan con balcón y las plantas son un gran diferenciador

El Casco Viejo o Antiguo, considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, se ha caracterizado por ofrecer al visitante una riqueza histórica y cultural única en la región, reflejada en su arquitectura que data de la época de la colonización española y cuyos vestigios aún siguen en pie, algunos que otros restaurados, muchos de los cuales se han convertido en museos, hoteles y restaurantes, brindando una imagen diferente al lugar.

En esa onda de querer transportarnos al pasado, pero a la vez disfrutar de lo que ofrece el presente, se creó Amarla Casco Viejo Boutique Hotel, un alojamiento, de solo adultos, el cual cuenta con ocho habitaciones clásicas tipo petit, en las que se incluyen dos suites de dos pisos, escalera de caracol con balcón y vista a todo el Casco Antiguo.

De acuerdo con María Antonieta Ramírez, gerente general del hotel, cada detalle de las habitaciones está pensado y escogido por Robin Faulkner, director creativo, presidente y cofundador de la marca. “De ahí que el hotel se especializa en experiencias. Tratamos de que nuestros clientes tengan una estadía muy acogedora, que se sientan cómodos, queridos, mimados, y sobre todo muy bienvenidos; por eso no colocamos televisión en las habitaciones, excepto las suites”, detalla.

Durante un recorrido por este hospedaje, el cual inaugurará mañana, pese a que se tratará de un alojamiento con pocas habitaciones está invadido de detalles en madera, plantas naturales, diseños personalizados que, según su gerente, es “una oda a Panamá, al retorno de lo esencial, a lo más bello. Por algo, Amarla, que proviene del sánscrito, que es la lengua milenaria y sagrada de la India, significa 'aquella que es pura y limpia”.

El hotel está ubicado a un costado de Casa Góngora, una de las más antiguas de la ciudad (1760).

Según Ramírez, la marca se describe como un santuario arquitectónico en el Casco Antiguo. “La onda es ofrecer tranquilidad, cordialidad, atención única y al detalle, pero, sobre todo, conocer a nuestros huéspedes y comensales por sus nombres y siempre saludarlos con el corazón. “Tanto así que nuestro saludo insignia al dar la bienvenida a nuestros huéspedes es colocarnos la mano derecha en el corazón indicando la conexión y el deseo de servirles siempre”.

Y es que para este hotel uno de sus grandes deseos es mostrar al 100% todo lo que tiene Panamá. Además, poseen una colección de actividades y experiencias cuidadosamente seleccionadas y diseñadas para encender su pasión y abrazar su espíritu latino interior.

“A la vez, ofrecemos a nuestros visitantes la oportunidad de descubrir más sobre nuestro país y nuestra cultura e historia en diferentes sitios cercanos al Casco. También pueden explorar nuestras maravillas naturales y la vida silvestre en los alrededores o crear su propia experiencia personal hecha a su medida”, explica.

“Por ejemplo, puede pasear en bicicleta o caminar hasta el Museo del Canal y descubrir la historia de una de las mayores obras de ingeniería mundial y una de las ocho maravillas del mundo moderno. A su vez está el Museo de la Mola, para descubrir el intrincado arte de la tela aplicada y el bordado que las mujeres indígenas guna utilizan desde hace varios siglos.

En cada habitación el huésped podrá encontrar cuadros fotográficos inéditos de varios sitios del país.

Otra de las cosas que destacan dentro del hotel de tres pisos, es que en cada habitación, como en las áreas comunes, cuentan con una colección de más de 200 fotografías inéditas que muestran lo diverso que es Panamá y la calidad de su gente, y para ello contaron con el lente de la reconocida fotógrafa inglesa Fibi, quien visitó todas las provincias del país y recopiló imágenes de El Escudo de Veraguas, niñas indígenas de la comarca Emberá, de colibríes, de animales panameños, de una matrona guna. “Muchas de estas fotografías están a la venta y llevan la firma de su autora”, dice Ramírez

“El arte es fundamental para el hotel porque contamos con fotografías, pintura, naturaleza, arquitectura, diseño. En todos lados, Amarla, más allá de todo es también una oda al diseño”, subraya.

Actualmente la marca acaba de comprar un terreno en Chiriquí, en el que piensan sembrar sus productos para ofrecer alimentos frescos y autóctonos a sus huéspedes, y además buscan hacer una especie de alojamientos distintos para que las personas logren experiencias totalmente enriquecedoras y diferentes a lo que se vive en la ciudad.

El diseño
Las habitaciones son de estilo clásico con detalles italianos.

Según comenta Ramírez, la marca viene de Amarla Design and Development, fundada por Asher Montague y Robin Faulkner en 2017, quienes eligieron Panamá como su sitio sede. “Amarla, Casco Viejo Boutique Hotel fue el primer proyecto de Latinoamérica, cuando los fundadores llegan al país y adquieren este edificio que fue restaurado desde la última propiedad que se hizo en 1917.

“Luego, en nuestro deseo de expandir la marca por todos los cascos históricos de Latinoamérica, se consigue hacer un Amarla en Cartagena de Indias, Colombia, una casa de tres pisos, también con diseños de ensueño”, explica.

En Panamá, por ejemplo, tras la pandemia, Ramírez señala que la economía se está activando debido a las inversiones y gracias a ello han creado más de 27 plazas de trabajo para los panameños, un personal altamente calificado.

Es ahí donde entra el chef ejecutivo Eddie Acedo, quien “presenta un excelente menú de autor en el restaurante Kaandela, una cocina sin presunciones, una cocina global, provocativa, donde entran elementos esenciales y el fuego es el principal protagonista. Hacemos ahumados con leña de nace... definitivamente es una invitación a retornar a lo esencial. Nos enorgullece crear este primer restaurante acá en Panamá, el cual será llevado a Cartagena el próximo año”.

Añade que actualmente el hotel conserva de la construcción de 1917, el marco de la puerta principal ya restaurada, también el arco que rodea la fuente principal, apostada en el restaurante, algunas piezas de calicanto restauradas en las habitaciones, una tapa de un pozo de agua que tiene más de 300 años y fue rescatada durante una excavación arqueológica realizada al inicio del proyecto.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus