Un hogar fuera del hogar

Actualizado
  • 09/10/2014 02:00
Creado
  • 09/10/2014 02:00
Aldeas Infantiles SOS es una organización no gubernamental que recibe a niños en riesgo social. Les brindan el calor de una familia.

En los 33 años que las Aldeas Infantiles SOS tienen en Panamá, han ayudado a más de 10 mil niños a sentir el calor de un hogar, con todo lo que esto implica. ‘No somos un albergue’, aclara Militza S. Franco V., directora de Desarrollo de Fondos y Comunicaciones de la organización no gubernamental.

El programa de la entidad incluye el trato y cuidado de cada niño, tal y como lo asume una familia que se prepara para el nacimiento de un nuevo miembro. No están pensando en que el niño va a ser llevado del lugar, aun cuando es probable que ocurra.

Desde que el menor o los menores pasan esas puertas son recibidos por un hogar real, donde hay una madre y hasta hermanos. De hecho, una de las prioridades de las Aldeas es no separar a grupos de hermanos biológicos, con el fin de garantizar la estabilidad emocional de los chicos y chicas.

Actualmente en Panamá hay 64 casas que le dan abrigo a 505 pequeños (246 varones y 259 niñas). En la provincia de Panamá hay 18 casas, en Penonomé 14, en Colón 10 y en David 15. Aparte de las aldeas, la organización cuenta con comunidades juveniles, que son sitios donde llevan a los jóvenes cuando cumplen la mayoría de edad. Para este fin tienen 7 viviendas, distribuidas: 2 en Panamá, 3 en Penonomé y 2 en David. ‘El 90% de los infantes de las Aldeas son enviados por la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia (SENNIAF) y el otro 10% por los juzgados de familia’, explica Franco.

Paradójicamente, el Estado es quien menos aporta en la crianza de los menores que envían.

El modelo de trabajo de estos guardianes tiene como norte la formación integral de un individuo. Como se trata de niños en riesgo social, en la mayoría de los casos, ese afecto y respeto que se les da dentro de las aldeas son algo nuevo. Allí tienen una cama propia, buena comida, educación... todo lo que requiere un ser humano, pero lo más importante, es que les dan amor.

Esos rubros, salvo el amor, tiene un alto precio, pues así como se ha encarecido la vida para un ciudadano común, lo mismo repercute en la ONG. La gran diferencia es que cuando Aldeas Infantiles sirve la mesa en un día cualquiera, la tiene que servir para sus 5 centenas de niños, lo que les cuesta mil 844 dólares por día ($673,152 al año). Y esto solo es alimentación. Como en cualquier otra casa, ellos tienen otras necesidades básicas, lo que hace más grande la cifra de gastos. Ese monto que crece es el reto de la entidad.

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