Rivalidad fraterna: Hermanos en guerra

Actualizado
  • 01/05/2014 02:00
Creado
  • 01/05/2014 02:00
Una de las situaciones más difíciles para los padres en la educación de sus hijos, son las peleas entre hermanos

En toda familia donde hay más de un hermano siempre se escucha mencionar las repetitivas quejas: ¡Siempre me está molestando! ¡Yo no fui! ¡Ella me pegó primero!, ¿Por qué él puede ir y yo no?, ¿Por qué siempre le crees más a él que a mí?, ¡Él siempre está agarrando mis cosas!. Podemos decir que la rivalidad entre hermanos es natural e inevitable, para los psicólogos esta conducta forman parte de la vida cotidiana de cualquier familia, pero no deja de ser una situación difícil y dolorosa para muchos.

‘La rivalidad entre hermanos es una situación muy normal derivada del natural egocentrismo que existe en cada niño. Desde bebés se les atiende como reyes y a medida que van creciendo les cuesta un poco adaptarse a las realidades en las cuales, ellos ya no son el centro de atención’, dice el psicólogo Fernando J. Gómez. Además, en opinión de este psicólogo, los hermanos mayores algunas veces, pueden sentirse desplazados por los nuevos hermanos menores y se vuelven expertos en técnicas de manipulación para lograr que los padres vuelvan a consentirlos. ‘Los hermanos menores lucharán por demostrarl a los mayores que el esquema familiar ha cambiado y hay un nuevo bebé en casa’, agrega.

Estos pleitos se presentan desde los primeros años de vida y durante la adolescencia. Casi siempre, existe mayor rivalidad cuando la diferencia de edad entre los hijos es de muy pocos años.

EL ORIGEN DEL CONFLICTO

Los motivos por los cuales se disputan las peleas son principalmente por los celos, los regalos, quién ocupa determinado espacio en el auto, la televisión, el cuarto, por el uso de los juguetes y las actividades que puede hacer uno y otro no, debido a la diferencia de edad.

Estudios sobre este tema revelan que por término medio se pelean unas cinco veces al día, y que la tercera parte del tiempo que pasan juntos están peleándose.

CUANDO DEJA DE SER ALGO ‘NORMAL’

De acuerdo al psicólogo, Fernando J. Gómez, los padres deben estar pendientes e ir moldeando las conductas de sus hijos a penas se van dando. ‘No hay que esperar hasta que la situación se vuelva desfavorable. Una agresión, un primer altercado entre los hermanos, servirá de señal y debe atenderse en ese momento’, aconseja Gómez.

Por otro lado, la psicóloga Adis Lucía Quevedo, destaca que cuando las peleas se agravan, afectan no solo a los contendientes, sino a toda la familia de distintas maneras.

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